Querida Jennifer:

Con la inocencia que te caracteriza como joven profesional, nacida en un hogar de cl­­ase media, es casi seguro que no recuerdes quién fue en nuestra historia Pedro Santana, una de las espadas más gloriosas en la lucha por nuestra separación de Haití. A él es que se refiere nuestro Himno Nacional cuando en las primeras líneas de su cuarta estrofa dice:

“Y si pudo inconsulto caudillo

De esas glorias el brillo empañar

De la guerra se vio en Capotillo

La bandera de fuego ondear”.

Al patrocinar la Anexión, Pedro Santana se hizo cómplice de numerosos crímenes, por lo que hoy se le recuerda no como el héroe, sino como traidor a la patria.

Cuando en el día de hoy el desnaturalizado “héroe” nombrado Delio Gómez Ochoa  los califica a ustedes como “delincuentes” por estar haciendo protestas pacíficas sobre lo que ustedes creen justo, y no aceptar como borregos castrados el silencio cómplice de los que intentan llevar a la destrucción de tu nación.

Con razón o sin ella, sigan protestando ¡coño! que ustedes con sus protestas marcan la distancia separándose de esos castrados mentales, identificados por el silencio cómplice y sobre todo, de aquellos sinvergüenzas que participan en el hecho histórico para pasar factura.

Te seguiré explicando en otra oportunidad sobre lo caro que le siguen saliendo algunos héroes a tu país y digo a tu país, porque el mío ya no existe, se perdió entre la bruma, cuando mercenarios como éste se creyeron investidos con la dignidad de mandarlos a callar.

¡Levanta tu voz! no te quedes callada que ese es el sentido de la palabra libertad, libertad, libertad.