I.- Luego de la pandemia,  continúa la obra de los emprendedores

1.- La inesperada y desagradable COVID-19, ha causado y sigue acarreando daños materiales y espirituales a toda la humanidad,  pero  su permanencia  no será eterna, y aunque nunca olvidaremos las aflicciones sentidas, poco a poco trataremos de calmarlas con dificultad,  porque se han fijado en nuestra conciencia como un sello indeleble.

2.- Una vez desaparecida la pandemia, como prueba de que la calamidad del virus no ha logrado desalentarnos, debemos prepararnos para con más y nuevos bríos echar adelante y materializar  renovadas  ideas con sentido halagüeño.

3.- Los mejores hombres y mujeres del país, con firmes sentimientos y convicciones de laboriosidad, acostumbrados a vencer complicaciones de todo tipo, han de ponerse en funcionamiento y arrancar para recuperar el espacio de tiempo perdido dedicado al confinamiento obligatorio.

4.- Poniendo en primer lugar el deseo de vencer mediante disposición y consagración, hay que confiar que los auténticos emprendedores, resultaran vencedores con el dinamismo resolutivo que han demostrado tener.

5.- La práctica de la vida enseña que cuando los países pasan por períodos de complicaciones, como ha ocurrido con la COVID-19, una vez salvada la dificultosa coyuntura, está a cargo de los que creen en el trabajo para avanzar ponerse en condiciones de arrancar y alargar  el paso  para estar en su centro de operaciones y luego de aceitadas las máquinas y los trabajadores  prestos para comenzar a producir. 

6.- Toda actividad humana entraña un proceso que comprende diversas fases que se suceden para lograr un fin. Precisamente, la integración a la producción es y debe ser el objetivo a concretizar  para la superación que necesitamos. En los puntos de labores tiene lugar la creación con el intelecto o con la fuerza física de nuestros  brazos.

7.- El esfuerzo manual o mental da como resultado productividad, con la intervención del consumo de la fuerza de trabajo para la creación de medios de producción y objetos de uso personal necesario para la existencia y desarrollo de la sociedad humana que es lo que hace fructíferos a los hombres y a las mujeres.

II.- Los pueblos glorifican  a los que aportan con su trabajo

8.- Aquellos que están en el medio sin ser provechosos, se convierten en parásitos sociales, porque solamente viven para ser infructuosos. Estos son los inútiles e impertinentes que tienen una existencia placentera para consumir sin hacer labor alguna para bajar el lomo.

9.-  Los pueblos, bajo cualquier circunstancia, están llamados a confiar, solamente fiarse de aquellos entes que en el ámbito donde accionan aportan. Está comprobado  que quien no coopera  para satisfacer sus necesidades se  convierte en una carga social por estar en condición no productiva.

10.- Si se ha presentado la COVID-19, y ha traído con ella toda clase de pesares, lo que corresponde a los que luchan por el avance de la sociedad es convertir esta desventura en felicidad, sin ninguna clase  de  jerimiqueo que solo motiva pena.

11.-  Si somos conscientes de que los países como el nuestro están obligados a la superación del atraso socio-económico, heredado del pasado colonial y agudizado a consecuencia de la experiencia neocolonial,  no debemos parar por dificultades,  y accionar para una salida integral de los inconvenientes presentes y encarar  aquellos  que surjan

12.- Debemos mantenernos confiados en las potencialidades de los sectores de la comunidad dominicana que permanecen afianzados y dirigen su pensamiento a que alcancemos soluciones eficaces a los contratiempos nacionales. Los aprietos que se han presentado con motivo de la COVID-19 solo se resuelven buscándoles una salida  basada en la eficiente creatividad.

13.- Al momento de proceder a ejecutar una labor de cualquier naturaleza que tenga un fin social, estamos en el deber de poner por delante la finalidad principal de desarrollarnos a fin de crear una economía dirigida  fundamentalmente a satisfacer las siempre crecientes demandas materiales y culturales.

14.- Los mejores intérpretes del sentir de sus respectivos pueblos, con convicciones y laboriosidad, históricamente se han preocupado para que el criterio de estimación y gran reconocimiento de la sociedad sea el trabajo, y no los privilegios de clase o la posesión de bienes. La laboriosidad eleva a los que con su desempeño envían mensajes de ser los constructores  del  porvenir.

III.- Las crisis que genere la pandemia debemos vencerlas

15.- A las crisis, sin importar su naturaleza social, económica, sanitaria, etc., hay que buscarles soluciones por los medios menos dolorosos, para que no se agreguen sufrimientos que lleguen a presentarse. Las sanas voluntades deben armonizarse para ir en solidaridad con quien está en dificultad.

16.- El ser humano con espíritu de trabajo, en cualquier momento debe probar estar presto para colaborar con entusiasmo y eficiencia, sin que las diferencias sociales desempeñen limitaciones en sus actuaciones en favor de aquellos a quienes sirve por convicciones y sentido de apoyo.

17.- Los malestares sociales hay que enfrentarlos con decisión y sin recurrir a ninguna excusa. El deber supremo que el momento  impone a las personas consecuentes es ser  decisivas y esenciales cuando se presentan inconvenientes que reclaman la intervención de las ciudadanas y los ciudadanos más resueltos, porque son los indicados para actuar ante cualquier impasse apremiante.

18.- Es una verdad irrefutable que cada país, sin importar que sea grande o pequeño, pobre o rico, para salir adelante debe contar  con aquellos munícipes que están prestos para unirse con los que se identifican con justas aspiraciones sin ponerlas en tela de juicio para enfrentar  cualquier hecho que se  presente y constituya un escollo para el progreso económico, social e institucional.

19.- Ahora, cuando la COVID-19 no para de flagelar al mundo, es la ocasión adecuada para luchar consecuentemente en cualquier espacio del planeta tierra, del  modo más activo sin egoísmo  alguno, y con el convencimiento de que no hay argumento que justifique soslayar la solidaridad.

20.- Si en verdad aspiramos a disfrutar de un ambiente de felicidad, debemos sentirnos vivamente comprometidos a crearlo, y de manera resuelta  rechazar toda tentativa a que logren filtrarse aquellos que son portadores de desencantos, fracasos y desgracias.

21.- A amigos, amistades y lectores de mis escritos, les hago saber que al momento de concluir  este escrito me encuentro interno en un centro hospitalario de mi ciudad natal. Espero recuperarme lo más pronto posible para seguir exponiendo mis ideas por medio de mis diferentes textos.