No hay que estar aprovisionado de las escuchas de los servicios de inteligencia de los organismos de seguridad del Estado, a lo que condicionan la efectividad de su trabajo Joao Santana y su equipo, para advertir que la exposición de Danilo Medina, ayer en la Cámara Americana de Comercio, fue la de un candidato que perdió el foco de la realidad nacional.

Danilo fue a la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana, el más destacado escenario que tienen los candidatos en cada proceso electoral, y lo hizo con un discurso en el que pulsó teclas que jamás debió tocar, no al menos en la forma en que lo hizo.

Tres de los pilares de ese discurso giraron alrededor de los fracasos más grandes de su gestión que concluye, medidos por resultados, y me refiero a los temas de la seguridad ciudadana, al pacto fiscal y el pacto eléctrico.

Me refiero al tema de la seguridad ciudadana, una tecla que Medina jamás debió tocar, porque para su gobierno es como mencionar soga en casa de ahorcado. En el gobierno del presidente Medina los delincuentes han impuesto su ley de sangre y fuego, como si al parecer aquí no hubiese autoridad.

Peor aún, el crimen organizado y los delincuentes comunes han penetrado profundamente las instancias de la autoridad, e incluso han llegado a sustituirlas. En muchos barrios populares es sabido que la autoridad pública la ejerce el Jefe del Punto, de microtráfico, a donde acuden los vecinos cuando le roban algún bien o los maltrata algún delincuente común. Y efectivos que son.

Aunque la situación de la inseguridad ciudadana ha sido ya por años el problema que más preocupa a nuestro pueblo, ese tema no ha sido una prioridad para el presidente Medina. Al menos en dos ocasiones, a principios de su gobierno y como a los dos años, su actual socio político el presidente del PRD le propuso que articulara un Pacto Nacional por la Seguridad Ciudadana, y en ninguna de las dos ocasiones le hizo el menor caso.

Peor aún, su campaña reeleccionista montó una orquestación de ataques en contra de Luis Abinader, porque se ha estado asesorando con expertos de países de exitosas experiencias en el control de la delincuencia.
En vez de atacar a Luis Abinader por dar pasos concretos en la solución del problema, la campaña del presidente Danilo Medina debió reconocer esos esfuerzos, como el seminario internacional que organizó en el país en 2013, con la presencia de expertos de Colombia, Estados Unidos y otros países.

Y como es su iniciativa más reciente de contratar la asesoría del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien tuvo una exitosa experiencia de control de la delincuencia en esa ciudad.
Danilo no debió tocar la tecla de la delincuencia ante el auditorio de empresarios y ejecutivos de ambos sexos acostumbrados a evaluar los procesos por resultados y no por retórica política evidentemente desfasada.