1.1 Antologías y compilaciones (continuación)

Luego de la propuesta de lecturas de las antologías y compilaciones literarias —ver artículo anterior—, consideramos de alguna utilidad precisar lo siguiente: diversos son los pretextos y motivos que suelen dar origen a una antología literaria. Algunos de ellos: 1) cuando se desea destacar la literatura de un país en sus diversos géneros literarios (Lecturas dominicanas, de Carlos Fernández Rocha y Danilo de los Santos); 2) cuando el objetivo es dar a conocer la poesía de una comunidad específica de ese país (Antología de poetas mocanos, de J. J. Julia); 3) cuando el interés se concentra en una promoción o generación literaria ( Antología informal: la joven poesía dominicana, de Pedro Conde); 4) cuando el fin es resaltar la producción literaria de los autores de un sexo determinado (Sin otro profeta que su canto: antología de poesía escrita por dominicanas, de Cocco De Filippis); 5) cuando se busca destacar un tema específico, como el de la literatura de la diáspora (Poemas del exilio y de otras inquietudes: una selección bilingüe de la poesía escrita por dominicanos en los Estados Unidos, de Daisy Cocco De Filippis y Emma Jane Robinett); 6)  cuando se desea dar a conocer los textos ganadores en un certamen literario (Cuentos premiados 1986, de Casa de Teatro);  7) cuando se desea resaltar lo mejor de la producción poética de un autor determinado (Antología poética de Domingo Moreno Jimenes, de Manuel Mora Serrano); 8) cuando el objetivo es promover la literatura de una ciudad o pueblo (Antología de poetas petromacorisanos, de Víctor Villegas); o 9) el caso de la antología personal editada por el propio autor (Poesía. Antología personal, 1972-1995, de Tony Raful).

A partir de 1874 —año en que el puertoplateño José Castellanos compila la primera de las antologías literarias dominicanas: Lira de Quisqueya: poesías dominicanas escogidas el río de las antologías literarias poéticas, narrativas, generales y temáticas no ha dejado de correr, habiéndose publicado, hasta enero de 1996, más de un centenar de antologías en un período de 122 años. Basta ver nuestro folleto Una bibliografía cronología de las antologías literarias dominicanas (1874-1996), editado en New York en 1996, y que sirvió de catálogo a la exposición bibliográfica de gran parte de esas antologías que realizáramos en The City University of New York (CUNY), en ese mismo año, contando con el copatrocinio de CEDIBIL y del Instituto de Estudios Dominicanos, cuyo director ejecutivo era el académico y ensayista dominicano Silvio Torres-Saillant.

Cabe señalar que desde la perspectiva  de la divulgación literaria, las antologías tienen una importancia capital para la introducción de los lectores y estudiosos en el mundo literario de los autores antologados. Y son valiosos materiales didácticos para la enseñanza de las letras tanto en las escuelas y colegios como en los centros de enseñanza superior en el campo de las humanidades.

1.2 Drama (TEATRO)

Bibliografiar la dramaturgia dominicana resulta un tanto complejo, puesto que casi siempre, y desde sus orígenes, ha sido concebida para la representación en teatros, no como proyecto editorial, lo cual explica, quizá, el porqué tantas piezas dramáticas consideradas clásicas, pioneras en la literatura dominicana dentro del género que hizo inmortal a Tirso de Molina, no se dieron a conocer en volumen: el Entremés de Llerena en el siglo XVI y los dramas de Félix María del Monte en el siglo XIX, por ejemplo. Cabe decirlo: los literatos que menos piensan en los lectores son los dramaturgos, porque el destino lógico de sus creaciones es el teatro, el mundo del espectáculo, el escenario que se convierte, al final, en el deleite audiovisual de esos lectores.

Fue el crítico e historiador mexicano Francisco A. de Icaza (1863-1925) el primero en ofrecer noticias sobre el primer texto dramático de la literatura dominicana: el entremés escrito por Cristóbal de Llerena, estrenado el jueves 23 de junio de 1588 en el atrio de la Catedral de Santo Domingo. Los actores fueron —conforme a la fuente del investigador español Fernando Belmonte (1841-1892) citada por Icaza— cuatro jóvenes estudiantes universitarios: Lucas de Robles, Diego Sánchez, Juan Gerónimo, Diego González y Gaspar de Salazar. Icaza encontró el entremés en el Archivo de Indias (España) y lo publicó en 1921 en el número 8  de la Revista de Filología Española (pp. 121-130) como parte de su ensayo titulado «Cristóbal de L1erena y los orígenes del teatro en la América española», reproducido tres años después en la revista quincenal Panfilia (Santo Domingo, Año II, No. 1, 15 de julio de 1924, pp. 7-9).

Otro hecho de gran trascendencia para la historia de la dramaturgia dominicana — y sobre el que ofrecemos detalles en la conferencia que bajo el título de «De la bibliografía literaria dominicana (1823-1990)»1 dictamos en uno de los coloquios de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 1998— es el siguiente: en 1838, en Cuba, el dramaturgo y poeta Francisco Javier Foxá y Lecanda (1816-1849) se convierte —con Don Pedro de Castilla, drama de carácter histórico en cuatro jornadas, escrito en prosa y en verso— no solo en el primer dramaturgo dominicano en editar una pieza dramática fuera del territorio dominicano, sino, también, en «el primer dramaturgo romántico de América y uno de los primeros de la literatura hispánica: escribió su Don Pedro de Castilla en 1836, año siguiente al del estreno del primer drama español plenamente romántico, el Don Alvaro de Rivas »,2 en opinión de Pedro Henríquez Ureña. Ese y otros dramas de la autoría de Foxá y Lecanda logramos ubicarlos en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí: «Don Pedro de Castilla solo está en versión impresa, no está digitalizado». Eso nos informó el 22 de julio de 2019 uno de los bibliotecarios cubanos con los cuales sostengo comunicación electrónica en el plano profesional.

Esa dimensión de pionero de Foxá y Lecanda coloca a Santo Domingo en un lugar importante dentro de la historia de la dramaturgia latinoamericana. Posteriores a él son Félix María del Monte (1819-1899), considerado el padre del teatro dominicano, y Francisco Javier Angulo Guridi (1816-1884), poeta, novelista, dramaturgo y periodista.

A pesar de que la producción teatral de Del Monte permanece dispersa en antologías y obras de carácter crítico ―no habiéndose editado aún un volumen que compile todos sus dramas―, la sólida posición que hoy ocupa en la historia del teatro dominicano impone su mención en esta reseña bibliográfica. En opinión de Marcio Veloz Maggiolo el autor del drama El General A. Duvergé o Las víctimas del 11 de Abril, escrito en 1855, «inicia en la República Dominicana, hacia 1844, los primeros brotes de… un teatro que utiliza como recurso el verso, como tema lo puramente dominicano y como molde de expresión la tragedia».3 Max Henríquez Ureña es más categórico cuando dice: «… Félix María del Monte es el iniciador de la literatura dramática en la Republica Dominicana».4

En 1881 ve la luz pública la primera obra dramática impresa en Santo Domingo por un dramaturgo dominicano: Iguaniona: drama histórico en tres actos, de Javier Angulo Guridi, quien la había escrito en 1867, año en el que Angulo Guridi le solicitó al poeta José Joaquín Pérez que escribiera el prólogo. O sea, el drama Iguaniona… —que había sido estrenado en la ciudad de Santo Domingo el día 3 de mayo de 1868— fue editado 53 años después de haber sido impreso en República Dominicana el primer libro de autor dominicano: Tratado de Lógica, del filósofo santiaguero  Andrés López de Medrano (1780-1856).

En el prólogo a la segunda edición de esa pieza dramática clásica el crítico Antonio Fernández Spencer señala: «Guridi pretende desentrañar en el drama lo más vivo de nuestro carácter y de nuestra historia».5 Y luego afirma, al explicar el grado de significación que para las letras dominicanas tiene Iguaniona: «[Es] el primer intento que se hace para realizar una obra literaria desde la patria, desde lo nativo…».6

Algunas de las piezas dramáticas recomendadas por nosotros no han sido editadas en volúmenes independientes por lo anteriormente señalado. Aparecen recogidas en antologías literarias o en compilaciones de los propios dramaturgos donde aparece toda su producción teatral. A continuación, nuestra lista, que no es limitativa:

020. ángulo Guridi, Javier (1816-1884). Iguaniona: drama histórico en verso y en tres actos. Prólogo: José Joaquín Pérez. Santo Domingo, Rep. Dom.: Imprenta de J. J. Machado,1881. 89 p. [La segunda edición, con prólogo de Antonio Fernández Spencer, es de 1953).

021. Blonda, Máximo Avilés (1931-1988). Pirámide 179. En: Teatro. Santo Domingo, Rep. Dom.: Ediciones de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de la República Dominicana, 1968.

022. Castillo, Efraím (1940-). Los inventores del monstruo: drama en nueve cuadros. Santo Domingo, Rep. Dom.: Editora Nacional de la Secretaria de Estado de Cultura, 2005. 196 p. [Premio Anual de Teatro «Cristóbal de Llerena» 2004].

023. Cruz, Giovanny (1953-). Amanda. Santo Domingo, Rep. Dom.: Editora Taller, 1993. 105 p. (Colección Taller; No. 293).

024. Disla, Reynaldo (1956-). Bolo Francisco. La Habana, Cuba: Casa de las Américas, 1985. 124 p. [Premio Casa Las Américas 1985. Bajo la coordinación editorial de Miguel Collado esta pieza dramática fue reeditada en Santo Domingo, por primera vez, en el 2000].

025. Domínguez, Franklin (1931-). Omar y los demás. En su: Obras premiadas. Santo Domingo, Rep. Dom.: Biblioteca Nacional, 1993. Pp. 245-312. [Premio Nacional de Teatro Cristóbal de Llerena 1975 y premio del Certamen Internacional de Dramaturgos Diego Fabbri en Palermo (Italia) en 1983. Esta compilación de cinco de sus dramas galardonados le fue sugerida por el bibliógrafo Miguel Collado].

026 García, Iván (1938-). Fábula de los cinco caminantes. En su: Más allá de la búsqueda: teatro. Santiago de los Caballeros, Rep. Dom.: Universidad Católica Madre y Maestra, 1967.

027. Henríquez Ureña, Pedro (1884-1946). El nacimiento de Dionisos. Nueva York, EE.UU.: Imp. de las Novedades, 1916. 46 p.

028. Henríquez y Carvajal, Federico (1848-1952). La hija del hebreo: drama en verso, un prólogo i tres actos. Santo Domingo, Rep. Dom.: Imprenta De García Hermanos, 1883. 72 p.

029. Incháustegui Cabral, Héctor (1912-1979). Prometeo. En su: Miedo en un puñado de polvo: Prometeo, Filoctetes, Hipólito. Buenos Aires, Argentina: Americalee, 1964.

030. Llerena, Cristóbal de. Entremés de… En: Ripoll, Carlos, editor. Teatro Hispanoamericano. Tomo I, Época colonial, Nueva York, Anaya Book, 1972, pp. 37-40. [Ver: edición virtual realizada  por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (Alicante, España) en 1999 a partir de la antología de Ripoll. Enlace permanente: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc4x557].

031. Monte, Félix María del (1819-1899). Antonio Duvergé o Las víctimas del 14 de abril. En: Bienvenida Polanco Díaz, editora. Antología de teatro. Clásicos en la literatura dramática dominicana (Siglos XVI-XXI). Santo Domingo, Rep. Dom.: Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOMSA), 2016. Pp. 103-181.

032. Ovalle, Elizabeth (1960-). Por hora y a Piece Work. En: Teatro. Obras premiadas 1993. Santo Domingo, Rep. Dom.: Casa de Teatro, 1994. Pp. 13-38. [Obtuvo el primer premio en el concurso organizado por Casa de Teatro en 1993].

033. Rodríguez Fernández, Arturo (1948-2010). Cordón umbilical. En: Concurso de Teatro de Casa de teatro 1983. Santo Domingo, Rep. Dom.: Casa de Teatro, 1985. Pp. 7-72. [Obtuvo el primer premio en el certamen].

034. Rueda, Manuel (1921-1999). Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca. Madrid, España: Agencia Española de Cooperación Internacional / Ediciones de Cultura Hispánica, 1996.

035. Serulle, Haffe (1947-). La danza de Mingo. Santo Domingo, Rep. Dom.: Editora Taller, 1977. 73 p. (Colección Taller; No. 77).

036. Veloz Maggiolo, Marcio (1936-). Creonte: drama en un solo acto. En su: Creonte / Seis relatos. Santo Domingo, Rep. Dom.: [s. n.], 1963.

037. Vicioso, Chiqui (1948-). Wishky Sour. Presentación: Ligia Amada Melo de Cardona. Santo Domingo, Rep. Dom.: Secretaría de Estado de Educación y Cultura, 1998. 48 p. [Premio Anual de Teatro «Cristóbal de Llerena»].

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*Ver: Miguel Collado. En torno a la literatura dominicana: apuntes literarios, bibliográficos y culturales. Santo Domingo, Rep. Dom.: Banco Central de la República Dominicana, 2013. 372 p. (Colección del BanCentral; Vol. 190. Serie Arte y Literatura; No. 65).

1 En: Coloquios ‛98 en homenaje a Max Jiménez Sabater. José Chez Checo, editor. Santo Domingo, Rep. Dom.: Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro, 1999. Pp. 101-114.

2 Pedro Henríquez Ureña. «La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo», en sus Obras completas. Juan Jacobo de Lara, compilador. Santo Domingo, Rep. Dom.: Universidad Nacional «Pedro Henríquez Ureña» (UNPHU), 1979. Tomo VII (1935-1937): p. 324. El humanista dominicano se refiere a Don Álvaro o La fuerza del sino, del Duque de Rivas. Esa obra fue estrenada en el Teatro del Príncipe de Madrid el 22 de marzo de 1835, es decir, apenas un año antes de que Foxá y Lecanda escribiera su drama romántico.

3 Marcio Veloz Maggiolo. Cultura, teatro y relatos en Santo Domingo. Santiago de los Caballeros, Rep. Dom.: Universidad Católica Madre y Maestra (UCMM), 1972. P. 160 (Colección «Contemporáneos»).

4 Max Henríquez Ureña. Panorama histórico de la literatura dominicana. Santo Domingo: Colección Pensamiento Dominicano, 1966. Tomo II: p. 310.

5 Antonio Fernández Spencer. Caminando por la literatura hispánica. Santo Domingo, Rep. Dom.: Editora Montalvo (impresora), 1964. P. 149. (Colección Arquero; Vol. XI).

6 Op. cit., p. 152.