El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AIDIS) realizaron una reciente Evaluación Regional del Manejo de los Residuos Sólidos en América Latina y El Caribe que incluyó República Dominicana.    

Es esencialmente estratégico para el tema de gestión de residuos sólidos subrayar que esta evaluación dedica un capítulo completo al tema que nos ocupa hoy: Generación, Barrido, Recolección y Transporte de la basura. El estudio aunque no hace un análisis específico de Santiago, es una referencia técnica esencial para la crítica constructiva.

Cómo orientar y tarifar la Generación de residuos en kilos por habitantes día (Kg/Hab/Día), pues ni empresas, ni hogares de esta ciudad hacen lo que tienen hacer, ni pagan lo que deben pagar en arbitrios por la basura generada en cada territorio. Mucho menos, la Recolección de la basura se estructura en calendarios y rutas normalizadas. Asimismo el Barrido de calles, aceras, cunetas y limpieza de imbornales es totalmente salvaje. Finalmente, el Transporte además de concentrar las fallas anteriores, era en el Ayuntamiento de Santiago desde hace mucho tiempo, más que una función sistémica integral, un departamento con caos en el uso discrecional y politiquero del combustible, un desorden de beneficios propios de muchos camioneros de las rutas de recolección y un personal analfabeto y expuesto a riesgos.   

Lamentablemente, la pasada gestión del Ayuntamiento de Santiago desarticuló el sistema de gestión de residuos, inundándolo de líos de actores en permanente y paralizante conflictos. La  generación y transporte de residuos sólidos es el indicador más importante para dimensionar la magnitud y escala que deberán tener los distintos servicios de gestión de residuos. Son un parámetro clave en la toma de decisiones para la creación de un eficiente, eficaz y efectivo Sistema de Gestión Integral de Residuos (GIRS).  En Santiago de este GIRS sólo queda el nombre y la Corporación de Aseo sólo queda una sigla para cubrir todo tipo de tramposerías con punitivas implicaciones judiciales.  

Sobre esto último hay pruebas acumuladas en los pasados 10 años que pueden ser confirmadas en la evaluación profesional que de seguro con apoyo de Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el CDES habrá de realizar el doctor Abel Martínez, nuevo Alcalde de Santiago  al sistema de transporte de residuos del Ayuntamiento y a las Empresas. Ya se está en eso con el aval de la Ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino.        

Al año 2010, Santiago producía un promedio 1.1 kg/Hab/Día de residuos sólidos urbanos (RSU) y de 0.85 de residuos sólidos domiciliarios (RSD), generamos más RSU y RSD que todos los países y ciudades de Centroamérica y el Caribe, y nos acercamos a países como Argentina, Chile y Brasil. De forma promedio en esta basura, el 55% es orgánico y el 45 % es inorgánico. O sea “perecedera” pues se transforma bioquímicamente con el tiempo e “imperecedera” dado que mantiene su estructura física y bioquímica estable. En Santiago todo el barrido de escombros y restos es manual, no existiendo hasta ahora ningún tipo de procedimiento mecánico que lo realice. Se necesitan 6 barrenderos por cada 10 mil habitantes, lo que impone tener contratados, bien uniformados y vacunados un promedio de 390 personas para el barrido de la ciudad y más de 500 para todo el municipio.

Está demostrado que el transporte y recolección eficiente de la basura impone una colecta diaria, o al menos de 2 a 5 veces por semana, las crisis y las quejas ciudadanas ocurren cuando se superan los (7) siete días sin recolección. Este es el período en que la basura orgánica se descompone generando olores nauseabundos y atrayendo cientos de miles de moscas, cucarachas y ratones. En Santiago y República Dominicana existe un promedio de 28 camiones de transporte por municipio, que es lo mismo que una proporción de 0.35 camiones por cada 10 mil habitantes. Para un municipio grande como Santiago la aspiración o meta tendría que duplicar esta tasa de camiones por 10 mil habitantes, o sea casi 0.70 camiones por 10 mil habitantes son 60 camiones compactadores para todo el municipio.

La Agencia Japonesa de Cooperación Técnica (JICA) en cooperación con Santiago promovida por el CDES, aseguró con una asistencia no reembolsable, que cada camión de la flota municipal tuviera un dispositivo automatizado controlado por un servidor central con varias terminales dispuestas en el Ayuntamiento para monitorear vía georeferencia cada camión del Ayuntamiento y las Empresas.

Ese dispositivo permitía saber la ruta exacta y los tiempos utilizados para la recolección y transporte, lo que aseguraba el control de las irregularidades, pues varias empresas hacían acuerdos con los camioneros para privilegiar por encima de la norma, la recolección en sus negocios. Todos los dispositivos de los camiones y las computadoras fueron reportados perdidos o dañados. Lo mismo aconteció con más de 10 jóvenes ingenieros santiagueros que esta agencia especializó en Japón en esta materia, los cuales ante el caos, se fueron retirando o fueron cancelados de sus funciones. La JICA se retiró del Ayuntamiento por este daño irreparable a la eficiencia y transparencia del sistema.                

Sistémicamente luego de recolectada la basura, se recomienda que existan servicios de trasbordo de residuos a zonas estratégicas escogidas para disminuir los costos de transporte a sitios lejanos de disposición final. Se adquirieron varios dispositivos de trasbordo para esta acción, especialmente para zonas lejanas del relleno y densamente pobladas. Las estaciones de transferencia de basura son puntos estratégicos donde los residuos son trasladados para su posterior recolección en vehículos de mayor tonelaje. Esta logística que colocó grandes recipientes de recolección en puntos clave de la ciudad también se perdió y se violó, causando todo tipo de problemas.

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