A Frank Rainieri parece que le está haciendo daño el candente sol de las playas de Higüey. Ahora quiere hacer un aeropuerto en ese lugar perdido donde no hay nada.
Este comentario burlón se incluyó en la popular columna “Cosquillitas” del desaparecido diario El Sol, dedicada a comentarios breves, jocosos o picantes, al final de los años 70 cuando Frank Rainieri comenzó a hablar de su proyecto para construir un aeropuerto internacional en Punta Cana.
Pero el tiempo le dio la razón y el éxito a Frank. Hoy, casi 5 décadas después de esa búsqueda, entonces idealista, el Aeropuerto Internacional Punta Cana (PUJ), llega a su 35 aniversario, reconocido como el más importante del Caribe insular, e incluido en la lista de los 10 primeros de América Latina.
Además, ya casi llega a recibir el 70% de los turistas internacionales que visitan el país, ha promovido el desarrollo de la principal región turística del país y del Caribe y ha contribuido a crear, y es el soporte principal, de la zona económica más próspera de la geografía dominicana. Desde el año 2000 es el aeropuerto que “pone bonitos” los resultados porque su crecimiento constante asegura que cada año presentemos incrementos en las llegadas de turistas extranjeros.
A quienes conocimos en los años 1960-1980 las playas El Macao, Arena Gorda, El Cortesito, Bávaro, Cabeza de Toro y Yauya, que constituyen lo que hoy se conoce como Punta Cana, proponerse desarrollar en ese lugar un aeropuerto internacional, era más que un sueño.
Sin tener conocimientos sobre la industria turística, yo mismo no lo entendí hasta que en 1977, con apenas 3 años de ejercicio profesional del periodismo y como Secretario General del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, viaje a México para asistir al Primer Congreso Latinoamericano de Periodistas, y ya con las primeras referencias del turismo, aprendidas en la revista Bohío y viendo el surgimiento de Playa Dorada, quise conocer a Acapulco, que entonces era una famosa comunidad turística de fama mundial, en un país que ya era la principal potencia turística en Latinoamérica y el Caribe.
Ese día comencé a entender a Frank Rainieri y a comprender que el turismo era una oportunidad para los dominicanos. Como higüeyano orgulloso de sus playas, mirando a Acapulco pensé: si los mexicanos ganan dinero con esto que no merece la fama que tiene, a nosotros con las playas de El Macao y El Cortesito (eran mis preferidas), nos irá muy bien.
En los años 2000-2017 el aeropuerto de Punta Cana pasó de 863,283 turistas a 3,620,711. De recibir el 35.1% de los turistas extranjeros a tener hoy el 69.5%. Punta Cana suma más del 50% de la oferta de habitaciones hoteleras con calidad para ser vendidas en el competitivo mercado mundial.
Estas cifras hablan del impactante resultado de lo que “Cosquillitas” consideró algo así como una locura. El turismo ya casi llega a aportar el 20% del Producto Interno Bruto (PIB), y como el turismo de Punta Cana es más de la mitad, tampoco es una locura afirmar que el PUJ ha impulsado el desarrollo de una región que aporta más del 10% del PIB. ¡Gracias Frank por esas locuras!, que gracias a Dios hoy la gran mayoría te reconoce.