Tanto apretar la tuerca puede romper la rosca decía aquel merengue. 

El país fue colocado este domingo 16 de febrero en una crisis creada a causa de una votación municipal frustrada, a su vez causada porque la boleta electrónica no cargó en las terminales de computadora.  60% de los colegios electorales afectados.

La Junta Central Electoral, la OEA, los partidos políticos conocían la situación desde el sábado 15 de febrero antes de anochecer.  El pueblo votante se enteró el domingo a las 11:11 de la mañana, hora del anuncio del Presidente de la JCE.  Los actores principales, los votantes, es decir cada uno de nosotros, “el soberano”, “el pueblo”, fuimos los últimos en saber lo que ocurría.

Miles de millones gastados inútilmente.  El costo es descomunal, tanto en los equipos del voto automatizado, como en las campañas municipales.  Nunca antes se había dado tal importancia a las elecciones municipales, gracias a la división de estas elecciones.  De ahí que sea tan grande la decepción.

El mayor costo sin embargo es el de la confianza, tal y como señalé en mi cuenta de twitter desde que supe la noticia.  La confianza no es algo que se hereda, ni se regala, es un valor que se construye y cuesta mucho esfuerzo y tiempo.  La reputación de la institución encargada de gerenciar el proceso electoral, la Junta, ha quedado destruida.

Recuperar la reputación y con ella la confianza del pueblo que compone este país en la institución electoral no va a ocurrir simplemente con discursos de autoproclamación de honorabilidad.  La confianza se construye a través del cumplimiento de las reglas del juego, de la posibilidad de predictibilidad de que cada extremo de una relación va a cumplir con su compromiso.

Veamos un ejemplo, Don Pepe, un señor conocido en su comunidad, nombrado como honorable se acerca a un banco a pedir que le presten un millón de pesos.  ¿Cuál creen uds. que será la primera respuesta del banco? El banco querrá saber si Don Pepe tiene cuenta en ese banco, o algún otro servicio financiero, tipo tarjeta de crédito.  Si la respuesta de Don Pepe es afirmativa, el banco pasará a lo próximo, bienes, ingresos, etc.  Si la respuesta es por el contrario negativa, pero Don Pepe argumenta que toda la comunidad lo considera honorable, y cumplidor de sus compromisos, puede que el banco le pida alguna referencia por escrito.  Si Don Pepe no es capaz de conseguirla, la respuesta del banco va a ser muy rápida.  No habrá préstamo.

Y cuál es la causa? La confianza en el cumplimiento.  El banco no tiene forma de saber si Don Pepe le va a pagar.  El riesgo de prestarle es excesivo, y normativamente costoso.

Lo mismo pasa con la JCE. ¿Qué forma tiene la gente y los partidos políticos de saber que la JCE cumplirá con los acuerdos, leyes, Constitución, y demás?  La JCE tiene que evidenciar que cumplirá, y de ahí surge la confianza.

En un escenario como el actual, en el que aún se desconoce la causa raíz de esta crisis política que vive el país, la JCE tiene que emplearse muy a fondo para recuperar la confianza de los partidos políticos y la gente. 

No basta señores con convocar a las elecciones extraordinarias, ni hablar ante las cámaras de lo muy honorables que son en una audiencia pública interminable.

La JCE precisa generar actuaciones que ple ermitan ir recuperando la reputación de cumplimiento de sus compromisos, en este caso constitucional, legal y normativo, así como los acuerdos políticos y protocolos. 

Escuché varios fragmentos de la audiencia pública celebrada el 19 de febrero con los partidos políticos, y algunos de los delegados señalaron acertadamente ciertas actuaciones conducentes a recuperar la confianza.

No me va el repetir la frase usada por algunas de las agrupaciones de la sociedad, sean gremios empresariales o entidades religiosas, la de exigir a la JCE “estar a la altura de las circunstancias.”

Por esa razón paso a enumerar algunos de los ingredientes para recuperar la reputación de confiabilidad que considero más importantes.

  1. Transparencia.  Fue una buena señal el que la JCE convocara audiencia pública con los partidos esta tarde, la que fue televisada a toda la nación.  Pero no es suficiente.  El portal web de la JCE debe ser el canal idóneo para transparentar todas sus actuaciones, pues no creemos q sea factible que la JCE mantenga las cámaras encendidas en todo momento durante sus actuaciones, o las deliberaciones del pleno, etc.  Sin embargo, toda decisión de la JCE debe hacerse previa consulta con los partidos y publicación de la misma en el portal de la JCE.
  2. Responsabilidad legal.  Los hechos del 15 y 16 de febrero 2020 fueron de la mayor gravedad y como tales deben ser exhaustivamente investigado de forma independiente, por alguien con autoridad para abrir proceso legal inmediato si procede, contra los presuntos responsables.  El plantear que una fundación muy reputada internacionalmente analice los equipos es sólo el primer paso de la investigación.  Esa fundación no va a imputar, simplemente ofrecerá los resultados de su peritaje que responderán qué ocurrió y dará pistas sobre el cómo. 

Si los partidos políticos se contentan con eso, yo lo desaconsejo, será un ejercicio intenso pero inútil.  Hay que exigir y lograr que sea nombrado un procurador especial electoral independiente a la mayor brevedad, consensuado con todos los partidos políticos y la sociedad civil, para que complete la investigación y realice las imputaciones que procedan.  Ya deberían ir barajándose perfiles y nombres.

Las investigaciones paralelas llevadas a cabo por la PN, deben ser dirigidas por ese procurador especial electoral, por lo que este nombramiento es urgente.  Recomiendo a los partidos políticos de la oposición tomar la iniciativa y comenzar a proponer ternas para alcanzar dicho nombramiento a la mayor brevedad.  Este procurador deberá tener a su disposición todas las herramientas y garantías para realizar las investigaciones.

3. Testigos/observadores.  La JCE debe tener terceros confiables que sean capaces de dar la referencia correcta de cumplimiento.  Ese es el papel de los observadores nacionales e internacionales.  En ese sentido el rol de la OEA y Participación Ciudadana es crucial.  Adicionalmente, partidos políticos deben concitar la participación de la comunidad internacional, vía por ejemplo los embajadores acreditados en la R.D., y la participación de la sociedad civil ampliada, de manera que la población y los partidos puedan tener alguna referencia de terceros sobre el cumplimiento de la JCE de las leyes y los acuerdos, conforme a las mejores prácticas.  Son muchos los espacios que requerirán de observadores, y son muchos los testigos referenciales que necesita ahora la JCE para recuperar la confianza.

4. Logística de transmisión de información segura.  Este es a mi entender el desafío más complicado, especialmente por el descrédito que ha caído sobre las tecnologías utilizadas hasta ahora.  Ello no significa que lo físico haya sido idóneo en el pasado, no nos vamos a cegar.  Las urnas en vertederos de basura son inolvidables.  Lo que aconsejo es que para adoptar la metodología de logística de transmisión de datos seguros, se cumpla con las 3 características anteriores para que sea confiable al público y los partidos políticos, transparente, participativa y acompañada de observación.

El ánimo de la sociedad dominicana esta crispado, desconfiado, enojado.  Ello no debe obstaculizar que pensemos juntos en soluciones, nos involucramos, las debatimos, y tratamos de que lleguen a los tomadores de decisiones.