BRASILIA (Marina Dias y Daniela Lima).-Chico Buarque de Hollandafue admirado y atrajo la atención en el Palacio de la Alvorada el lunes (29) durante el desayuno con la presidenta separada del cargo, Dilma Rousseff.

Con gafas de sol, camisa ligera, blazer negro y sin corbata, al cantautor se le pidió constantemente posar para fotos y fue saludado por varios de los presentes, incluidos los exministros de Dilma, parlamentarios y miembros de movimientos sociales. El desayuno, de hecho, fue interrumpido por la atención puesta en él.

Chico dijo que fue hasta el plenario en "solidaridad" con Dilma y que aprovechó la oportunidad para conocer el Palacio de la Alvorada, "que nunca más conocería."

El cantautor es admirador de Oscar Niemeyer, creador del palacio, y dice que entró en la facultad de arquitectura por culpa de él.

Al parecer, más tranquila y de mejorhumor que en los últimos trece días,en los que preparaba para su discurso de defensa,la presidentaapartada aprovecho el desplazamiento de la atención  para provocar a su abogado, José Eduardo Cardozo, conocido por ser el "galán " entre los miembros del PT.

"Mira, has perdido tiempo", bromeó ella, riendo. Cardozo también sonrió, reconociendo que no hay manera de competir con Chico Buarque.

De la Alvorada, después del desayuno, Dilma fue al Senado, donde hizo su discurso de defensa en el proceso de juicio político. El expresidente LuizInacio Lula da Silva la acompañó. Llegaron juntos a la Casa a las 9:03 de la mañana, y por un minuto no se cruzaron con la exministro y senadora Marta Suplicy (PMDB-SP), que llegó corriendo y entró en el ascensor sin dar oportunidad de cruzarse con antiguos jefes y colegas del partido.

Chico, a su vez, llegó después que Dilma y Lula ya se habían encaminado hacia la presidencia del Senado. Fue guiado por la señora María do Rosario (PT-RS) hasta llegar a la galería de la Casa, donde observó el discurso dela presidente. Se sentó entre Lula y el exministro Jaques Wagner (Casa Civil, oficina de la Presidencia). Cambió algunas impresiones y sonrió con el expresidente durante el discurso Dilma, pero se mantuvo, al menos durante la primera parte de la mañana, muy concentrado en la declaración y las respuestas de Dilma a los senadores.

El músico dijo que está disfrutando de la actuación dela militante del PT y que está impresionado con la serenidad que mantiene.

"Es difícil decir lo mismo mil veces," dijo mientras salía de la sesión en el Senado para el almuerzo, acompañado por el exministro Jaques Wagner (Casa Civil).

Sin aplausos

La petista fue recibida en el “sombrero” del Senado por algunos diputados y senadores del PT y otros partidos aliados. Aplaudieron, gritaron consignas y Dilma aceptó un ramo de flores.

Pero eso ocurrió solo allí. Al entrar en el piso de la Casa, a las 9:43 am, no cruzó por la alfombra azul en  medio de los senadores, sino que fue por el lado del podio y se sentó en una de las puntas de mesa, junto a su abogado, Cardozo.

No fue aplaudida. Tampoco fue abucheada. Felicitó al presidente del STF (Tribunal Supremo Federal), Ricardo Lewandowski, que preside la sesión, y comenzó lo que debería ser su último discurso como presidente.

Fuente:Folha de Sao Paulo