Se fue el 2018 y con él un año grande para la República Dominicana. A lo largo de todo este año, los funcionarios de este gobierno , desde los de más alta jerarquía, hasta los de menor, pregonaron lo bien que estuvimos y marchamos, estamos más que bien. Todo funcionó y caminó a las mil maravillas.
En todos los ámbitos crecimos y hasta deberíamos ser tomados como ejemplo para que otras naciones emulen lo que se hizo aquí, para que puedan alcanzar las cifras que hemos logrado.
Por citar algo, hace unos días, el gobernador del Banco Central dijo que la economía dominicana creció este año un promedio de 7%. También dijo que de acuerdo a las últimas cifras de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), en el año 2018 se estarían generando unos 160,000 nuevos ocupados netos.
En lo político, el partido de gobierno presenta una democracia interna al coexistir dos fuerzas que se mantienen y se mantendrán unidos. El PRM trabajando para llegar al Poder, juntos y sin ningún problema. El PRD, con su presidente, líder carismático y sobre todo democrático, colabora con el gobierno actual y se presentará solo en las próximas elecciones.
Se redujo la pobreza y la mortalidad infantil. Los hospitales mejoraron y son de primera. La educación pública avanzó. Se erradicó el analfabetismo. La Justicia Dominicana fue modelo. Los concursos fueron transparentes. Ya no hay botellas, quien no trabaja, lo quitan de la nómina. Vivimos, se podría decir, en el paraíso.
Todo esto en el papel, pero la realidad es otra.