Hace un cuarto de siglo, conmemorando cuarenta años de su coronación, Isabel ll de Inglaterra calificó al 1992 como: “Annus Horribilis”, año terrible, por los sinsabores que acosaron su familia, y exclamó: “1992 no será un año que yo recordaré con una alegría sin tacha”.
Kofi Annan, Premio Nóbel de la Paz 2001, Secretario General de la ONU, fue cuestionado porque su hijo, Kojo Annan, recibió sobornos de compañías que realizaron fraudes en el programa iraquí de “Petróleo por Alimentos” supervisado por la ONU. Se estimó que Saddam Hussein obtuvo unos 10,000 millones de dólares por venta ilegal de crudo, sin bloqueo de la ONU, de unos 100,000 millones abarcados por el programa. Mundialmente 10,000 millones de dólares generaron un escándalo catastrófico que humilló a Kofi Annan. Aquí Danilo declaró desembozadamente que entre el 2004 y 2015, en 11 años, la ineficiencia y otras faltas echaron 11,000 millones de dólares en el barril sin fondo del interminable subsidio eléctrico. Kofi Annan creó una Comisión Independiente presidida por Paul Volcker, que presentó su informe al Consejo de Seguridad, co-responsable de los pecados cometidos. Siendo máximo administrador de la ONU Annan, avergonzado, asumió la responsabilidad de las anomalías diciendo: “El informe es crítico conmigo personalmente, y yo acepto estas críticas”. Declaró el 2015 como su “Annus Horribilis” y luego escribió: “La confianza entre los líderes y la gente está rota”.
Nadie duda que 2017 fue el “Annus Horribilis” de Danilo. El prolegómeno o asomo de ese año terrible ocurrió el 21 de Diciembre del 2016, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que Odebrecht, y su filial Braskem, se declararon culpables de pagar sistemáticamente centenas de millones de dólares como sobornos a funcionarios corruptos en países de tres continentes. Como el “Departamento de Sobornos” o “División de Operaciones Estratégicas” tuvo como sede nuestro país, esa fue una acusación terrible contra Danilo, máxime que Odebrecht confesó que entre 2001 y 2014 funcionarios dominicanos recibieron pagos ilícitos por el orden de 92 millones de dólares. Presintiendo lo que le vendría encima, Danilo creó el 10 de Enero la tristemente célebre Comisión de Catalina, cuyas conclusiones fueron rechazadas plebiscitariamente por la ciudadanía. Danilo no acogió la oferta pública de reconocidos abogados, entre ellos José Luis Taveras, que se ofrecieron a laborar como investigadores dentro del Ministerio Público para desentrañar la verdad de los hechos denunciados, sin que ello supusiera carga para el estado, ya que sus servicios profesionales serían pro-bono, a título honorífico.
El 27 de Febrero ante la Asamblea Nacional Danilo prometió, atribulado, que Catalina se terminaría en el plazo acordado, con el costo sobrevaluado inicial y precio del kilovatio-hora de 7.5 centavos. Todo resultó falso. Catalina no fue entregada a tiempo. Nadie sabe cuándo concluirá. Además Odebrecht exigió 708 millones de dólares como sobrecosto y amenazó con arbitraje.
El Encargado de Negocios a. i. de la Embajada Americana Robert Copley dijo en Noviembre, en su Discurso de Acción de Gracias: “Las encuestas, las noticias, y todos los demás indicadores nos dicen que los dominicanos están hartos de la corrupción”. Dos años antes el Embajador Brewster proclamó: “Cada empresario que conozco, ya sea estadounidense o dominicano, menciona la corrupción como el mayor problema en este país”. En el 2015 Danilo respondió iracundo a Brewster. Ahora no le replicó al Sr. Copley, reconociendo su debilidad en su “Annus Horribilis” en el cual recibió, como colofón, otros golpes contundentes: El Presidente Trump, el Tesoro y el Departamento de Estado aplicaron la Ley Global Magnitsky a un encartado en el caso Odebrecht .Luego el Sr. Copley remató en el Listín Diario: “Las acciones del gobierno estadounidense demuestran que no permaneceremos en silencio frente a la impunidad”.
Lo más trascendente del 2017 fue el surgimiento de la Marcha Verde, el mayor movimiento ciudadano de la historia dominicana. Soy uno de tantos, dentro de los cientos de miles de firmantes del Libro Verde. John F. Kennedy, en la época del fatídico Muro dijo en Berlín: “Yo también soy Berlinés”. Ahora digo: “Yo también soy Verde”, sabiendo que la movilización contra la Corrupción y la Impunidad logrará significativos avances en el 2018, “Annus Mirabilis”, año maravilloso de la ciudadanía combativa que lucha por un Gobierno de Transición Democrática.