"El hombre servil pierde el respeto y la confianza de los demás". Carlos A. Pimentel Rivera
En esos días difíciles de enfrentar la realidad e inevitable partida física de mi padre, solo me fortalece sus enseñanzas, recuerdos, consejos y su trayectoria siempre apegado a los mejores intereses para la humanidad y en su búsqueda constante del bien común.
Dentro de los tantos recuerdos, no puedo obviar y dejar de compartir con ustedes, un mensaje escrito en uno de los libros que me regalo hace muchos años, ahora lo comparto por este medio, por lo oportuno del mismo, por su vigencia y porque el mismo calo lo más profundo de mí ser, cuando con sus sabias palabras me dijo:
“Porque te ha tocado crecer en tiempos distintos, bajo la sombra de una sociedad mediocre donde se enaltece la injusticia, la corrupción y el servilismo; como una norma habitual que tiende dejar a un lado el amor por el trabajo, la igualdad y la solidaridad; siendo estos valores el camino a ser incomprendido y a veces rechazado, pero se siente la satisfacción de ser auténtico y autónomo con ideas propias, siempre mantén tu dignidad”
Que no tengan dudas, seguiremos el camino del honor, el que supiste transitar paso a paso y por eso tu legado para tus hijos e hijas, familiares, amigos/as es inmenso y nos sentimos orgullos, nos da la fuerza necesaria para poder continuar en esa sociedad que siempre quisiste cambiar.
La solidaridad vivida, la muestra de cariño, de admiración de tantas personas, nos hace sentir llenos y se convirtieron en la mejor muestra de que se hace camino al andar y la verdad es que recibimos mucho, demasiado de ti, “tanto hemos recibido, que no es nada material, nada que se cuenta, nada que se mide, nada terrenal, lo que proporcionaste es el poder de seguir avanzando, la razón de seguir adelante en esta vida, las justificaciones de seguir siendo quien soy, el motivo de darme a los demás”
“Yo papi soy tu obra, que fue complementada con la gran mujer que te acompaño, mi madre. Esa mujer que con su solo aliento me hace sentir la necesidad de su consentimiento. Esa madre que no habla pero hace, no expresa pero se siente, no pide pero todo se lo merece…
Un fuerte abrazo, de tu hijo que te ama! Mantendré firme ideales, principios, firme de convicción e integridad, nunca servil, siempre digno, eso que nos enseñaste con tu practica y ejemplo, esa es nuestra mejor y única herencia, nadie nos derrota, nadie, ni nada nos liquida, siempre de pie.