(In Memorian)
Nunca me conociste
aunque atenta siempre seguí
el hilo amable de tus canciones
nunca me viste ni me verás jamás
sumida como te encuentras ahora
en la cavidad opaca, rotunda, definitiva de la muerte.
Me han dicho que te has ido
con tu nariz aguileña, justa, sobresaliente
tus pómulos generosos
exhibiendo su bondad numerosa, atesorada de madre
tu sonrisa franca, limpia, inmensa,
lo mismo que tus sueños,
bienhechora para todos y distribuyendo
su tesón de esperanza en el espacio.
Me han dicho que te has ido
al lugar incierto donde, quizás, ya no se cante
pero tu voz seguirá aquí con nosotros
apoyándonos, cuando nos asalten las dudas o el desgano,
cuando no sepamos si es válido seguir, seguir luchando
por el triunfo del bien, la justicia y la libertad.
Te nos fuiste despacio, sin ruido,
pero te aseguro que tu voz seguirá aquí,
vibrando la fuerza de su alegría, cuando no sepamos
si entregarnos a la incertidumbre…
entonces, las espigas de fuerza de tu voz desgranada,
llegarán con su oxígeno resonante, victorioso,
para recordarnos,
que sí es nuestro deber continuar,
sin amedrentarnos ante la injusticia
enfrentando con ganas y aplomo siempre,
la maldad y la intolerancia en el mundo.
La hoguera definitiva de tu voz levantada
entregando su azul turquesa, sus torres de cereal,
espaciosa en la intemperie, seguirá aquí,
suficiente, animosa, desafiante, en nuestras venas,
musitando su fraternidad abundante,
y si el desasosiego, amenazador y sin alas
se presentara un día,
con fe te invocaremos,
llamaremos congregados con la convicción
con que se nombra a una santa noble,
el bramido de tu voz templada no se hará esperar
nos arrojaremos con abandono al regazo cálido de tu canto
para que nos arrulle innumerable
con su perfume de lucha y su ternura profunda, ¡insuperable!
Es ahí cuando con fe y ánimo
vendrás otra vez a nuestra memoria
con el rocío espléndido de tus convicciones
y tu poncho ancho, reivindicativo, de combate,
del sur de América
de la América mestiza, blanca, india y negra
donde ocurre el milagro
que se unen, por fin, todos los pueblos,
porque en nuestro suelo, el mestizaje,
con el elaborado prodigio de sus colores
hermana a los pueblos y a todos los hombres.
Y sé que vendrás otra vez Negra Nuestra
recordándonos la ruta de seguir, seguir…
aunque tengamos que batallar una y otra vez
con la tristeza vasta, terca,
porque te has ido,
arrullada con la geometría despierta de tu manta tejida
tu tejida manta de india buena
irradiando ceremoniosa en el aire
la reverencia de nuestros colores, signos y matices.
Vendrás otra vez con una señal de amiga,
con mirada silvestre, esclarecida, sonreída
y olorosa a pampa
a consolarnos por tu ausencia
en fin, Mercedes,
has venido para quedarte siempre
persistiremos en la alegría de monte de los ideales
dejaremos impresos
el dominio esclarecido de la primavera indomable,
veteada de fuerza, de luz y de verdad
sobre los días, la vida y el hombre
en medio de un azul vivo que cobra más follaje
con la bandada caudalosa de tu canto
vivirás aquí siempre con nosotros
tus canciones las seguiremos cantando
con brío, en medio de la mañana abierta
bien provista con su luz y sus buenas intenciones
las seguiremos cantando
por la paz, la justicia, la libertad
y también por el amor en toda la tierra!