La sociedad dominicana se encuentra atravesando una crisis profunda en sus valores esenciales, y es para detenernos a reflexionar en el asunto. Yo no estoy de acuerdo con el trato que se le está dando al Embajador de los Estados Unidos “Wally” Brewster y su esposo Bob Satawake, una vez el mismo Gobierno Dominicano le otorgó el Placet para ejercer la diplomacia en nuestra nación dominicana. En lo que a mí respecta es un acto de intolerancia lo que se hace con el diplomático.

Aunque comparto que ha sido un exceso la publicación de su visita a una escuela del país, pero fíjense que dije, la publicación, han sido los medios quienes se han encargado de convertir en morbo esta visita y darle una relevancia que no merecía. Bastaba con solo llamarle la atención a la directora de ese plantel, si esta hubiese transgredido alguna norma de carácter orgánico u constitucional.

De nuevo volvemos a la doble moral del país, que tiene muchos homosexuales que practican la perversión de jóvenes y niños, sin embargo a estos nadie los toca.

En lo que a mí respecta, los medios de comunicación han jugado un papel activo en la promoción de la homosexualidad perversa, sino analicen las programaciones y los talentos de las diferentes propuestas de los programas de televisión y radio. No tanto por las inclinaciones claras a la homosexualidad sino por el lenguaje morboso que utilizan en horarios donde nuestros niños y niñas se encuentran frente a un televisor, contrarios a las normas de la buena conducta y moral de conformidad a nuestra constitución y leyes.

Nosotros siempre vamos a defender el derecho de las minorías en nuestro país a no ser discriminados por sus preferencias sexuales pero si vamos a combatir la promiscuidad y la degradación de los valores expuestos en nuestras plantas televisoras cargadas de contenido basura de baja sexualidad, sustituyendo los sentimientos por placeres.

La peor exhibición de inmoralidad está en la corrupción pública y privada, que promueve la destrucción de las instituciones encargadas de hacer valer los valores inscritos en nuestra constitución dominicana y leyes adjetivas. Como igual es la promiscuidad, porque estaría igualmente mal las parejas heterogéneas presentándose en los medios y espacios públicos ejerciendo una sexualidad que raye en lo inmoral.

Nuestra nación es esencialmente cristiana, y eso nunca estará en dudas, nuestro deber ante todo es predicar con el ejemplo (cosa que no hacemos), este tema lo han convertido en un tema de campaña política, la intolerancia nunca será un atributo del cristianismo que predico el humilde carpintero de galilea, Jesús. Y con relación a la Iglesia Católica, a la sociedad dominicana le hubiese gustado un comunicado público de la Conferencia del Episcopado atacando los casos de pederastia de sacerdotes abusadores de niños.

En lo que a mí respecta goza de mi admiración el valor del Embajador Norteamericano Wally Brewster de exhibir su preferencia sexual sin sentirse avergonzado de la misma, resulta que esto contrasta con la hipocresía en la que se desenvuelve la mayoría en nuestro país. El desafío de los dominicanos es escoger los líderes políticos que hagan la voluntad de Dios no los que hablan una cosa y hacen otra cosa.

La Iglesia Católica Apostólica y Romana Dominicana se encuentra divorciada del mensaje actual de su líder máximo el Papa Francisco I, quien ha dicho entre otras cosas que no es quien para juzgar a un homosexual. Lamentablemente estamos viviendo en una época donde nuestras instituciones(casi todas) carecen de moral para emitir alguna crítica. Es lamentable pero es así.

Para finalizar mi posición sobre este tema, les dejo el siguiente pasaje de la vida de Jesús extraído de las sagradas escrituras, del Evangelio de Mateo capitulo 21: 28-32:

Parábola de los hijos

28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.

29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.

30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.

31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Quien tenga oídos para oír que oiga.