Brasilia, 27 ago (EFE/Alba Santandtreu).- El juicio político contra la presidenta suspendida de Brasil Dilma Rousseff entró esta semana en su fase final y, llegado a ese punto, su impulsora, la abogada Janaina Paschoal, asegura en una entrevista a Efe tener la "conciencia tranquila".

Viste una chaqueta rojo pasión, el mismo color que identifica al Partido de los Trabajadores (PT), la formación a la que pertenece Rousseff y a la que Paschoal quiere ver definitivamente alejada del poder después de trece años de Gobierno.

"Tenemos que dejar de identificar el rojo como el símbolo de un partido", comenta la abogada a un guardia de seguridad cuando este le cuestiona, en el intervalo de la sesión del Senado, sobre el color de su americana.

Paschoal, una de los tres juristas que presentaron la petición del juicio político a Rousseff, sabe que pasará a la historia como la mujer que abrió el camino para la destitución de la presidenta, pero está convencida de que no es una "golpista", como la izquierda ha calificado a los defensores del proceso, abierto por supuestas irregularidades en las cuentas fiscales del Gobierno del PT.

"Estoy convencida de que no soy una golpista. Lo he hecho basándome en la ley y por el bien de sus nietos", asegura Paschoal, de 41 años.

Se refiere a la izquierda en general y a los senadores afines a Rousseff en particular, quienes desde hace meses intentan convencer sin éxito al resto de sus colegas y a la propia Paschoal sobre la "inocencia" de la presidenta suspendida y la "inconstitucionalidad" del proceso.

"Un día ellos lo van a agradecer", añade la abogada, quien insiste en que "Dios ha comandado" el proceso de destitución contra Rousseff, el cual deberá concluir a mediados de la próxima semana.

La jurista critica las "continuas mentiras" de Rousseff delante del gigantesco escándalo de corrupción que ha salpicado al Partido de los Trabajadores, aunque precia que también estará atenta a la actuación del presidente interino Michel Temer, quien sustituirá de manera definitiva a Rousseff si el Senado opta por su destitución.

"Por el momento no hay motivos para abrir un juicio contra Temer, pero si más adelante aparecen motivos lo defenderé, como por ejemplo si él es omiso ante los escándalos, como lo fue Dilma", resalta.

Paschoal esquiva las cuestiones sobre los escándalos que ya han salpicado a miembros del Gobierno interino y a figuras importantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Michel Temer, quien obligó a algunos de sus hombres fuertes a dimitir en los primeros días de Gobierno.

Las abogada, que se declara "defensora de las mujeres", asegura que firmó la petición de "impeachment" contra Rousseff para evitar que Brasil se convirtiera "en una nueva Venezuela", pero admite que sintió "tristeza" de que el juicio político fuera precisamente contra una mujer.

"La salida de Dilma es un hecho positivo para acabar con el continente bolivariano. Ellos flirtean con las dictaduras y los gobiernos autoritarios y lo hacen porque quieren hacer esto aquí también. Había que reaccionar contra eso", declara.

Conocida en Brasil por su pasión a la hora de presentar sus argumentos, Paschoal asegura que si Rousseff finalmente es despojada de su cargo la próxima semana, no lo celebrará con una "copa de vino".

"No es momento feliz de la Historia. Era algo necesario, pero no feliz", sostiene la abogada, quien en uno de sus más encendidos discursos afirmó que Brasil era la "República de las cobras".

Aludía a unas palabras del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien, poco después de ser conducido a declarar de manera coercitiva el pasado marzo, se comparó con una serpiente venenosa.

"Si querían matar a la víbora no le dieron en la cabeza, le dieron en la cola y la víbora está viva, como siempre estuvo", resaltó el exmandatario, sobre el que pesan varias investigaciones por corrupción. EFE