Hasta ahora solo hemos obtenido 3 medallas olímpicas. Hasta hoy la población se siente cómoda con estas medallas? Resulta que hay una larga discusión que tiene que ver con la manera en que estructuramos una dinámica deportiva que nos permita aumentar en el medallero. Como muchos saben por la historia de los últimos 30 años, puede decirse que es un asunto de larga data.
Aquí en el mundo de Santo Domingo, en cualquier restaurant se discute si el boxeador nuestro que logró la medalla en Los Angeles lo hizo de manera rápida, por la vía del nocaut. Habría que trasladarse a aquella lejana época. Luego, surgen las interrogantes de qué fue de la vida de aquellos medallistas, tipos que aportaron al país un momento de alegría.
Mirando hacia atrás, no es cierto que la gente se quedó inmutada cuando ocurrieron aquellas medallas. Otro dirá, con un vaso de cerveza en la mano –o una jarra, mejor término– que es cierto que esperamos medallas como si fuéramos una gran potencia en el mundo deportivo.
Antes del final, surge la pregunta de por qué razón algunas atletas como la venezolana tienen tan buen cuerpo para las competiciones. El asunto se explica desde lo biológico y lo genético: así catalogamos a un montón de gente cuando tiene que ser analizado el tema del por qué los jamaiquinos, los grandes ausentes de los 100 metros planos, corren como avestruces.
Estos Juegos Olímpicos –en un año pandémico–, se acaban este día ocho, y la ceremonia de clausura deberá ser bonita. Desde ópticas diversas, alguien dirá que a Japón hay que entenderlo en función de su PIB per cápita. A final de los 70’s, leíamos de niños revistas japonesas pequeñitas, con un diseño increíble y un gran despliegue en fotos satinadas. Cuarenta años después, hoy puedes entrar en Google Earth y ahí, con la cámara circular, ver todo en fotografía sin necesidad de pagar el ticket. Con un viaje en el bolsillo, alguien dirá: yo quiero ir en persona.
Como dicen los datos, la población anda por los 13 millones de habitantes. La arquitectura –de acuerdo a lo que se ha visto–, es uno de los grandes atractivos de la cosmopolita ciudad de Tokio. Mudarse allí y comer los exóticos platos japoneses sería un plus. Ahora se puede decir que aquellos que pudieron ir –acompañando delegaciones, por ejemplo–, tuvieron una experiencia turística que no hay forma de cómo cambiarla.
Para algunos, a cinco días del final de los juegos, lo ideal es preguntarse si estas tres medallas son suficientes. Con todo, han sido unos buenos juegos. De eso no hay la más mínima duda.