Iniciando el mes de noviembre, en la primera semana para ser más específico, recibí una noticia insólita. Leí en mi cuenta de Facebook que el Lic. Abel Martínez Durán, alcalde de Santiago, mando a cortar la energía eléctrica a los clubes deportivos de la ciudad. De modo que los deportistas que trabajan durante el día y practican por la noche les he imposible entrenar.
La gran mayoría, sino todos los dirigentes políticos que hoy gobiernan el país forjaron su liderazgo al amparo de un club cultural y deportivo.
Entre las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, los clubes eran organizaciones culturales y deportivas. Es a mediados de la década del 80 en el citado siglo que se convierten en entidades exclusivamente deportivas, dejando de lado la tarea de promoción y difusión cultural.
El abandono de la gestión cultural trajo aparejado el descuido hacia la lucha por la solución de los problemas barriales. La apatía se generalizó entre los líderes y dirigentes clubisticos, al punto de que muchos desaparecieron y sus locales están en ruinas. Vale decir, que otros tantos se consolidaron en el rol deportivo y rinden un servicio loable a la juventud en diferentes comunidades del país y alimentan la dinámica deportiva nacional.
De ahí que se perciba como una acción desacertada la decisión del alcalde Abel Martínez de cortarles la luz a los clubes deportivos de Santiago de los Caballeros.
La información la copio de un escrito enviado por Carlos Mejía Blanco, un dirigente legendario del Club de Pueblo Nuevo, barriada popular de la Hidalga Ciudad Corazón. Los líderes deportivos exigen que así como le cortaron la luz, “también que alumbren la democracia”.
— ¿Pero cómo ha permitido Santiago, semejante arbitrariedad? Que las "EDES" les declaren la guerra a los Clubes, es un asunto detestable, por lo demás abominable poner a divagar a la juventud. –, escribe Carlos Mejía y a seguidas afirma:
— Tirarle con armas modernas a quienes están desarmados, es lo mismo que darle con un palo a quien está en silla de ruedas, similar es, despojar de la luz las canchas de los barrios marginados como: Barrio Obrero, Cristo Rey, Hato Mayor, El Ingenio, La Joya, Camboya, Club Alfredo Morales, Satélite, Cien Fuegos, La Mina, Los trinitarios, Ramón Matías Mella, Arroyo Hondo y, el Club Hermanos de la Cultura de La Herradura, esto es una inmisericordia y falta a la decencia, es una mala partida a la inteligencia. –, afirmó Carlos Mejía Blanco.
Algunos dirigentes consultados dicen que el Lic. Abel Martínez alega, que el ayuntamiento de Santiago no tiene presupuesto para pagar una factura de energía eléctrica tan alta.
— ¿Cómo se conjuga el verbo participación?, sin las herramientas necesaria como son los servicios esenciales, de alimentación, la salud y la educación, sin estas herramientas podríamos navegar en el precipicio de los abismos. –, se preguntó Mejía Blanco.
Según el alcalde de Santiago, él está ordenando la ciudad, cabe entonces preguntar:
¿Cree el Lic. Martínez Durán que practicar deporte por las noches es parte del desorden que él dice estar combatiendo?
¿Qué hará el Lic. Abel Martínez en el 2020, para pedirle a Wilson Estrella, dirigente del Club Obrero de la zona sur de Santiago, que vote por él para senador?
A lo mejor, la promesa sea pagar la factura de luz del Club de Barrio Obrero o quizás, darle un pica pollo para cada dirigente del club deportivo de la zona sur.
¿O será que el alcalde no aspirará a ninguna posición en las elecciones venideras?
Lo cierto es, que Abel Martínez Duran, igual que su antecesor, “lo que hace con las manos, lo desbarata con los pies”.