Cuando leí sobre la selección de Francina Hungría como candidata a la vicealcaldía del Ayuntamiento del Distrito Nacional pasé por un estado de situación prolíficamente confuso. Para salir del juego de confusiones tuve la determinación de elaborar a vuelo de pájaros un menú detallado de preguntas, que me ayudarían a obtener respuestas que me sacarían de las borrosas imágenes que se habían insertados en mi cerebro.

Del autodiagnóstico practicado se dispararon, como relámpagos en la noche, una serie encadenada de preguntas que desembocaron en buscar respuesta al por qué una persona con limitaciones físicas, en este caso visuales, fue seleccionada para presentarla a la opinión pública del Distrito Nacional como candidata a la vicealcaldía del Ayuntamiento más importante de República Dominicana?. Saber, si la decisión tuvo intenciones de instrumentalización mediática de una figura pública?. Quienes tomaron la decisión, acertada para algunos y descabellada para otros, lo hicieron convencidos de que la ciudad de Santo Domingo de Guzmán requiere una política pública clara y concreta de inclusión social?. Servirá esta posición para desmontar la actitud de centralización irracional, antidemocrática, excluyente de las mujeres y de los grupos socialmente más vulnerables que ejercen y que practican los alcaldes dominicanos? La figura de Francina Hungría serviría para romper con las barreras arquitectónicas de la cual ella misma es víctima?. Serviría su posición para manejar el poder establecido en la legislación municipal vigente?.

Y la respuesta se enfoca para afirmar que la figura de Francina Hungría será útil, siempre y cuando gane las elecciones municipales, cuando en el ejercicio del poder pueda aportar de modo seguro e indefectible a asumir sus competencias de enfoque de género, como lo establece el Art. 368 de la Ley 176-07 del Distrito Nacional y de los Municipios. Este artículo describe de modo directo que la vicealcaldía es el cargo responsable de la comisión permanente de género, la cual además podrá atender asuntos relacionados con la niñez, la adolescencia, los discapacitados y los envejecientes.

El cargo será útil en la medida que ejerza fuertes influencias para asegurar que la ciudad sea habitable, permita la cohesión social y el ordenamiento del territorio con enfoque de inclusión de los grupos socialmente más vulnerables, especialmente las personas con alguna discapacidad, los envejecientes, la niñez, Etc. Será útil en la medida que se definan y apliquen de modo serio políticas que permitan que las personas no videntes disfruten el derecho de circulación por las vías públicas y aceras, calles sin obstáculos o barreras, obstrucción del tránsito por parte del parque vehicular, la falta de semáforos para invidentes. Será útil en la medida que las edificaciones se construyan considerando los derechos de las personas con alguna discapacidad y que los envejecientes no estén obligados a vivir en primer piso o estar encerrados en apartamentos que limitan su circulación vertical, porque no existe una normativa que obligue a los constructores a diseñar edificios de apartamentos considerando los derechos de las personas de la tercera edad y con limitaciones físicas.

Francina Hungría, podría ser un ejemplo de vicealcaldesa. No obstante, si su alcalde gana las elecciones, tendría que dejarla que ejerza sus funciones. La mayoría de mujeres que ocupan estas posiciones han sido relegadas de modo intencional, otras se han acomodados y una minoría han ejercidos, porque son del equipo político de los alcaldes.

La actual vicealcaldesa del Ayuntamiento del Distrito Nacional, que muchos desconocen quién es o no la recuerdan, ha ocupado esa posición sin relevancia y sin notoriedad. Francina Hungría podría ser la primera mujer no vidente que ejerce un cargo público de elección popular en la capital de la República Dominicana. Si Francina no ejerce el poder político, le estaría pasando igual que a la actual vicealcaldesa, Margarita Alvarez de Peynaldo, convertida en una funcionaria en la sombra. Si a Francina Hungría no la dejan ejercer, en caso de que el PLD gane las elecciones del Distrito Nacional, entonces estaremos ante una acción miserable y mendaz de instrumentalización de una figura pública, o ante una estrategia de marketing político cuyo objetivo principal sería ganar votos. El deseo es que la dejen cumplir sus funciones, al igual que a todas las mujeres que van en la posición de vicealcaldesa.