Hemos tenido la grata noticia de que la Escuela de Artes Visuales ha inaugurado la exposición colectiva Jaime Colson, bajo el título de ¨el legado del maestro¨ con motivo de la conmemoración del 120 aniversario de su nacimiento. Este reconocimiento al maestro de la pintura dominicana que fue Jaime Colson es un acto de justicia y reconocimiento cultural por la importancia que posee este artista en el mundo de la pintura dominicana.
En el artículo aparecen sobre una treintena larga de nombres que fueron discípulos o alumnos de Colson entre los que destacan Cándido Bidó, Fernando Peña Defilló, Elsa Núñez, Rosa Tavares, Dionisio Blanco y otros importantes pinceles nacionales. También como no podían faltar en este tipo de notas los correspondientes a la ministra de cultura Doña Carmen Heredia, el director de Bellas Artes, Mario Lebrón, la señora Grisolía, sobrina de Colson y algunos más.
Pero al mi humilde parecer faltaba uno, el más importante, el de Don Juan José Bellapart quien fue el verdadero promotor de la figura de Jaime Colson. Sin el apoyo totalmente desinteresado de Don Juan José Bellapart, Jaime Colson no sería el Jaime Colson que conocemos con todo su esplendor e influencia artística.
Los recursos económicos, logísticos y humanos invertidos en promoción y proyección a nivel local e internacional de este pintor fueron inmensos. Sí, inmensos. El Sr. Bellapart creía en la obra de Colson, en su arte, en su talento, en su estilo, en su originalidad, en su influencia, en su potencialidad, y por ello exhibió su obra por el mundo, en el Pompidou parisino, en Japón y otros países importantes, y aún recuerdo que el cardenal Jesús López Rodríguez y una comitiva dominicana hizo una misa en las islas Baleares en memoria de Jaime Colson.
Y también cómo el Sr. Bellapart me relataba con emoción el rescate de unas importantes pinturas de Colson que estaban en posesión de unos familiares de artista en la ciudad de Barcelona, donde nació, y que completaban aún más su larga colección y como excelente negociante que era pudo hacerlo en condiciones muy convenientes.
Asimismo, editó un exquisito y muy cuidado libro sobre su obra, una autentica y costosa joya editorial que no lo vendía sino lo obsequiaba a quienes entendía que lo merecían. El nombre de Don Juan José Bellapart no puede estar ausente en ningún acto de Jaime Colson. Fueron como uña y carne… y aún más como tela y marco.