Exactamente veinte minutos antes del reciente siniestro de Ucrania el Senador John McCain salió por la televisión acusando al Presidente Barack Obama de negligente por no darle apoyo militar substancial al gobierno de Kiev.

Al día siguiente el mismo Presidente Obama declaró que había pruebas de que los culpables del derribo del avión en Donetsk, Ucrania, del vuelo MH17 de la Malaysian Airlines, habían sido los rebeldes pro-rusos y que, probablemente, éstos habían sido entrenados en Rusia. Más claro no canta un gallo.

El escenario estaba perfectamente preparado aunque no perfectamente sincronizado, porque siempre se escapa un tiro por la culata.

Pero lo interesante de todo esto es que unos días antes de la tragedia de Donetsk, el Comandante en Jefe de la NATO, el Teniente General Philip Mark Breedlove, declaró que ellos tenían pruebas fehacientes de que desde territorio ruso se habían estado transportando a Ucrania misiles tipo Buk-M1- tierra-aire, en cuya operación se habían entrenado miembros del grupo rebelde ruso.

¿Se estaba preparando el escenario para una tercera guerra mundial?

En otras palabras que, una vez más, nos encontramos ante una crónica de una tragedia anunciada, como fue aquella otra de que Irak tenía armamentos de destrucción masiva. La diferencia es que aquella crónica la anunció con bombos y platillos el General Colin Powell desde las Naciones Unidas y esta otra crónica la anunciaba con menos fanfarria el General Breedlove desde Ginebra.

Esos son los hechos concretos. Tambores de guerra antes del fragor de la batalla.

John Kerry, el Secretario de Estado, como en un deja-vu del caso de Siria, ha declarado desde Washington que tiene “evidencias” contundentes de que Rusia es la culpable de la tragedia del vuelo siniestrado de la Malasyan Airlines.

Lo mismo había declarado hace un año sobre sus “evidencias” de que el gobierno de Siria estaba usando gas tóxico (Sarin) contra la población civil. Todo era una táctica preparando las bases para una posible intervención en Siria.

Mientras tanto, Vladimir Putin acusa al gobierno de Kiev de ser el responsable porque el incidente ocurrió en su territorio. A su vez, el gobierno de Kiev acusa a Putin de lo sucedido en su espacio aéreo.

¿A quién creemos?

Un dato importante es que la tragedia ocurrió en la fecha aniversario de otra tragedia similar espeluznante: la del siniestro del vuelo 800 de la TWA ocurrido en el 1996. Hay testigos oculares que vieron cuando el avión explotó en el aire como impactado por otro misil como el que pulverizó al Boeing 777 de la Malaysian Airlines. Además, ese mismo día y a la misma hora fuerzas israelitas invadieron a Gaza matando a cientos de civiles inocentes. Todo perfectamente sincronizado.

Por otra parte, se ha confirmado como una desinformación fabricada la supuesta intercepción por parte de militares ucranianos de una comunicación entre el gobierno ruso y las fuerzas rebeldes pro-rusas, afirmando que el avión malasio había sido confundido por los rebeldes con un avión de carga del ejército ucraniano. Se ha confirmado que ese video, como muchos otros, fue una desinformación. Mentiras por todas partes.

Tenemos que cuestionarlo todo. ¿Fue cierto que el avión fue derribado por un misil Buk-M1 de fabricación soviética? ¿Explotó en el aire o se precipitó a tierra incendiándose en el acto, como afirman algunos testigos oculares?

En cierto sentido esto es comparable a lo que sucedió con las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001. Se ha dicho oficialmente que las torres se derrumbaron debido al incendio ocasionado por el choque de los dos aviones que se estrellaron contra las dos torres. Sin embargo, el edificio contiguo, llamado el Building 5, también se desmoronó sin ser impactado por ningún avión.

No se destruyeron, las detonaron en una operación de demolición controlada.

El caso típico del principium operandi de los Iluminati: crea el problema, ofrece la solución y después encárgate tú mismo de resolverlo. La misma táctica repetida ad nausam una y otra vez.

Es lo que Andrew Mckillop en su reciente reportaje llama “El Vuelo MH17: Una operación de falsa bandera” (Flight MH17: False Flag Operation”.

También le llama “El Lusitania del aire”, refiriéndose al transatlántico Lusitania, alegadamente torpedeado en el 1915 por los U-2 alemanes, creando así el pretexto para que el presidente Woodrow Wilson entrara en la Primera Guerra Mundial.

Lo mismo sucedió después en Pearl Harbour con Franklyn Delano Roosevelt.

Lo mismo en el Golfo de Tonkin en Vietnam con Lyndon Johnson, quien después hizo lo mismo en relación con la guerra civil de 1965 en República Dominicana.

Siempre lo mismo de lo mismo y el resto del mundo hipnotizado como un zombi amaestrado.