MADRID, España.- La Organización Mundial de la Salud publicó el pasado mayo un informe en el que observa las "oscuras" consecuencias del consumo de los nuevos productos de tabaco, concretamente cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentados. Tras un extenso análisis donde repasa la diferente literatura científica, concluye que deben de endurecerse las medidas que rodean a la venta de estos productos.
En el informe, del que se hace eco la Oms Europea, analiza una variedad de cuestiones, desde el daño causado por los ingredientes tóxicos y la exposición a la nicotina hasta cómo, sin apenas regulación, los nuevos productos de tabaco y nicotina se comercializan de forma agresiva para los usuarios potenciales, incluidos niños y adolescentes.
El grupo de estudio de la OMS sobre la reglamentación de los productos de tabaco tiene como objetivo informar a los responsables de la formulación de políticas sobre los antecedentes científicos de estos productos y los insta a cerrar las brechas reglamentarias para los nuevos productos de nicotina y tabaco. Estos incluyen sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS) y productos de tabaco calentados (HTP).
La OMS recuerda que el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año, con más de 7 millones de esas muertes atribuidas al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,3 millones a la exposición de los no fumadores al humo de segunda mano. El tabaco también acaba con la vida de la mitad de sus consumidores y, por tanto, sigue siendo una emergencia sanitaria mundial.
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Una de las principales recomendaciones del nuevo informe es que los responsables de la formulación de políticas deben centrarse en las medidas basadas en la evidencia para reducir el consumo de tabaco, como se describe en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT OMS). Esto incluye productos de tabaco nuevos y emergentes, promovidos por la industria tabacalera.
El informe también destaca la necesidad de aplicar las regulaciones de control del tabaco más restrictivas a los HTP (incluidos los dispositivos), según corresponda según las leyes nacionales, teniendo en cuenta un alto nivel de protección para la salud humana; de prohibir a todos los fabricantes y grupos asociados hacer afirmaciones sobre la reducción del daño de los HTP, en comparación con otros productos; y para garantizar que el público esté bien informado sobre los riesgos asociados con el uso de HTP, incluidos los riesgos del uso dual con cigarrillos convencionales y otros productos de tabaco para fumar.
Por otro lado, pide basarse en y respaldar datos e investigaciones independientes sobre el impacto en la salud del uso de productos de tabaco calentados; exigir a los fabricantes de tabaco que divulguen toda la información sobre los productos; prohibir todo el marketing comercial de cigarrillos electrónicos y HTP, incluso en las redes sociales y a través de organizaciones financiadas por y asociadas con la industria tabacalera; y prohibir la venta de cigarrillos electrónicos en los que el usuario puede controlar las funciones del dispositivo y los ingredientes líquidos.
Además, de prohibir la adición de sustancias farmacológicamente activas como el cannabis y el tetrahidrocannabinol (en las jurisdicciones donde sean legales) a los cigarrillos electrónicos.
Así, insta a los países a implementar las recomendaciones del nuevo informe, ya que consideran que "existe suficiente información sobre la nicotina y los productos de tabaco para actuar y proteger la salud de sus poblaciones, especialmente las generaciones más jóvenes".
El informe reconoce que aún queda mucho por aprender sobre estos productos a medida que evolucionan. Es necesario realizar más investigaciones independientes para explorar las complejidades de los ENDS, ENNDS y HTP, en particular las estrategias de marketing y la prevalencia de uso. Europa Press