Brasilia, Brasil (EFE).- La decisión del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de mantener su apoyo al Gobierno supuso un nuevo respiro para el presidente Michel Temer que lucha tanto en el frente político como en el judicial para mantenerse en el poder pese a las denuncias de corrupción que lo tienen acorralado.
El PSDB, la formación liderada por el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y que es la segunda mayor en la coalición que sustenta a Temer, anunció este lunes su decisión de mantener su respaldo al gobernante a pesar de las peticiones de algunos disidentes para que entregue el cargo y abandone el Gobierno.
La dirección ejecutiva del PSDB, tras una reunión de cerca de tres horas en Brasilia, anunció que mantendrá provisionalmente su apoyo al jefe de Estado pero que tal respaldo no es incondicional y que depende de que no surja nada nuevo que comprometa al jefe de Estado.
"El partido no hará ningún movimiento por ahora en el sentido de abandonar el Gobierno. Si los hechos llegan a cambiar, vamos a revisar (la decisión)", afirmó el senador José Serra, que fue el primer ministro de Relaciones Exteriores de Temer, en un pronunciamiento a periodistas al final de la cita partidista.
La reunión del PSDB, en la que participaron sus cuatro representantes en el Gabinete ministerial de Temer y sus cuatro gobernadores, así como numerosos senadores y diputados, mostró a un partido dividido ya que varios dirigentes respaldaron la salida del Gobierno.
La decisión constituye una importante victoria política para el gobernante ya que el PSDB es el segundo mayor partido de apoyo al Gobierno tras el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor formación del país y de la que Temer es el principal líder.
Sin el apoyo del PSDB en el Congreso, Temer perdería el respaldo mayoritario que aún tienen en el Parlamento y difícilmente conseguiría aprobar iniciativas de interés del Gobierno, entre las cuales las polémicas reformas con las que intenta apuntalar una economía que enfrenta su mayor recesión en varias décadas.
El PSDB está representado en el Gabinete de Temer por los ministros de Relaciones Exteriores, secretaría de Gobierno, Ciudades y Derechos Humanos.
Hasta ahora dos formaciones han anunciado su retirada de la alianza oficialista por la crisis política generada con la decisión de la Corte Suprema de abrirle una investigación a Temer por corrupción, asociación para delinquir y obstrucción a la justicia.
Se trata del Partido Socialista Brasileño (PSB) y del Partido Popular Socialista (PPS), dos formaciones medianas que también respaldaron los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y de Dilma Rousseff (2011-2016).
La decisión del PSDB de mantener su apoyo al Gobierno constituye una nueva victoria para Temer, que el pasado viernes fue absuelto por el Tribunal Superior Electoral (TSE) en un juicio en que era acusado de haber recibido recursos ilegales en la campaña presidencial de 2014 en la que fue elegido vicepresidente como compañero de fórmula de Rousseff.
Temer asumió la Presidencia en agosto pasado luego de que el Senado destituyera a Rousseff tras declararla culpable en un juicio político por maniobras para maquillar las cuentas públicas.
Si la decisión del tribunal electoral fue una victoria jurídica de Temer en su lucha por conservar el poder, la decisión de este lunes del PSDB constituye una de las victorias políticas más importantes para el gobernante en este esfuerzo.
El mayor reto que el jefe de Estado aún tiene que superar para mantenerse en el poder es la investigación abierta por la Corte Suprema por corrupción y que llevó a los partidos de la oposición y a algunos oficialistas a exigirle la renuncia.
La investigación penal fue solicitada por la Fiscalía con base en una grabación aportada por un empresario investigado por corrupción y que decidió colaborar a cambio de reducciones en sus condenas, en la que el jefe de Estado escucha sin inmutarse el relato de diferentes ilegalidades.
En la grabación, uno de los propietarios de la gigante cárnica JBS, Wesley Batista, relata varias maniobras ilegales que realiza ante la Justicia y el Ejecutivo para huir de las investigaciones por corrupción en su contra.
Los propietarios de JBS confesaron sus delitos en el marco de un acuerdo de colaboración con la Justicia brasileña y entre otras cosas dijeron que le pagaron sobornos a Temer por favores políticos desde 2010.
La defensa de Temer pidió que la investigación sea archivada debido a que está basada en una prueba inválida ya que, en su opinión, el audio fue manipulado. EFE