Se cumple un año más de la llegada al país de la gloriosa Expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo. La Gesta de Junio de 1959 marcó un antes y un después en el devenir histórico, demostró, con su heroísmo, al ofrendar sus vidas, que el Tirano y sus cómplices, eran vulnerables.
Cuando se toma una decisión de trabajar como pionero, para el bien de las generaciones futuras, se trasciende nuestra propia pequeñez y nos volvemos ciudadanos del mundo, por eso la Sociedad Dominicana les llama “Los Miembros de la Raza Inmortal”.
Un país camina hacia la madurez cuando reconoce el aporte de sus mejores hijos, los que con su actuación abren surcos de honor, de entrega, de heroísmo y de amor a sus semejantes, al entregar sus vidas para que se instale una verdadera democracia, con un trato igualitario para todos.
En mi pantalla mental me traslado a las montañas de Constanza y veo a esos hombres más que hombres caminar con pasos seguros, con su mochila llena de sacrificio, de su heroísmo y de su honor, trillaron los caminos, con su fusil y fueron cayendo uno a uno, con la frente en alto del deber cumplido.
Otros fueron apresados y masacrados, vejados y torturados sin misericordia; los que quedaron vivos (los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal Guerra, y los dominicanos Francisco Merardo Germán, Poncio Pou Saleta, Antonio Gonzalo Almonte Pacheco y Mayobanex Vargas y Vargas) pasaron muchas penalidades, pero pudieron servir de voceros de sus compañeros que ya no podían hablar.
El sacrificio de esos valientes hombres encendió en los corazones de los dominicanos la antorcha de la libertad e hicieron vibrar las conciencias de Las Hermanas Mirabal (Las Mariposas), de los que ajusticiaron al tirano Rafael Leónidas Trujillo, encabezados por Antonio de la Maza; de Manolo Tavárez Justo, comandante del Frente de Manaclas y sus compañeros.
De Fernández Domínguez, ideólogo de la Guerra de Abril, de Francisco Caamaño, Comandante de Abril y Playa Caracoles. de Amaurys Germán, quien murió combatiendo junto a sus compañeros.
De los que murieron en las ergátulas Trujillistas, de los que mataron, a veces familias enteras, como los Perozo, los Mainardi, los de La Maza y de tantos anónimos que murieron por revelarse, ante esa oprobiosa y cruel tiranía.
Esa sangre derramada no ha sido redimida, nos falta mucho por lograr, algunas cosas puntuales como son:
La separación de forma real de los tres poderes del Estado, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Un poder Ejecutivo que administre y ejerza el poder, con pulcritud, transparencia e igualitario.
Un Poder Congresional, que legisle en beneficio de la sociedad y no en su beneficio, o al partido que pertenece. Sin barrilitos ni cofrecitos.
Un Poder Judicial, que le ponga la venda de nuevo a su logo, para que haga cumplir las leyes, con imparcialidad.
Una Ciudadanía, que cumpla con sus deberes y derechos, se mantenga vigilante, frente a la actuación de los Poderes del Estado.
El mejor homenaje, que podemos hacer, los que llevamos la sangre de esos héroes y mártires, es llevar a una vida acorde a los ideales, por los que ellos entregaron sus vidas, al traicionarlos, renegamos y olvidamos, su sacrificio y no sé cómo podemos alzar la vista hacia ellos.
Hasta que nos quede un hálito de vida, tenemos el sagrado deber, de luchar y uniros a todo lo que sea sano y beneficie a los demás. Como ejemplo de ello, los jóvenes que idearon los actos en La Plaza de la Bandera, hizo renacer, una pequeña luz de esperanza en nuestros corazones, debemos apoyarlos para que continúen en ese sendero de reclamar, cuando nos pisotean y violan las leyes.
Así podemos disfrutar de un nuevo amanecer, que nos caliente el alma y nos dé fuerza y haga florecer en todos los dominicanos, todo lo bueno, bello y verdadero.
Loor a los Miembros de la Raza Inmortal!! Serán siempre nuestro ejemplo por el amor a la libertad.