El lunes 29 de octubre de 1923 se proclamó la República de Turquía. Así como la conocemos hoy, como la idealizó y diseñó el padre, fundador y primer presidente Mustafa Kemal Ataturk, el “Perfecto Padre”, una “Democracia Parlamentaria Republicana”, laica, unitaria, constitucional, Turquía, apenas acaba de cumplir 90 años.

Como Rusia, es un país con parte de su territorio en Europa oriental, pero al igual que Rusia, la mayor parte está en Asia, incluyendo la capital Ankara. Por su ubicación, Turquía es, si se quiere, el país asiático de mayor influencia geopolítica directa en Europa. Por eso también se le conoce como país euroasiático.

El Mar Mediterráneo, considerado por siempre el mar más importante del planeta, cuyas aguas bañan las costas de países europeos, asiáticos y africanos, se une al importantísimo y estratégico Mar Negro, por medio a los Dardanelos, el Mar de Mármara y el Bósforo, en los cuales Turquía tiene control. Países de Europa del Este, como Bulgaria, Rumania, Ucrania y de Asia occidental como Georgia, sólo tienen salida al Mar Negro y por tanto esta es la única vía de contacto marítimo con el mundo, pero además Rusia tiene sus puertos de “aguas calientes” y una Flota en esta zona.

Desde la transformación, desde que es la República de Turquía, o sea, en todos estos 90 años, ha tenido una importante vinculación con Europa, por eso muchos creen que es un país europeo. Hace mucho que ha expresado su interés de formar parte de pleno derecho de la Unión Europea (UE), ha producido cambios internos para adecuarse a las reglas europeas, no obstante, sobre todo Francia y Alemania, se han opuesto tajantemente su adhesión plena.

Creo que ha sido un error de Europa, pero también creo que ya el interés de Turquía no es el mismo, porque ha observado que en parte la UE no es tan unida, pero que además no son tales los beneficios que obtendría con su entrada.

Se observa en este 90 aniversario de la República de Turquía, que por su comportamiento económico se parece más al continente al que pertenece: Asia. Mientras los países europeos, entre ellos los más industrializados, los miembros del G-7, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, tendrán en este año un crecimiento lento o no crecerán, Turquía seguirá creciendo.

Si a todo lo anterior le sumamos que tiene un territorio de 783.562 kilómetros cuadrados, una población de casi 73 millones de habitantes, tendremos que darle la razón a George Friedman de Stratfor, cuando lo señala como una potencia emergente.

No sólo por el futuro promisorio que tiene, porque de oportunismos, de beneficios materiales inmediatos, de quien dé o done más, no es de lo que se tratan las relaciones internacionales, República Dominicana tiene excelentes relaciones con Turquía. Relaciones diplomáticas que avanzan hacia la consolidación. Ya Turquía dio el primer paso, designando como embajador permanente en República Dominicana a Aydin Evirgen, quien ya está en el país y sólo espera presentar Cartas Credenciales al presidente Danilo Medina para que la Embajada de Turquía  comience a funcionar. Por reciprocidad la República Dominicana deberá hacer lo propio a la mayor brevedad.

Felicidades al pueblo turco en el 90 aniversario de esta nueva etapa de su rica y dilatada historia, sin lugar a dudas será parte importante en el nuevo orden mundial que se está gestando, cuyas bases deben ser, la diplomacia bilateral y multilateral, el respeto al Derecho Internacional, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la cooperación.