La política nos conduce a un abismo de violencia, su degradación es más que preocupante, la violencia política y la delincuencia tienen entre la espada y la pared a la sociedad, estamos en medio de un campo de batalla encubierto de una falsa seguridad, sino somos capaces de levantarnos contra este mal que lacera la tranquilidad de la gente, la sangre seguirá corriendo en nuestras calles.
En el actual certamen electoral en el cual se escogerán los nuevos funcionarios públicos para el periodo 2016-2020, a los diferentes puesto en los estamentos municipales, congresuales y del ejecutivo, si los líderes creíbles de nuestra sociedad no salen al frente a frenar a los desbocados ejerciendo el proselitismo político, pues preparémonos para una crisis social sin precedentes.
Propongo un gran Frente por la Paz, que el mismos sea asumido desde todos los estamentos del Estado Dominicano, de todas las fuerzas organizadas de nuestra sociedad y personalidades que gocen de altísima valoración ante el pueblo dominicano. Necesitamos construir una fuerza que sirva de balance a los desmanes de la clase política, que mantienen a la población mayoritaria de la nación traumatizada.
Este Gran Frente por la Paz debe conformarse de urgencia, en los próximos días, es imperioso salvar la tenue paz social que aun gozamos, no le dejemos todo a los poderes públicos, somos una democracia débil, devaluada en los últimos años, pero este sistema sigue siendo el único que nos puede salvaguardar de la desgracias de la corrupción pública y privada, de la constante violación a los Derechos Humanos y los excesos de quienes ostentan el poder en la República de Dominicana.
No apostemos al caos, ni a la anarquía, que la Paz sea nuestra bandera, el camino y el fin último, no desmayemos en luchar con vehemencia por la elevación de los mejores valores de la dominicanidad, seamos firmes en defender nuestra Patria, la desidia en estos tiempos no es buena compañera, la Patria nos convoca a la condensación de las mejores voluntades, no con fines políticos electoreros, sino para no dejarnos aplastar por la animalada estampida política quienes rauda andan como locas, cegatas y hambrientas de sangre y anarquía.
Ahora la oposición no es política electoral, es contra la política electorera, debe y tiene que funcionar los valores que todos intentamos defender y preservar, el camino del centro que nos permita mantener el equilibrio social, el balance del poder y sus actores, la certidumbre de los más poderosos, la racionalidad de los que opinan, el optimismo de los que luchan, la fe inquebrantable de los humildes, sirven y servirán siempre de columna fundamental hacia la concreción de una Patria sana.
Los días no se acabaran con los resultados de las presentes elecciones pautadas para el domingo 15 de mayo del presente, no permitámonos que nos sigan fragmentando, la división de nuestra sociedad es el peor mal que nos aqueja. He querido usar estos espacios para realizar este llamado a todos, a lo mejor mi voz no sea lo suficientemente potente que debiera, pero clamo a La Fuerza Divina sea quien la amplifique en los corazones de los buenos y verdaderos dominicanos, presentes en todos los partidos políticos, denominaciones religiosas, en ricos y pobres, blancos, mestizos, cobrizos y negros, en fin en nuestras cálidas moradas hogareñas, en cada rincón de nuestro terruño caribeño, en sus esquinas y peñas, existimos los dominicanos que representamos la vida de la nación, asumamos la Paz, el Amor y la Fe para contrarrestar el Mal que se nos quiere imponer con sus tácticas divisorias. Somos hermanos, somos dominicanos, una sola nación, una misma familia, hijos e hijas de Dios, de nuestro Padre Juan Pablo Duarte y Diez. Auto Convoquémonos para luchar por la Paz y Salvar el presente y futuro de las generaciones.