Washington, Estados Unidos.- En su primera intervención en el juicio político al expresidente estadounidense Donald Trump, los demócratas mostraron este martes un video que reconstruía minuciosamente el asalto al Capitolio y que provocó un gran silencio en el hemiciclo, mientras algunos republicanos miraban para otro lado.
El objetivo del legislador Jamie Raskin, el demócrata que lidera la acusación, era intentar probar que la retórica de Trump incitó la violencia del ataque al Capitolio, donde cinco personas murieron, entre ellas un policía.
Con tono firme, Raskin pidió a sus rivales republicanos que se centren en los "hechos fríos y duros" y rechacen los argumentos de la defensa de Trump, que quiere que el proceso gire en torno a su constitucionalidad y en si el Senado tiene poder para enjuiciar a un presidente que ha dejado la Casa Blanca.
Asumir esa evasión de responsabilidad, consideró Raskin, "es una invitación para que el presidente haga lo que quiera", incluyendo el "uso de métodos violentos" para aferrarse al poder.
RECONSTRUCCIÓN PASO A PASO DEL ASALTO AL CAPITOLIO
Para probar su argumento, mostró un vídeo de 13 minutos que reconstruye paso a paso lo que ocurrió el 6 de enero, empezando por el discurso que Trump dio a mediodía en la Casa Blanca y en el que instó a sus seguidores a marchar a la sede del Congreso, que ese día debía refrendar el triunfo electoral de Biden.
"Después de esto vamos a andar hacia allá y yo estaré con vosotros (…) ¡Vamos a ir al Capitolio!", dijo Trump en ese discurso, cuyas palabras resonaron ahora en el hemiciclo del Senado.
El video también recoge imágenes de cómo la multitud, agitando banderas con el nombre de Trump, pasó por encima de todos los controles de seguridad instalados alrededor del Capitolio y logró entrar en el edificio usando objetos o directamente la fuerza bruta para romper ventanas y puertas.
También se pudo ver cómo los legisladores tuvieron que desalojar las cámaras y cómo algunos tuvieron que agacharse en el suelo mientras esperaban a ser trasladados a un lugar seguro.
Y, por último, los senadores vieron en la pantalla un tuit que Trump escribió cuatro horas después del inicio del asalto: "Esto son cosas y eventos que pasan cuando una victoria electoral arrolladora es arrebatada de manera tan abrupta y viciada a los grandes patriotas que han sido tratados tan injustamente y mal durante tanto tiempo. Vayan a casa y en paz ¡Recuerden este día para siempre!".
Ese tuit fue posteriormente eliminado por Twitter por considerar que incitaba a la violencia.
REACCIÓN DE ALGUNOS REPUBLICANOS: MIRAR A OTRO LADO
Los gritos de los asaltantes resonaron con fuerza en el Senado, que está medio vacío por los protocolos de seguridad ante la pandemia, y, al terminar el video, los senadores se quedaron en silencio durante unos minutos.
El hemiciclo del Senado fue uno de los lugares donde entraron los extremistas, que llegaron a sentarse en el sillón de la presidencia, y los legisladores vivieron en carne propia esos minutos de terror.
Sin embargo, algunos senadores republicanos eligieron mirar a otro lado. Por ejemplo, Rand Paul mantuvo la vista fija en un cuaderno en su regazo, en el que ya había hecho garabatos con un lápiz; y, detrás, Rick Scott se dedicó a estudiar unos papeles, aunque miró de reojo la pantalla en algunas ocasiones.
Unos sillones más atrás, Tom Cotton y Marco Rubio también mantuvieron la vista fija en unos papeles, ignorando las imágenes que se sucedían en la pantalla, según The Washington Post.
Los demócratas han preparado al detalle su estrategia y planean mostrar varios vídeos sobre lo ocurrido el 6 de enero.
UN AMBIENTE DIFERENTE AL DEL PRIMER JUICIO POLÍTICO
Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque Trump se convirtió hoy en el primer presidente estadounidense en afrontar dos juicios políticos -tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania-, y porque nunca antes se había sometido a un "impeachment" a un mandatario cuando ya no está en el poder.
El ambiente del "impeachment" de hoy es diferente al que vivió el Congreso hace un año debido a las protecciones que se han adoptado por la pandemia del coronavirus.
Por ejemplo, los senadores tuvieron que permanecer en sus escaños durante el primer juicio, pero esta vez tienen la posibilidad de seguirlo desde otros sitios: desde sus oficinas privadas hasta una gran sala detrás del hemiciclo donde se estará retransmitiendo en directo el proceso por televisión.
Se espera que el juicio político se desarrolle rápido, con un posible final la próxima semana, y es improbable que termine en una condena para Trump, puesto que para ello se necesitaría un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado) y los demócratas solo controlan 50 escaños de la cámara. EFE