Todas las personas que salimos a las calles, en cualquier parte del mundo, esperamos llegar sin contratiempos a nuestro destino. Para lograrlo contamos con la confianza en las vías que recorreremos y en la gente que encontraremos en el camino.

Da igual que tengamos una discapacidad o no. Para desplazarnos de un lugar a otro debemos entender que convivimos con ciudadanos que también se movilizan junto a nosotros, por lo que es inevitable que coincidamos en algún momento. En muchas ocasiones nos tocará interactuar con todo tipo de personas y mientras más abiertos seamos a la diversidad, mejor será nuestra experiencia cotidiana.

En la República Dominicana habitan cerca de diez millones de personas. De estos, el 12.3 por ciento vive con discapacidad, de los cuales 787,641 posee algún grado de deficiencia visual, según los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda del 2010.

Dado esto, son muchas las probabilidades de toparnos con un usuario del Bastón Blanco (mientras estemos yendo a una plaza comercial, a un banco, en una guagua o cualquier sitio donde se haga vida social). En esos casos puede que tengas dudas sobre cómo abordarnos. Tal vez desees conocer cómo nos hacemos para caminar de manera autónoma.

Como quizás habrás notado, las personas invidentes utilizamos el Bastón Blanco. Este sirve de alerta para que conductores y peatones sepan que tenemos dificultades visuales. También nos permite identificar obstáculos mientras caminamos.

Debido a la importancia que tiene este dispositivo para la inclusión de las personas con discapacidad visual, cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Bastón Blanco de Seguridad. Por eso queremos compartir 15 ideas que facilitarán la convivencia con personas ciegas en la ciudad:

-Cuando veas un usuario del Bastón Blanco, antes de dar por sentado lo que desea, pregúntale si necesita ayuda. Si accede a que le ofrezcas asistencia, permite que sujete tu brazo. De este modo podrá seguirte y realizar los mismos movimientos que tú.

-Salvo que tengas autorización, nunca toques a una persona invidente en ninguna parte de su cuerpo. Esto genera incomodidad y se siente como una invasión al espacio personal.

-Si guías a una mujer con discapacidad visual, de ninguna manera la sujetes por la cintura. Ella lo tomará como una enorme falta de respeto a su intimidad.

-Evita halar, empujar o tocar de forma repentina o abrupta a una persona con discapacidad visual. Como no sabe lo que sucede, reaccionará de forma impulsiva, quizás sintiéndose en peligro.

-En ningún caso trates de guiar a una persona con discapacidad visual sujetándole el bastón. Esto hace que nos sintamos inseguros, aunque estés acompañándonos.

-Mientras nos acompañas conversa de cualquier cosa, permitiéndote bromear, preguntar, conocer. Puedes utilizar las palabras ver, ciego o mirar. Ninguna persona ciega se ofenderá por su uso.

-Si tienes dudas sobre el modo en el que vivimos, acércate y pregunta. Pero toma en cuenta que tener una discapacidad no nos convierte en héroes o genios; esta es solo una condición que incluso tú podrías tener en algún momento de tu vida.

-Cuando quieras hablar con una persona invidente y la veas con alguien sin discapacidad en la calle, dirígete a ella, no a su acompañante. Sin quererlo invisibilizas a quienes poseen una discapacidad al negarle la oportunidad de expresar sus deseos o puntos de vista.

-Es posible que alguna vez te digamos que tenemos todo bajo control y no precisamos asistencia en ese momento. Evita pensar que es soberbia o nada similar. Simplemente, hay ocasiones en las que necesitamos ayuda y otras en las que no.

-Es muy importante que a la hora de facilitar una dirección sea del modo más preciso posible. Utiliza términos específicos como derecha, izquierda, delante, atrás. Procura evitar decir allá, acá, a ese lado u otra expresión que pueda confundir.

-Cuando te encuentres con una persona conocida que tenga ceguera, preséntate con tu nombre. A veces es incómodo tener que adivinar la identidad de quien nos habla. Además, ha ocurrido que asaltantes utilizan ese método para atacar a personas con discapacidad visual en las calles.

-Tanto en el Metro como en las guaguas de la Oficina Metropolitana del Servicio de Autobuses (OMSA) hay asientos reservados para personas con discapacidad, embarazadas y envejecientes, sédelos tan pronto sea necesario.

-Cuando veas a una persona ciega cruzando la calle, nunca le vocees indicaciones. Los gritos, mezclados con el ruido de las avenidas, tienden a confundir y generar situaciones de riesgo para los peatones invidentes.

-Pero lo más importante es que puedas compartir con las personas ciegas de manera natural. Quienes tenemos esta discapacidad podemos contar con las herramientas y destrezas para llevar una vida en igualdad de condiciones.

-Finalmente, permítete recorrer las calles de esta ciudad prestando atención a la diversidad, con respeto y conciencia ciudadana. Estos pequeños detalles harán que juntos, ¡movamos la inclusión!

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