Redacción Internacional, 7 abr (EFE).- El Gobierno ruso encabezó hoy el rechazo, junto al de Damasco, al ataque contra Siria de Estados Unidos, que apoyaron sus aliados, entre ellos Israel, mientras que Pekín abogó por prevenir un mayor deterioro de la situación.
La Marina norteamericana bombardeó la base aérea siria de Shayrat como represalia al ataque con armas químicas este martes, que Washington atribuye a la aviación del presidente sirio, Bachar al Asad.
El Pentágono explicó que había informado previamente a las autoridades militares rusas del ataque, consistente en el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk desde los destructores USS Ross y USS desplegados en el Mediterráneo y con base en el puerto español de Rota (sur).
Rusia anunció la suspensión de la coordinación militar con Estados Unidos en Siria en respuesta al ataque norteamericano.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó de agresión con un pretexto inventado el ataque contra la base aérea de Shayrat, y advirtió de que la acción militar de Washington daña seriamente las relaciones ruso-estadounidenses.
Por su parte, una portavoz del Gobierno chino eludió criticar la acción y consideró que es "urgente prevenir un mayor deterioro" de la situación en Siria, poco después de que el presidente, Xi Jinping cenara en Florida con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
Tanto Reino Unido como Francia, ambos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, apoyaron a Washington, que recibió el respaldo de otros aliados europeos como Alemania, España o Polonia.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, en un comunicado conjunto tras conversar por teléfono acusaron al presidente Al Asad de cargar "en solitario con la responsabilidad" de "la masacre con armas químicas del 4 de abril" en Jan Shijún.
Un portavoz de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, indicó que la acción militar es "la respuesta apropiada" a la "salvaje" agresión perpetrada por el Ejército sirio contra civiles.
El Gobierno de Turquía, como el de Japón y Australia, manifestó de inmediato su apoyo a las represalias militares tras la muerte de al menos 80 personas en ese ataque, presuntamente con gas sarín, del que responsabilizan al Ejército sirio.
Y el titular español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, subrayó desde Japón, donde acompaña en su viaje a los reyes Felipe y Letizia, que espera que toda la comunidad internacional reaccione contra el uso de armas químicas.
Allí, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, consideró que la respuesta militar está destinada a "evitar un mayor empeoramiento de la situación".
Por su parte, su homólogo australiano, Malcolm Turnbull, expresó también su apoyo al ataque "raudo y justo" que calificó de "respuesta calibrada y proporcionada".
Lamentó que la víspera el Consejo de Seguridad de la ONU no condenase el ataque químico en Siria por el veto ruso.
En la región se pronunció el Gobierno israelí, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, mostró su "total apoyo" a Trump
"Tanto en discurso como en acción, el presidente Trump envió hoy un fuerte y claro mensaje de que el uso y difusión de armas químicas no será tolerado", señaló Netanyahu en un comunicado.
En cuanto a la Liga Árabe no se ha pronunciado por ahora de forma oficial.
Entre las escasas voces disidentes de Europa que se pronunciaron de inmediato figura la candidata del Frente Nacional a la Presidencia francesa, la ultraderechista Marine Le Pen, que criticó la decisión de la Administración estadounidense de atacar la base aérea siria de Shayrat.
Rusia anunció la suspensión de la coordinación militar con Estados Unidos en Siria en respuesta al ataque norteamericano.
"La parte rusa suspende la vigencia del memorando que existe para evitar incidentes y garantizar la seguridad de vuelos durante las operaciones (militares) en Siria, firmado con EEUU", señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores, en una declaración leída por su portavoz, María Zajárova, y colgada en su web oficial. EFE