Resulta ahora que hay que buscar la módica suma de 708 millones de dólares de los Estados Unidos de América para entregárselos a la “inefable” Odebrecht, y que pueda esta empresa santificada, (únicamente en República Dominicana) terminar “Punta Catalina”.
Resulta que esta migajita cambiada a brididis, fijeses, toletes, pesos, hediondos, suman nada más y nada menos que 34 mil millones de pesos, que hay que saber, que para buscar cien mil pesos las peripecias que hay que hacer, imagínese usted lo que hay que trabajar y auscultar de los famélicos bolsillos del contribuyente para buscar estos pesos mojosos.
Resulta que con el acuerdo transaccional arribado por el Procurador General de la República y esta “prestigiosa” empresa multinacional, estos últimos se comprometen a devolvernos una limosna, y ahora saltan con esta patraña, cuando países como Brasil, Perú y Colombia y Estados Unidos, han obtenido sumas extraordinarias e incluso los han expulsado por ladrones de sus respectivos países. Sin contar con el suspirito envenenado de que ya, por ser una sentencia firme, con autoridad de cosa juzgada, no pueden las autoridades dominicanas abrir un nuevo proceso por los mismos hechos. (ne bis in idem), por eso reclaman, intiman, amedrentan y avasallan.
Resulta, que la CDEEEEEEEEEE que rechazó y declinó ofertas mucho mas económicas, que incluían su financiamiento para realizar la misma obra, sobre condiciones más favorables, y sobre todo, más viables y realizadas por empresas con experiencia más que probada en este tipo de plantas, ahora, junto al Estado ha contactado, (según informes de prensa), siete prestigiosos bufetes de abogados en Estados Unidos, los cuales empiezan a cobrar desde la primera llamada, y por fracción de segundo, para defender lo que habían vendido mucho tiempo ha.
Resulta que ahora, con este acuerdo estúpidamente elaborado y que constituía una panacea al caso Odebrecht, somos el hazme reír del mundo y sobre todo, de los beneficiarios del mismo, toda vez que los sobornadores están excluidos de la ecuación de la acusación.
Resulta que ahora más que percepción, tenemos la certeza de que nos han jodido, como con los escáneres de la Junta. Viene el príncipe Karim y aterriza en el aeropuerto de las Águilas- Estadio Cibao, y esto sale en primera plana y se vuelve un problema nacional y un tema de prisión para los pilotos y un peo en bicicleta que afecta el alma nacional, como si no se supiera que ese pobre joven tiene graves problemas de conducta, que afectan tanto a él como a su familia, y que en un país civilizado ya hubiera sido declarado interdicto.
Resulta que, al final de la jornada, nada de lo que pensemos importará, nada de lo que aleguemos será utilizado en nuestro favor, nada de lo que resulta realmente lógico y viable, será impuesto como premisa de buen hacer y de la búsqueda del bien común.
Resulta que todo quedará en que se arribará a un acuerdo, que será anunciado por todo lo alto para terminar PUNTA M………..en donde el Gobierno Dominicano presentará el logro absoluto y sobre todo, vendido como “percepción” favorable, de que la inefable Odebrecht, le dejará la terminación de la punta en vez de 708 millones de dólares en 400 milloncejos, “y felices los cuatro”.
Y Karim, en lo mismo. No dudemos que lo veamos diputado o senador pronto.