REDACCIÓN INTERNACIONAL.-El diario The Guardian, luego de analizar los documentos oficiales del Informe Mueller sobre la denominada trama de Rusia en las elecciones de los Estados Unidos, ha concluido en un editorial en que lo presentado por el gobierno de Donald Trump no es lo mismo que aparece en los papeles oficiales de la investigación.
"No es de extrañar que el documento tenga poca semejanza con el presentado por la administración de Trump. No se debe permitir dibujar una línea debajo del mismo", expresa el rotativo británico.
"Finalmente, hemos oído hablar al mismo Robert Mueller", dice el editorialista.
Agrega que durante dos años, ante la inmensa presión presidencial y los intentos directos para despedirlo, el abogado especial y su equipo continuaron en silencio su gigantesca investigación. También se mantuvo en silencio mientras la administración Trump declaraba falsamente su informe de más de 400 páginas como una reivindicación.
Indica que ahora está, en gran medida, en el dominio público, pero esta no es la última palabra.
Detalla que su extensión, y la complejidad de los asuntos con los que trata, significan que tomará tiempo digerir completamente el documento y comprender sus ramificaciones.
Resalta que los políticos y los periodistas que lo revisan frenéticamente en Washington ya han encontrado mucha sustancia. La barra había sido puesta alto por los hechos impactantes que ya habían surgido sobre el papel de Rusia en las elecciones de 2016 y las acciones de Donald Trump y su campaña.
"Deben continuar recordando a los electores que si el Sr. Mueller no pudo juzgar si el Presidente obstruyó la justicia basándose en hechos y pautas legales, las acciones del Sr. Trump son anormales y horribles"
"No hay un solo hecho mortal nuevo que transforme la imagen y que pueda influir en un partidario decidido de Trump. Pero el informe es, sin embargo, condenatorio, y una adición vital y necesaria al cuerpo de pruebas ya acumulada. El papel del Sr. Mueller le permitió acceder a la evidencia y presionar a individuos como no lo pueden hacer los medios. El estatus del informe como un registro formal y oficial de los sucesos también es crucial, incluso si, inevitablemente, será atacado como parcial", precisa.
El informe detalla la "radical y sistemática" interferencia rusa. Establece los múltiples vínculos entre la campaña y los que tienen vínculos con el estado ruso, nos recuerda que "esperaba que se beneficiara electoralmente de la información robada y divulgada a través de los esfuerzos rusos", y en ocasiones fue receptivo a las ofertas de ayuda rusas, incluso si no se pudo establecer conspiración o coordinación, explica The Guardian.
Asimismo, indica que el informe enumera 11 casos posibles de obstrucción. Afirma que hubo pruebas que impidieron a los investigadores determinar de manera concluyente que el presidente no cometió delito alguno. Los intentos de influir en la investigación fueron en su mayoría infructuosos "en gran medida porque las personas que rodean al presidente se negaron a cumplir órdenes o acceder a sus peticiones".
Sin embargo, el documento publicado el jueves no es la historia completa. Está redactado ampliamente, a menudo en lugares sorprendentes. Existen razones legales válidas para excluir material de dicho texto. Pero no se puede depositar confianza en el hombre que supervisa el proceso, el fiscal general elegido a dedo por el Sr. Trump, particularmente después de sus intentos casi cómicos de tergiversar el documento.
"En el mundo de William Barr, la negativa del Presidente a ser entrevistado equivalía a la "cooperación plena" de la Casa Blanca. El tenor completo de sus comentarios implicaba que el asunto ya estaba concluido y desempolvado: "SE ACABÓ EL JUEGO", como publicó su jefe en Twitter", precisa.
El rotativo sostiene que todos los que se preocupan por la democracia en Estados Unidos deben seguir adelante, con toda la diligencia y persistencia del Sr. Mueller, pero sin su reticencia. Primero, deben presionar para que los miembros del Congreso tengan acceso a la versión completa, no redactada. En segundo lugar, deben continuar recordando a los electores que si el Sr. Mueller no pudo juzgar si el Presidente obstruyó la justicia basándose en hechos y pautas legales, las acciones del Sr. Trump son anormales y horribles.
También lo es la disposición de sus partidarios y la elite del partido republicano a apoyarlo, dado lo que ya se sabía sobre las relaciones de su campaña con un adversario que interfiere en las elecciones democráticas en su país. Tercero, deben presionar por una estrategia concertada para proteger a los EE. UU. contra otros intentos de este tipo. Este informe es una prueba más de que el Sr. Trump no es apto para el cargo y de los métodos que lo ayudaron a ubicarlo allí. El señor Mueller se tomó su tiempo, pero el asunto difícilmente podría ser más urgente a medida que se acerca la próxima carrera presidencial.