SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Bob Satawake consideró que el nivel de ira y de ataques personales a que se ha llegado en los Estados Unidos en la presente campaña electoral por la presidencia es más sucio que los desaguaderos.

Asimismo, afirmó que hasta en un burdel sería inaceptable el uso de las expresiones que se han utilizado en los ataque de los candidatos.

Bob Satawake es el esposo de James (Wally) Brewster, embajador de Estados Unidos en República Dominicana, y expuso sus puntos de vista en su blog: bobsatawake.blogspot.com

A continuación su reflexión y llamado a la cordura:

Ira en la política …………

El estado actual de nuestro ciclo de elecciones en los Estados Unidos ha puesto de manifiesto un nivel de ira y un discurso que jamás había visto en mi vida.  Estamos en presencia de una abierta hostilidad y los ataques personales directos a un nivel que hace que los desagües parezcan ser un manantial de agua clara y cristalina. Las posiciones políticas, las políticas y los registros son sin duda un producto de debate en el ciclo electoral. Sin embargo, nuestros candidatos, así como el votante, han dado lugar a un nivel de ataques personales, no sólo de los candidatos en sí, sino también de los familiares de los candidatos.  En otras épocas los cónyuges de un candidato y sus hijos eran considerados como "intocables" no sólo por los candidatos, sino también los medios.  Hemos sido testigos en las campañas actuales, de un nivel de insultos y ataques personales que no son apropiadas ni siquiera en un burdel, de hecho, en algunos casos, podríamos ser sacados de un lugar como este por expresarnos con este tipo de lenguaje.

Tras una reflexión personal, debo admitir que he participado en bromas políticas que pueden ser interpretadas por debajo de los niveles diplomáticos.  He respondido a un sinnúmero de opiniones personales en los medios sociales, que en algunos casos era innecesario y sin mérito, A fin de cuentas, yo no pretendo ser perfecto, soy un ser humano.  Por otro lado, no soy un candidato para un cargo público.  El estado actual de las cosas en nuestra arena política se ha vuelto tan marginando que casi nadie es inmune a dar respuestas reaccionarias. Los medios profesionales y sociales de comunicación nos animan a participar en este diálogo dándonos el cebo de titulares inflamatorios e informes con trasfondos de diferentes opiniones.

Los resultados de este tipo de respuestas de comunicación no informan al público, ni aumentan el nivel de conciencia sobre los problemas actuales.  Solamente inicia una ira que continúa perpetuando hostilidad y violencia.  Violencia, sí.  Hemos visto un aumento en el nivel de ira en nuestra sociedad que en vez de utilizar el diálogo adulto para encontrar un terreno común sobre el cual podamos resolver nuestras diferencias, estamos instituyendo el uso de insultos e insinuaciones que ha dado lugar a un nivel de violencia en ciertos sectores nunca antes visto.

¿No estamos asombrados de que los candidatos están dispuestos a atacar públicamente la apariencia física de las esposas de sus oponentes (como si ellas no fuesen dueñas de un espejo) y debido a la lealtad a su partido respaldar finalmente a ese candidato, sin ni siquiera una disculpa pública?  ¿Nos horrorizamos con el hecho de que los periodistas estuviesen dispuestos a criticar públicamente la vestimenta de la hija de un funcionario electo en una inauguración, que debo aclarar que era más que adecuado para una joven de su edad, y sin embargo estos profesionales no sufrieron de consecuencias por su responsabilidad en dicho hecho?  Hay que preguntarse por qué se han vuelto aceptable estas tácticas de distracción.  Debo preguntar… ¿Cuando llegó a ser socialmente aceptable que un hombre criticase públicamente la apariencia de la mujer de otro sin decoro?  ¿Cuándo llegó a ser socialmente apropiado que un periodista "profesional" criticase la apariencia de la hija de otro hombre por la ropa que eligió llevar?  Uno debe concluir que la única motivación detrás de este tipo de comportamiento es instigar la ira.  Como una persona que vive una vida muy pública o cualquier persona que opta por presentarse a sí mismo para la aceptación pública o como candidato a un cargo público se debe aceptar el ocasional comentario inapropiado, sin embargo, cuando se ataca a mi cónyuge o el hijo de un funcionario electo, usted ha cruzado una línea que una disculpa pública no puede reparar.

Sin duda, este ciclo electoral es irreparable, nosotros como sociedad hemos cruzado muchas líneas.  Hemos permitido que colectivamente la integridad de nuestro proceso se denigrase a niveles inimaginables.  Sin embargo, podemos y debemos comenzar el proceso de sanación ahora.  Todavía tenemos la oportunidad de internalizar la ira que ha sido forzada sobre nosotros y sanar nuestros corazones y almas.  Tenemos la oportunidad de buscar la verdad más allá del engaño intencional que se nos ha presentado y encontrar una solución personal que nos permita desarrollar una posición verdaderamente objetiva.  Para el futuro de la sociedad y de nuestras democracias, no podemos ignorar el daño que hemos creado, sino reconocer la oportunidad de participar en un respectivo diálogo por el bien de nuestro pueblo.  Voten en este ciclo electoral con una mente clara, el corazón y el alma y permitan que sus voces sean escuchadas sin filtro alguno.  Al final del día, usted tiene una opción, una opción de participar con ira o de participar con objetividad.  Una evaluación objetiva de un candidato nunca surgió de … .. la Ira en la política.

IN ENGLISH

Anger In Politics

The current state of our election cycle in the United States has revealed a level of anger and discourse that I have not seen in my lifetime.  We are witnessing outright hostility and direct personal attacks to a level that makes the gutter appear to be a crystal clear spring.  Political positions, policies and records are certainly a product of debate in the election cycle, however our candidates as well as the voter has resulted to a level of personal attacks, not only on the candidates but also on the candidates family members.  There was a day when the spouses of a candidate and their children were considered “hands off” by not only the candidates but also the media.  We have witnessed in our most recent campaigns a level of name calling and personal attacks that are not appropriate in a house of ill repute, in fact in some cases you might actually be thrown out of such a place for expressing such language.

On a personal reflection I admit I have engaged in political banter that can be construed as less than diplomatic.  I have responded to a variety of personal opinions in social media that was in some cases unnecessary and without merit, after all I don’t claim to be perfect, I am human.  On another note, I am not a candidate for office.  The current state of affairs in our political arena has become so marginalizing that almost no one is immune from reactionary responses.  The professional and social media encourages us to engage in such dialogue by baiting us with inflammatory headlines and opinionated reporting.

The result of this type of communicated responses does not inform the public or raise awareness of the issues.  It only initiates an anger that continues to perpetuate hostility and violence.  Yes, violence.  We have seen an increase in the level of anger in our society that instead of utilizing adult dialogue to find a common ground on which we can resolve our differences, we are instituting the use of insults and innuendo that has resulted in a level of violence in certain sectors we never could have imagined.

Are we not astonished that candidates are willing to publically attack their opponents wife on their personal appearance (as if they don’t own a mirror themselves) and because of party loyalty eventually endorse that candidate without so much as a public apology?  Were we not appalled that journalists were willing to publically criticize the attire of the elected official’s daughter at an inauguration, which I must declare was more than appropriate for a young lady her age, and yet experienced no professional accountability?  You have to wonder why these diversionary tactics have become acceptable.  I have to ask… When did it become socially appropriate for a man to publically criticize the appearance of another man’s wife without recourse?  When did it become socially appropriate for a “professional” journalist to criticize the appearance of another man’s daughter for the clothes she chose to wear?  One must conclude the only motivation behind such behavior is to instigate anger.  As a person who lives a very public life or anyone who chooses to present himself or herself for public acceptance or as a candidate for elected office has to accept the occasional inappropriate comment, however when you attack my spouse or the child of an elected official, you have crossed a line that a public apology cannot repair.

No doubt this election cycle is irreparable, we as a society have crossed to many lines.  We have collectively allowed the integrity of our process to be denigrated to unimaginable levels.  However, we can and should begin the healing process now.  We still have an opportunity to internalize the anger that has been forced upon us and heal our hearts and souls.  We have an opportunity to seek the truth beyond the intentional deceit that has been presented to us and find a personal resolution allowing us to develop a truly objective position.  For the future of society and our democracies we cannot ignore the damage we created, but instead recognize the opportunity to engage in a respective dialogue for the greater good of our people.  Vote in this election cycle with a clear mind, heart and soul and allow your voice to be unfiltered.  At the end of the day you do have a choice, a choice to participate with anger or to participate with objectivity.  An objective evaluation of any candidate never resulted from…..Anger in politics.