Un componente de la Administración Pública que da origen y vigencia al presidencialismos/personalismos en el ejercicio del poder en la Republica Dominicana, es la discreción en la administración/ejecución del Presupuesto de la Nación. Años tras años, la presidencia se asigna significativas partidas, así mismo dispone del resto de las asignaciones presupuestarias al margen de la institucionalidad. En eso el Dr. Balaguer fue el gran maestro, heredero fiel del trujillismo. Condición que aún prevalece al 2015 en el Estado.
Esta distorsión en la gobernabilidad es de gran impacto en las relaciones políticas y el desarrollo social, pues se usa para comprar e imponer voluntades, fomentar la corrupción e impunidad, de manera que quien ocupa la presidencia de la Republica pasa a ser visto como un semidiós, “que todo lo resuelve” y en cuanto al desarrollo social, determina las prioridades de la inversión pública, cuya visión ha sido a favor de los que más pueden, así como del interés de particulares, grupos o partidos políticos.
Las pugnas entre grupos en PRD, le dieron el triunfo al Dr. Balaguer en 1986, por estrecho margen, pero con más de 100 mil votos observados con doble marcado a favor de Jacobo Majgluta. El Dr. Jorge Blanco nombró una Comisión de Notables, encabezada por el Cardenal, López Rodríguez, para resolver el supuesto tranque en la Junta Central Electoral, la cual declaró ganador a Balaguer.
La idea que quedó en el imaginario de la población, fue que Salvador Jorge Blanco, prefirió entregarle el poder a Balaguer y no a su compañero de partido, que había sido su adversario penitente. Por ello pagó un alto precio: la descalificación política y una sentencia de 20 años de cárcel por corrupción. Triunfó de nuevo el presidencialismo/personalismo.
Cuando el Dr. Balaguer regresa en 1986, ciego y con 80 años y a pena caminar, encuentra las mismas estructuras y cultura de poder que dejó en 1978, por tanto, le fue natural y normal darle continuidad. Su gobierno, esta vez estuvo marcado por la crisis económica, con escasez de combustibles, largos apagones y escasez de víveres y comestibles. En su gestión desapareció el Prof. Narciso González de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Balaguer llegó a decir: “Yo no he cambiado, han cambiado las condiciones”.
Gobernó diez años que se caracterizaron por las mañoserías electorales, de compras de votos y uso y abuso de los recursos del Estado, por lo que se le llamó el maestro del fraude electoral. Así llegó a 1994, arrebatándole el triunfo electoral al Dr. José Francisco Peña Gómez, trampa a toda evidencia. Las presiones sociales y políticas en el país e internacionales hicieron que lo reconociera, se convino recortar el periodo dos años mediante reforma constitucional realizada el 14 de agosto de 1994. Acuerdo en el que participaron los poderes facticos, la Iglesia Católica y dirigentes de los partidos políticos.
Para el acuerdo el Dr. Balaguer mantuvo negociaciones con los del PLD, al margen del PRD, y estos se pusieron de acuerdo con él, para que en vez de que las elecciones fueran en 18 meses, fueran en 24, así mismo, se había establecido el 45% para declarar un ganador en primera vuelta, pero con el acuerdo con el PLD, se llevó al 50% más uno, fijándose la fecha de las elecciones presidenciales para el 16 de mayo de 1996 y para el 1998 las congresuales y municipales, se prohibió la relección presidencial por dos periodos consecutivos, se estableció la doble vuelta y se pasó la selección de los Jueces del Senado al Consejo Nacional de la Magistratura, ilusoria conquista de cambio, al menos en el poder judicial, cuyos tímidos resultados de avances, se pueden considerar efímeros y detacandose el periodo del magistrado Jorge Subero Isa al frente de la Suprema Corte de Justicia.