Los medicamentos y terapias existentes en los inicios del siglo XX eran muy limitados. En el 1905, existían medicamentos como: polvo Espic, para asma y catarro; pastillas bronquiales de Brown, para la tos y los resfriados; zarzaparilla del Dr. Ayer, “para la digestion, higado sano, cerebro poderoso y nervios fuertes”. Hemoglobina Deschiens, recomendad para la anemia y la debilidad. Emulsion del Dr. Scott, para la tuberculosis, y otros trastornos sistémicos. Pastillas del Dr. Richard, para la debilidad y cansancio en general. Pildoras Pink, “tonico del estomago, regenerador perfecto de la sangre y activo sosten del sistema nervioso”. Jarabe depurativo fortificante del Dr. Escovar. “cura la sifilis, herpes, eczema, jupetigo, ulceras, llagas, afecciones del higado, del estomago e intestinos y el reumatismo”. El pectoral de cereza del Dr. Ayer, recomendado para los resfriados y tos. Aceite de Hogg, de higado fresco de bacalao natural. Balsamo especifico de Prospero Freites, para heridas y quemaduras, según su propietario para toda clase de tumores. Preparacion de wampole para la tos, gripes. Verdaderos granos de salud del Dr. Franc, que se ofrecían como purgativos, depurativos y antisepticos. Jarabe Henry Mure, para enfermedades nerviosas, epilepsia, histerismo, baile de San Vito y convulsiones. Jarabe Pectoral de Journe, para el catarro y la extincion de voz. Como vemos las principales preocupaciones de los ciudadanos eran la debilidad general, los trastornos de tos y gripe y los problemas digestivos.

En cuanto a los tratamientos disponibles, la gran mayoria de los productos disponibles eran quimicos sin mucha experiencia previa, que aparecian como una panacea y desaparecian prontamente por sus efectos secundarios. Ya a finales del siglo XIX la quimica bien estudiada comenzó a brindar tratamientos mas seguros, aparecen en los albores del siglo XX los sueros fisiologicos y los medicamentos intravenosos. Muchos medicamentos se administraban por la via hipodermica, una vez se implementaron las jeringas de cristal y de facil esterilizacion. Tambien a partir de la segunda decada del siglo XX, tuvimos en el pais las vacunas bacterianas, primeramente las vacunas quirurgicas, y luego vacunas para gonococos y neumococos. Las vacunas se administraban por la via hipodermica, luego por via oral, mediante la preparacion de caldos bacterianos, y para los trastornos de las vias digestivas aparecio la vacuna lactea, que trataba de suplantar la fauna intestinal. Tambien se utilizo la coloidoterapia, ideada por el Profesor Crede, y tuvo mucha aceptacion a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la hemoterapia en forma de autotransfusiones, que se utilizaba en las transfusiones, pero tambien existia una via subcutanea y la hemoterapia oral, que pronto fue abandonada. También se disponía de la quimioterapia y la proteinoterapia. Una de las enfermedades que afectaba mucho a la poblacion era la Lepra. El Dr. Fernando Defillo fue uno de los clinicos que con mas ahinco estudio el problema, viajo a Cuba buscando un tratamiento y publico en una revista medica francesa en 1920 sus experiencias con esta enfermedad. El Dr. Defilló introdujo en el país el aceite de Chaulmugra, un preparado españos contra la Lepra con gran difusión en Cuba.

En Santo Domingo funcionaban pocas farmacias a principios del Siglo XX: la farmacia “La Fe” propiedad de Alvaro Logroño, la “San Jose” de Juan Velazquez, la “Central” de Pedro Polanco, la “Legalidad” de Valentin Delgado, “Las Mercedes” de Alfredo Rodriguez, la “Nacional” de Felipe Urquiza, la “Serrati” de Luis Serrati, la “Francesa” de Fermin Goussard, la “America” de Julio Piñeyro. Tambien funcionaba una farmacia en el Orfelinato Padre Billini y otra en el Hospital Militar.