En enero del 2015 unos musulmanes realizaron un atentado contra la revista satírica Charlie Hedo ¿la razón? esta revista llevaba cierto tiempo burlándose de los símbolos sagrados de esta religión en especial de Mahoma, su fundador, de quien solían hacer portadas con un arsenal de armas y de balas.

Este hecho consternó a todo el mundo y entendí que aunque lo que hicieron los musulmanes no estuvo bien lo que esa revista estaba haciendo tampoco estaba bien.

Las religiones tienen una cosmovisión de la vida que generalmente la viven quienes creen en esa religión y para ellos sus símbolos son sagrados, sobre todo la figura de su fundador.

Traigo esto a colación por lo que ha acontecido con el Cristo gay de una serie de Netflix que ha hecho molestar a los cristianos. Quizás la orientación sexual de una persona no debería ser objeto de discusión en una sociedad como esta pues quiérase o no existen personas con orientación sexual diferente, pero en las religiones ese es un tema fundamentalmente sensible y en un mundo donde se habla de interculturalidad hay que aprender a respetar las creencias de los demás.

Un cristiano no es fanático porque exija respeto para la principal figura de su fe, lo que sí me parece un tanto exagerado es pedir que se saque una empresa de un país porque también se debe tomar en cuenta que no todo el mundo se identifica con la creencia de esa religión por consiguiente un Estado no puede actuar en función de lo que quiera o piense una religión.

Por suerte la etapa que ahora vive el Islam de agresión y atentados ya el cristianismo lo vivió con la inquisición y las cruzadas por lo que es una práctica superada y qué bueno.

En este orden, con el poder que tiene el cristianismo, en especial la Iglesia católica, basta con que el Papa envíe una correspondencia a la empresa solicitando que esa serie deje de exhibirse porque irrespeta la figura de Jesús y punto, no hay que sacar la empresa de circulación porque tampoco eso va a ocurrir de manera que también debemos tratar de pedir cosas en nuestras protestas que sean posibles.

Creo que la cancelación de esa serie por parte de Netflix podría ser el mejor regalo de navidad para los cristianos.