Hemos pasado mucho tiempo reflexionando sobre cuáles son las carencias del cine local, y aún con todo lo que podemos decir comercialmente sobre los tecnicismos, sobre las actuaciones, sobre el guión (que a mi parecer es el problema más grande) aún pienso que es un problema que va mas allá de solo una buena historia.
El cine debería comenzar a enseñarle al pueblo a luchar por su derecho como ciudadano de una nación. En un mundo donde la globalización nos aleja más y más de un sentimiento patriótico, el cine siempre ha sido un medio de concientización y motivación. Usemos estos medios para recordarle al pueblo que en el 1965 nos unimos por una causa, que en la cúspide de una dictadura inhumana un grupo de hombres se alzaron por encima de sus vidas para morir por una causa.
El cine concientiza, el cine moraliza, el cine ablanda. Recordémosle al pueblo la fuerza que tiene cuando se une. No es solo “Pan y Circo”, no es solo entretenimiento. El pueblo no debería temerle a su gobierno, el gobierno debería temerle al pueblo y la fuerza que pude tener para cambiar su situación. Devolvámosle al pueblo su derecho a luchar con esta gran herramienta que tenemos.