Siguiendo esa espiral celebraticia de las fechas redondas, recupero un artículo publicado hace exactamente diez años en el periódico Hoy, el 3 de noviembre del 2004. Lo escribió la periodista Ángela Peña, uno de mis pilares existencias esenciales en todos estos años. Su título: "Un Agregado Cultural, no un becario". Como se los copio más adelante, sospecho no hay necesidad de agregados.

Más allá de los ámbitos propios del ego -yo también tengo el mío-, lo comparto con ustedes para insistir en la necesidad de ver los caminos recorridos, percatarse de los fallos, de los logros, asumiendo las zonas de turbulencias y tratando de mejorar.

Desde 1990 vivo en Berlín, Alemania, y desde el 2004 he laborado en la Embajada de la República Dominicana como Consejero.

En esos catorces años previos a mis funciones diplomáticas, me los he pasado limpiando pisos, trabajando en correos, pintando casas, dando clases de español, cuidando niños, asesorando proyectos de integración multicultural, y como consejero de proyectos para refugiados en Berlín. Concluí mis estudios de Doctorado en la Universidad Libre de Berlín, graduándome con una honores, en el 2000, con una tesis que luego publicó e Archivo General de la Nación, sobre los orígenes de Santo Domingo.

Como Consejero, encargado de cuestiones culturales, las iniciativas han estado orientadas en potenciar los vínculos históricos entre Alemania y nuestro país: recuperamos a Erwin Walter Palm y Hilde Domin, una pareja de judíos alemanes que entre nosotros sentaron las bases para el estudio de la arquitectura y el arte colonial. En el 2008 celebramos una gran exposición dedicada a Pedro Henríquez Ureña, en los espacios del Instituto Iberoamericano. En el marco del Grupo Latinoamericano de las Embajadas, hemos estado presente en las feria del libro de Leipzig y Frankfurt, publicando finalmente una antología de cuentos dominicanos en alemán, dentro del proyecto Cielonaranja.

Junto a esas actividades el día a día "cultural" ha estado marcado por coleccionistas que quieren información sobre pintores alemanes que han pasado por nuestro país, productores de televisión que han rodado en nuestras calles, estudiantes que quieren hacer pasantías o investigadores luego convertidos en dominicanista y hasta de dos doctorantes queriendo establecer los parámetros del viento en nuestra media isla.

En esa lides hemos logrado constituir una pequeña red, llegando hasta la India, donde gracias al Embajador Hans Dannenberg y al Ministro David Puig, pudimos participar en actividades culturales en Calcutta y Nueva Delhi. Producto de esa experiencia fue la edición de una antología de cuentos dominicanos en bengalí, junto a la Sociedad de Hispanistas de Calcutta.

Otro aspecto esencial de nuestro trabajo ha sido el vínculo con el mundo académico alemán y también austríaco, participando en seminarios y estableciendo un directorio de dominicanistas en Europa. Un obstáculo que lamentablemente no hemos salvado, es nuestra deficiencia en cuanto a las series limitaciones en el campo de la Humanística, donde el franco retroceso de esta área en nuestras universidades, sólo crea una vía de movilidad: la de los académicos alemanes que nos visitan y no el camino inverso, el de los dominicanos que podrían acceder a Europa.

El concepto de "cultura" en el marco de las Relaciones Exteriores es bastante amplio, y no se limita sólo a la presentación de nuestros valores. También hay que cuidar la imagen, estableciendo relaciones fructuosas con los medios de comunicación, las fundaciones, los espacios culturales y las instituciones culturales.

Nuestro país juega cada vez más un significativo rol dentro del Caribe. Ahora que hablamos de "industrias culturales" y "exportación de la marca país", sería también importante ampliar nuestra capacidad operativa situándonos en el contexto del Caribe, porque sólo por esa inserción en el coro es que podremos efectivizar nuestra presencia. Los Acuerdos de Lomé, el CARICOM y otros marcos o "lobbies", pueden ser considerables vías para insertarnos dentro de esas rutas culturales.

Ahora los dejo con el artículo de mi siempre querida Ángela Peña. Finalmente no sé si todo lo dicho por esa será palpable, pero al menos sí puedo confesar que esa ha sido la intención.

Un Agregado Cultural, no un becario

 

Por Hoy
info[@]hoy.com.do
03 noviembre, 2004 12:00 am

ÁNGELA PEÑA

Cuando el eminente estratega político Carlos Dore anunció a sus amigos, por Internet, que Miguel D. Mena sería nombrado agregado cultural en Alemania, los cibernautas encontraron merecida y justa la designación porque desde hace años el inquieto profesional se ha convertido en el más consistente vocero de la cultura dominicana. La noticia no había sido publicada oficialmente y ya un amigo de Miguelín escribía: “…Celebremos todos. A Dios gracias, le pagarán por lo que él ha estado haciendo hace mucho tiempo, de manera gratuita”.

Aquí se sabe que casi todos los asignados a esas funciones se agregan a todo menos a ejercer con eficacia el cargo. La mayoría son botellas que aprovechan para realizar estudios, conocer otras culturas, hacer turismo o simplemente cobrar el cheque sin dar un golpe, amén de otras actividades que mejor es no mencionarlas.

Los que acosaron a Dore sin descanso para que intercediera ante el Presidente por el consagrado hombre de letras saben que desde que Miguel llegó a Berlín en los 90 se propuso compartir la dominicanidad con el mundo. En sus años de estudios en el Instituto de América Latina, adjunto a la Universidad Libre de Berlín, no hubo congreso que tratara el tema de América Latina al que no asistiera a hablar del país.

Ha trabajado desde allá en proyectos sociales relacionados con los dominicanos residentes en Alemania y desde hace casi diez años mantiene un espacio en la red llamado “cielonaranja”  que nació justo cuando las páginas interactivas comenzaban a tener influencia universal.

Sus relaciones con el mundo académico, instituciones y fundaciones alemanas dedicadas al Tercer Mundo son muy amplias y es seguro que ahora Miguel, investido de Agregado Cultural, sabrá sacarles mejor provecho en beneficio del país, de los criollos. Todas las actividades culturales que celebran los dominicanos residentes allí han encontrado de su parte un invariable apoyo.

Ahora Miguel desarrollará nuevas iniciativas en el aspecto de las comunicaciones y las relaciones públicas dando a conocer la República, limpiando esa imagen negativa que siempre nos persigue: la de ser un país miserable donde sólo existen la prostitución infantil y las vacaciones del todo incluido.

Miguel D. Mena también hará historia porque en Alemania nunca había existido una agregaduría cultural.

Este nombramiento no es otra beca, ni título nobiliario ni compensación política. Es uno de los más significativos aciertos de este gobierno, en materia cultural.

Miguel es un nostálgico que desde allá vive soñando con la ciudad de Santo Domingo, sus gentes y lugares históricos que conoce a profundidad y quiere hasta la exageración. Tendrá material de sobra para difundir y cantidad de programas que presentarles a sus compatriotas, a los propios alemanes y a otros hispanos que han fijado en aquellas latitudes sus residencias.

http://hoy.com.do/un-agregado-culturalno-un-becario/