El papel que juegue la prensa para contribuir con la igualdad, transparencia y pulcritud que deben tener la campaña electoral y las elecciones, será crucial para asegurar la gobernabilidad política y social del país.
Porque las entidades que deben ser garantes del cumplimiento de la Constitución y las leyes, han caído en graves niveles de descomposición y falta de credibilidad pública.
Ha de esperarse que 2016 transcurra con un mayor compromiso de la prensa en cuanto a lo que se espera de ella, pues 2015 cerró con muy malas señales, no por la prensa en sí sino por el contexto de gran debilidad institucional del país.
Por ejemplo El Gobierno de la Mañana, que se transmite por la Z-101.3 FM, abortó el jueves lo que había promocionado como un “filete” noticioso de fin de año, ya que dedicaría su última media hora de programación de 2015 a una encuesta para escoger su Personaje del Año.
A pocos minutos de iniciar el sondeo, Willy Rodríguez, director de Prensa, detuvo las llamadas, diciendo que el balance creaba una situación complicada, lamentable. Otro de los conductores afirmó que “Esto se jodió, está de un solo lado, así no se puede”.
Rodríguez terminó el sondeo anunciando que hasta ahí llegaba una primera parte, pero sin volver a retomar la encuesta, y dedicando el resto de la última media hora del año a otros temas. El sondeo fue terminado antes de cumplirse 3 minutos con Luis Abinader casi triplicando el número de llamadas de apoyo al candidato-presidente.
2015 trajo otras malas noticias con respecto al rol que se le atribuye a la prensa en un sistema de gobierno democrático, de fiscalizador y contrapeso de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
A mediados de año la Dirección de Comunicaciones de la Presidencia, DICOM, confirmó las denuncias de que una gran cantidad de comunicadores de todo el país, en especial de programas de panel y periódicos digitales estaban contratados para operar en beneficio del interés político del gobierno.
Un cambio de la forma de pagos con cargo al Presupuesto Nacional fue denunciado como una ola de cancelaciones de esos periodistas. El señor Roberto Rodríguez Marchena, director de DICOM, aclaró que se había producido un cambio en el que “si (los periodistas) tenía (n) un programa de televisión o blog pasarían a colocarles una publicidad en lugar de pagarle el sueldo”.
Marchena calificó de beneficiosa la operación, ya que convertía a los periodistas en “microempresarios” que, claro, recibirían la pauta publicitaria y los pagos en la medida en que defendieran los intereses políticos del gobierno y su buque insignia: la repostulación presidencial.
El 1 de noviembre, nada menos que de Persio Maldonado Sánchez, presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios, “lamentó que se esté llegando al extremo de que los medios publiquen lo que los gobiernos quieren, debido a que no se exponen a que los periodistas les pregunten”.
Aunque Maldonado generalizó, al hablar de “los gobiernos”, cuestionó de manera específica a la presente administración, pues agregó que “el actual presidente de la República, Danilo Medina, no se expone a que los medios le cuestionen sobre diversos aspectos de la vida nacional”.
Se expresaron también los temores de la prensa por la ausencia de varias encuestas que se difundían desde muchos años atrás en determinados medios informativos, cada 3 ó 4 meses, dejándose de publicar en los últimos 6 meses, sin que fuera ofrecida explicación alguna.
En ese período una encuesta fuera de toda sospecha, la empresarial Deloitte, estableció que de 72% de apoyo que tenía la gestión del presidente Medina en mayo pasado, en octubre cayó a 43%, un gran desplome en sólo 6 meses en el apoyo al gobierno.
Por las manipulaciones y falsedades que insisten en difundir plumas al servicio de la repostulación presidencial, es evidente que determinados sectores del gobierno no están dispuestos a aceptar así por así que satanizar la reelección, primero, y abrazarse a ella, después, interpuso un muro insalvable de desconfianza entre ellos y gran parte del electorado.
16 años de gobierno casi interrumpido de un mismo partido, con un país arrastrando los mismos problemas de siempre, produce un gran cansancio, un hartazgo que lleva a la gente a buscar el oxígeno de un cambio de caras y de la forma de hacer las cosas.
Es en ese contexto que la equidistancia de cada periodista y cada medio frente al gobierno y la oposición, será crucial para que tengamos una campaña y unas elecciones que al tenor de la Constitución deben ser “libres, transparentes, equitativas y objetivas”.