Querida Doña Arlette: Quiero expresarle lo feliz que me he sentido al verla entrar al Panteón de la Patria junto a los restos mortales de su amado esposo el Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez.

Quiero reiterarle mi admiración y mi cariño infinitos.

Ud. ha luchado por años y años para que los principios y valores que guiaron a nuestro Héroe Nacional estén presentes en el accionar de los dominicanos y las dominicanas y en especial, de nuestros militares.

Ud. ha luchado porque la determinación, el arrojo, la valentía, el amor patrio y el desprendimiento que acompañaron y guiaron la vida de su esposo, Rafael Tomás Fernández Domínguez sean un referente presente y vivo en el alma y en el corazón de los dominicanos y las dominicanas.

Él sí que fue un verdadero patriota. Él sí que no pensó en sí mismo y tan solo lo animaron los intereses de la patria que a la sazón, había sido estuprada e intervenida.

Ilustre amiga Doña Arlette: su lucha de años incontables no ha sido en vano. Y lo afirmo, no solo porque fruto de ella y la de sus compañeros de lucha hoy se le da al Coronel Fernández Domínguez el lugar que por derecho propio le corresponde junto a otros héroes y heroínas de la patria.

Me refiero además, a que por su constancia y lealtad en los ideales que orientaron su sacrificio patrio, nuestro Héroe Nacional ha convivido entre nosotros durante todas estas décadas y su ejemplo nos ha acompañado y es un referente vivo para nuestra generación, junto a los Expedicionarios del 59, las Hermanas Mirabal, Manolo Tavárez Justo y Francisco Alberto Caamaño. Todos ellos son antorchas de luz que alumbran este presente de tanta obscuridad  y claudicaciones a los principios.

Imagínese por un momento si no tuviéramos el ejemplo de esos héroes y heroínas! Imagínese! Cómo podríamos albergar esperanzas y tener fuerzas para atrevernos a luchar por un presente y futuro más digno para nuestra República Dominicana?

Doña Arlette siempre admirada: quiero decirle que aunque constituye un paso enorme llevar al Coronel Fernández Domínguez al Panteón de la Patria, aún la tarea de honrarle no está completa. Que ésta solo la lograremos el día que edifiquemos la República, de justicia, de derechos y de instituciones por los que él luchó y se inmoló. De manera que con este acontecimiento del presente no hemos terminado de hacer justicia con nuestro Coronel de siempre.

Nuestra Doña Arlette: Cuánto quisiera ver nuestros militares enarbolar los principios y valores del Coronel Fernández Domínguez; que estudien su vida corta pero intensa; que abracen sus sentimientos con la patria y con la dominicanidad; que sean patriotas, antiimperialistas, antigolpistas, demócratas, honrados, honestos, leales, valientes, rebeldes, con arrojo, solidarios.

Llegará el día Doña Arlette en que sea con nuestro accionar y nuestro ejemplo que honremos a  nuestros héroes y heroínas.

Llegará el día en que los dominicanos y dominicanas despertaremos de este largo letargo y veneraremos  a nuestros héroes y heroínas, construyendo la patria por la que ellos lucharon.

Ellos solo descansarán en paz cuando puedan vernos, en palabras de Juan Pablo Duarte, ¨libres, felices, independientes y tranquilos¨.

Llegará el día admirada y querida Doña Arlette. Mantengo vivas las esperanzas.

Le doy junto a los míos, un abrazo desde nuestros corazones.

¡Viva por siempre el Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, Héroe de la Patria Dominicana!