Con el fallecimiento de Magaly Pineda, el país, el movimiento democrático, progresista y feminista pierde una mujer ejemplar; sumamente solidaria, luchadora incansable, y principalmente muy humana.

Con Magaly, compartí en diferentes escenarios en el accionar político, llegando a valorarla por su trato cálido, afectivo y altamente amigable.

Recuerdo la perseverancia de Magaly, cuando al comienzo de la década del setenta del siglo pasado, con motivo de la prisión de su esposo Fafa Taveras, juntos realizábamos gestiones en procura de su libertad .

Magaly, siempre fue activa defendiendo las mejores causas; presta a estar en la primera línea reclamando justicia; demostrando desprendimiento y mucho valor; poniendo en riesgo la seguridad suya y la de su familia para que en el país funcionen las instituciones.

Magaly, fue en todo momento decidida para el trabajo unitario, resuelta para la lucha por los derechos económicos, políticos y sociales de la mujer y los trabajadores en general. Sumamente valiente, de gran determinación, inclinada a coincidir en lo que fuera de interés para avanzar en el accionar democrático.

El fallecimiento de Magaly, sirve para recordarla y continuar su ejemplo de mujer hecha de un material especial; digna de servir de modelo a hombres y mujeres que aspiran a un mejor país, a una existencia digna para todos los seres humanos, sin distinción de criterio ideológico, sexo, nacionalidad o etnia.

El pésame por la muerte de Magaly, debemos expresárselo a Fafa y a todos sus seres queridos; extender las condolencias a los que fueron sus amigas y amigos, sus compañeros de lucha, y también compasión para lo mejor del pueblo dominicano porque pierde a una de sus combatientes, a una de sus aliadas en busca de un mejor país para todas y todos.

Santiago de los Caballeros,
29 de abril de 2016.