Sao Paulo, Brasil (EFE).- El presidente de Brasil, Michel Temer afirmó que fue "desagradable" oír su nombre en las delaciones de exdirectivos del grupo Odebrecht y consideró "razonable" y "legítima" la indignación de la población tras los nuevos escándalos de corrupción destapados a partir de esos testimonios.
"Es una cosa desagradable para quien está en la vida pública hace tanto tiempo como yo, gracias a Dios sin manchas, es muy desagradable oír ese testimonio. Constriñe", manifestó el mandatario en una entrevista a TV Band.
El exdirectivo de Odebrecht Márcio Faria declaró a la Justicia que estuvo en una reunión en la que el actual jefe de Estado, en la época vicepresidente, y otros dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) llegaron a pedir 40 millones de dólares / 37,6 millones de euros para favorecer contratos del grupo con la estatal Petrobras.
Temer reiteró que en esa reunión no se trató "ninguna cuestión de valores" porque el objetivo del encuentro era "saludar" para "mostrar que (Odebrecht) podría ayudar eventualmente a la campaña".
"No sabía de valores, no se habló de contratos, evidentemente. No se habló de nada de eso", insistió.
El presidente reconoció que Odebrecht, la mayor constructora de Brasil e implicada en la gigantesca trama de corrupción destapada en Petrobras, "colaboró" con donaciones declaradas en las elecciones de 2010 y 2014 por un "valor oficial de 11 millones y 300 mil y pocos reales (unos 3,5 millones de dólares / 3,2 millones de euros).
En la lista de sospechosos, hay ocho ministros del Ejecutivo a los que Temer, insistió, no apartará de su cargo hasta que las acusaciones sean hipotéticamente aceptadas por los tribunales
"Da la impresión de que ese fue el único empresario con quien tuve contacto a lo largo de mis 35 años de vida pública. A lo largo del tiempo, tuve muchos contactos con muchos empresarios, con varios sectores", señaló Temer.
Temer, pese a ser citado en algunos de los testimonios prestados a la Justicia por 77 exdirectivos de Odebrecht, no será investigado por ahora, pues la ley impide que un mandatario sea juzgado por hechos ocurridos antes del inicio de su mandato, que en su caso comenzó en agosto pasado, tras la caída de Dilma Rousseff.
"Las personas que me conocen saben cómo soy", apuntó durante la entrevista.
La divulgación de los testimonios de los exdirectivos de Odebrecht, que estaban bajo secreto de sumario, se produjo un día después de que la Corte Suprema anunciara el martes que autorizaba la apertura de 76 investigaciones contra casi cien políticos con fuero privilegiado citados en las delaciones.
Temer dijo que la "indignación" que ha provocado el escándalo entre la población "es verdadera" y que comparte ese sentimiento.
"No hago una crítica en la relación a la indignación que la población siente, es más que razonable, es legítima (…) Las personas leen aquello y dicen, ¡Dios mío cómo Brasil está siendo gobernado!", indicó.
Temer dijo que comprende "esa indignación" y que ahora hacen falta "gestos" y "fórmulas" para superar esa situación.
En la lista de sospechosos, hay ocho ministros del Ejecutivo a los que Temer, insistió, no apartará de su cargo hasta que las acusaciones sean hipotéticamente aceptadas por los tribunales.
"Puede pasar que el propio ministro no se sienta cómodo y quiera salir. Pero la línea de corte que hice es una línea de corte adecuada al sistema jurídico nacional", apostilló. EFE