Fuente: Bipartisan Report

No hay mucho Trump pueda hacer en estos días que realmente sorprenda a alguien. Una prohibición militar a los transgéneros, no condenar a los neonazis, y llamar a los medios de comunicación nacionales “los malos”, para decirlo con las propias palabras del Presidente, no es más que el curso actual de las noticias de la Casa Blanca.

Sin embargo, el viernes por la noche, Trump hizo algo que mucha gente atónita, y hasta los miembros de su propio partido están rechazando sus acciones. Durante el mayor desastre natural que ha afectado a Texas en años, mientras el país se preparaba para la muerte y la devastación, el presidente Donald Trump decidió concederle un indulto a un hombre que para muchos es uno de los más despreciables que se pueda imaginar, el juez Joe Arpaio.

El sheriff Joe Arpaio había sido condenado por desacato penal de una orden judicial.

En diciembre de 2011, el juez federal G. Murray Snow emitió una orden judicial preliminar ordenando a Arpaio y sus diputados que dejaran de agobiar a los conductores latinos. Los fiscales alegaron que los diputados de Arpaio desafiaron la orden judicial por al menos 18 meses. Y en mayo de 2013, el juez Snow decidió que la oficina de Arpaio había estado cayendo en el perfil racial. Él y sus subalternos admitieron haber violado la orden del juez, pero afirmaron que su desafío no fue intencional.

Arpaio ha admitido −o tal vez la palabra adecuada es que se ha jactado− de lanzar a los seres humanos que perfiló simplemente por ser de color marrón en lo que llamó “campos de concentración”. Los dirigidos y detenidos por Arpaio fueron obligados a vivir en un lugar llamado "Tent City" bajo temperaturas que sobrepasan los 100 grados Farenheit (38º C).

A pesar de sus muchos actos atroces e inhumanos, Trump le concedió a Arpaio un perdón, dándole apoyo a su racismo y crueldad.

Un miembro del Partido Republicano, y tal vez uno de los más conocidos, es el Presidente Paul Ryan.

Un portavoz de Ryan dio una declaración a The Wall Street Journal a los reporteros el sábado, haciendo hincapié en que Ryan había roto con el líder de su partido por el perdón de Arpaio.

“El presidente (de la cámara) no está de acuerdo con la decisión. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley tienen la responsabilidad especial de respetar los derechos de todos en Estados Unidos. No debemos permitir que nadie crea que la responsabilidad se ve disminuida por este perdón”, dice la declaración.

Al parecer, distanciarse de las acciones atroces de Trump se ha convertido en otra parte de la nueva normalidad bajo el régimen del actual Presidente. Sin embargo, queda por ver lo que cualquiera de ellos planea hacer al respecto, además de hablar, comenta Carissa House-Dunphy en el portal Bipartisan Report.