Una de las tantas cosas que el gobierno se ha dado la tarea de quitar de en medio es la celebración del día de los Reyes Magos. Esta tradición alegórica a los reyes que vinieron desde oriente a rendirle culto y traerle oro, incienso y mirra al niño Dios. Esta tradición que espera año tras año cada niño y es motivo de portarse bien.
Con los cambios de los días no laborables y el pueblo que no sabe ni entiende qué y cómo debe interpretarse -no sólo esta fecha- y así como cambian el no laborable, se cambia el día festivo.
La Iglesia se queda callada y hasta creo que no le importaría que se cambie el día de La Altagracia, Las Mercedes o Corpus Cristi. O por lo menos explicar que el día festivo se queda, ya que al gobierno no le importa.
Independientemente de la creencia de cada quien, ojalá podamos mantener la tradición como es, tan solo para mantener la alegría e inocencia de los niños, porque lo que se pierde, se pierde.