Pedro Sánchez, del desempleo a la Moncloa
Madrid, 1 jun (EFE).- Pedro Sánchez ha alcanzado la cúspide de la política al llegar a la Presidencia del Gobierno con 46 años, después de que fuese un simple diputado raso hace poco más de cuatro años, cuando casi nadie contaba con él para ser alguien de peso en el seno del PSOE. El papel de 'cenicienta' encarnado por Sánchez colma una trayectoria profesional en la que alternó su dedicación a la política, primero como concejal y luego como parlamentario y líder socialista, con su actividad de docente y economista.
Pedro Sánchez ante economía y conflicto catalán con un grupo de diputados reducido
Madrid, 1 jun (EFE/Jesús García Becerril).- El nuevo presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene ante sí un horizonte complicado, con la economía y el contencioso soberanista catalán como retos inmediatos y el problema de tener un reducido grupo parlamentario, lo que le exigirá continuos apoyos externos.
Sánchez, líder de los socialistas españoles, fue investido hoy jefe del Ejecutivo gracias a una moción de censura victoriosa contra el conservador Mariano Rajoy, que ha contado con el respaldo de 180 de los 350 escaños del Congreso.
Los socialistas tienen 84 diputados y Sánchez ha logrado sumar otros 96 procedentes de otros siete grupos, algo que sus críticos le echan en cara por la dificultad de combinar los intereses de todos ellos.
"Hoy gana la democracia", proclamó Sánchez justo después de la votación para dejar claro que son las mayorías parlamentarias las que ponen y quitan gobiernos.
La primera moción de censura triunfadora en la historia democrática española ha tenido mucho de "no" a Rajoy, azotado por los escándalos de corrupción y en especial por la sentencia de la Audiencia Nacional del 24 de mayo, que condenaba al PP por lucrarse económicamente de una trama empresarial corrupta.
Pero también por la crisis en Cataluña, donde los secesionistas que han impulsado un proceso ilegal de independencia le han pasado la factura porque aplicó la Constitución para destituir al Gabinete regional y asumir temporalmente sus competencias para volver a la legalidad.
Sánchez ha tenido la visión de aprovechar el momento y presentar una moción de censura que al principio parecía destinada al fracaso y que al final se ha impuesto.
Para ello ha apostado por el diálogo para superar las diferencias, pero sin asumir compromisos, porque ya dijo antes del debate que no iba a negociar apoyos.
Frente a quienes le plantean la conveniencia de convocar elecciones para que los españoles se pronuncien Sánchez ha eludido poner fecha a las urnas y ha hecho hincapié en que primero es necesario recuperar la dignidad y la estabilidad de las instituciones.
Su prioridad será – dice – favorecer la cohesión social y territorial de España, que considera dañada por los casi seis años y medio de Gobierno de Rajoy.
Ello sin romper el principio de estabilidad presupuestaria y cumpliendo con "los deberes europeos".
Sánchez y su futuro Gabinete tendrán que asumir los Presupuestos del Estado que fueron aprobados hace nueve días por el Congreso con el voto contrario de los socialistas.
Esa paradoja se debe a que el nuevo presidente admitió durante el debate las cuentas del Estado en vigor para asegurarse el apoyo de los cinco diputados del PNV (nacionalistas vascos moderados), fundamentales para ser investido.
Aparte de la concesión a los vascos, aceptar los Presupuestos es una señal de que pretende mantener la estabilidad económica en el país y garantizar la gobernabilidad
"Este no es nuestro presupuesto pero no lo vamos a retirar por responsabilidad de Estado y nos vamos a centrar en el futuro", ha dicho durante el debate, en el que, asimismo, se comprometió a impulsar medidas para hacer un pacto de rentas y la igualdad salarial.
Ahora queda la incógnita de qué tipo de Gobierno formará Sánchez, aunque en el Congreso ha dicho que será "socialista, paritario y europeísta", y si integrará a independientes que supongan un guiño a los variopintos apoyos que ha tenido para ser el séptimo presidente del Gobierno en la actual etapa democrática española.
Por delante quedan dos años de legislatura, hasta junio de 2020, aunque una de las prerrogativas del jefe del Ejecutivo es anticiparlas. EFE