La empleada de unos amigos solía escuchar en casa de estos el uso de expresiones idiomáticas a las cuales ella no estaba muy acostumbrada, una de esas expresiones puede haber sido la palabra inclusive -que el diccionario Larousse define como un adjetivo que contiene en si cualquier otra cosa-, la cual debió tener una connotacion muy especial para ella. Un día en plena conversación con sus patronos les dijo “A mi todo me da inclusive“, tal vez queriendo significar que a ella todo le daba igual, o que poco le importaban algunas cosas.
Leyendo el interesante artículo "El Parque de Roberto" bajo la firma de María Filomena Barletta, HOY 14 -8-2015 , que narra la pesadilla que desde hace dos años viven los vecinos de este parque, antiguo zoológico, pensé en aquella empleada, y en ese uso tan particular del idioma, para ilustrar la indiferencia con burla e ignorancia, cuando "todo da inclusive", mientras me remontaba, con tristeza, a todos los artículos que se han escrito sobre los desacierto de Roberto Salcedo desde el Ayuntamiento del Distrito Nacional.
Las denuncias hechas, las diversas vejaciones a las cuales fueron sometidos los estudiantes, profesores y autoridades del Conservatorio Nacional de Musica, a raíz de que a Roberto se le ocurriera, en momentos de "lucidez gerencial" de la alcaldía de Santo Domingo, hacer de un histórico y agradable espacio urbano -jardines del conservatorio- un adefesio comercial político urbano (Parque Iberoamericano) de catastróficas consecuencias urbanas e inmobiliarias, para los que viven y poseen propiedades en el entorno,como para los estudiantes de las escuelas de música que practicaban en aquel espacio.
Todas esas denuncias, desde los inicios de ese nefasto proyecto, están ahí, ninguna autoridad del gobierno dió la cara, ni siquiera el Ministro de Cultura, tuvo el coraje de defender el espacio que le pertenece a las instituciones artísticas que él representa,- Escuela Elemental de Música, Escuela de Danza, Teatro y Conservatorio Nacional-.
Todos asistimos impotentes a la transformación e usurpación del espacio público. Roberto entró con sus "especialistas urbanos" y acabó con aquello a ritmo de cemento, taladoras y populismo. Obsesionado, supervisaba las obras "de su parque" cada mañana, cientos de árboles fueron cayendo, centenas de bancos fueron llegando y no alcanzó ni uno para el conservatorio, penalizado por oponerse.
Y es que Roberto es el clásico político local, al que "todo le da inclusive" como diria la joven empleada, tratando de explicar la indiferencia. Es un individuo, como señala Barletta en su artículo, que la vanidad y el ego no le permiten establecer los limites entre lo publico y lo privado, enfermo de pretensiones, piensa que la ciudad capital le pertenece, que somos sus súbditos, olvidando que su cargo es de duración determinada.
El alcalde nunca quiso escuchar a nadie, vecinos y asociaciones se le acercaron preocupados, respondiendo con un vocecita medio afectada, de pastor de barrio, siguió adelante. Desde el inicio supo lo que quería. Lo que nadie sabe es cuánto costó ese parque y cuánto cuesta esa burocracia, con policía creada para la ocasión, destruyó el parque y asfixió el conservatorio, reducido a un espacio mínimo, sin estacionamiento para profesores y estudiantes, haciendo un circo en medio de una zona residencial tranquila y agradable, donde cada mes se realizan espectáculos y en diciembre llegan cientos de personas a ver el" fenómeno de la luz" en navidad, en el pais de la eterna crisis energética, maldita burla, a la cual asiste el pueblo descerebrado.
Construyendo un anfiteatro – en momentos en que el auditorio del Conservatorio Nacional de Música no tenía ni aire acondicionado – lo cual desdice lo que en principio se creyó "que se estaba diseñado un anfiteatro para los alumnos del conservatorio". Cuando lo que se rumoraba, era que se quería sacar el Conservatorio del parque.
Lo que ha hecho Roberto con este espacio de la ciudad, es el ejemplo más patético de todo el mal que hacen los politicos cuando no tienen planificacion ni rendimiento de cuentas. Se apropian de la cosa pública, la regentean a su antojo cual colmadon, despiadadamente, y" todo les da inclusive ".
Desde el inicio se vio la dimensión del daño y no pudimos hacer nada, al final el hizo y seguirá haciendo lo que le venga en gana, mientras esa bomba de tiempo hecha de ruido, arrabal, populismo y desorden llamado "Parque Temático", se manifiesta en su verdadera amplitud.
Algún día llegaremos a comprender la gestión de Roberto tras 15 años, y su marcada tendencia a arrabalizar la capital, ante los ojos de nosotros los votantes, mientras nos amenaza con reelegirse.
Hasta el presidente Danilo Medina, que pudo ser el unico en frenar el impetud de este personaje, estuvo visitando el "Parque de las luces." un diciembre. El que pudo escucharnos, cayó en el gancho, seducido por el disparate, estuvo allí viendo la luz, como cualquier individuo que la ve por vez primera en uno de nuestro parajes olvidados, el también vio la luz que emana desde la entrañas de este oscurantismo ciudadano, en el cual nos encontramos todos.
Mientras a Roberto "todo le da inclusive".