Apocalypse Now (Film de Francis Ford Coppola de 1979)
El bipartidismo de 200 años: demócratas y republicanos
Hago constar que todo lo que afirme en este texto, no es una defensa soterrada o indirecta a Hillary Clinton, a quien a mi modo de ver pertenece a esa rancia oligarquía del Partido Demócrata. Porque los dos partidos, Republicano y Demócracta, con el tiempo y el protocolo del bipartidismo, han creado una casta del poder a lo largo de más de 200 años de compartirse el poder. Ese ejercicio ha moldeado el país y ese entendimiento tiene sus claves al margen de ideología o visiones diferentes frente al mundo exterior o el interno.
Republicanos y demócratas han construido la retórica universal de aquel proyecto para vender al mundo "la mejor democracia", exportarla en nombre de la libertad y hacer que el belicismo aparente un oficio liberador de una nación con destino manifiesto.
La mezcla religiosa y el poder de superpotencia, la influencia exterior luego del Plan Marshall (conocido originalmente como European Recovery Plan)
Fue en 1947, reunión en París. Pese a sus planes, la URSS asistió originalmente. Todo ello les hizo crecer en la tutela de un mundo y un orden que habían construido con su gran bonanza en los años 50 del Siglo XX.
El Plan significaba una alianza táctica y comercial con la Europa destruida por la guerra, ello llevaría a una alianza militar, Nato etc.
Demócratas y republicanos, luego de 1945, derrotada la Alemania de Hitler, construyeron un nuevo orden que ha durado hasta hoy, con sus querellas y sus aciertos.
En otras palabras, la alianza a partir de la diversidad cultural o sus identidades como partido, ha sido el sostén interior de la fuerza para mantener lo que ya se conoce como la Pax Americana, ponderada con detalles por Henry Kissinger, analista, escritor, diplomático, cómplice en la muerte de Salvador Allende y ex Secretario de Estado de Richard Nixon.
Pues bien, todo eso que ahora puja el nacimiento de un mundo más que bipolar, está en juego en la Presidencia que se inicia hoy con Donald J. Trump.
El imaginario vuela cuando la megalomanía pueril delira
Quienes no conocen a fondo el sistema electoral norteamericano estaban muy seguros del aplastante triunfo de Hillary Clinton. Otros no teníamos esa seguridad, especialmente respecto a La Florida, que es un Estado clave para ganar las elecciones, porque era obvio que los latinos de allí, especialmente los cubanos que celebran muerte de políticos en plena calle, cobrarían a Barack Obama su decisión pragmática de romper de modo parcial el bloqueo y crear una nueva era de relaciones con la llamada Cuba de los Castro. La lectura del voto de Florida, por muy estrecho que fuera el margen, demostró que había una motivación clara anti Clinton. (Ilusión que les llevó a confiarse en negros y latinos sin hacer un trabajo electoral a fondo).
Donald Trump tiene una idea esencial del poder del dinero, y en sus fantasías tiene el convencimiento de que el dinero lo puede todo, desde agarrar una vagina que no proteste por ser agarrada, hasta doblar voluntades para hacer lo que sea. He dicho y lo repito: lo que sea.
A esa visión habrá que agregarle su megalomanía volcánica, construida en sus años de televisión y Reality Show, donde sus ideas de supremacía racial, no escondida, tampoco estaban fuera del foco de su verdadero perfil. Cuando una persona es racista de corazón y tuétano, no se puede disfrazar de lo contrario, sufre traiciones mentales, lapsus que lo denuncian de modo permanente. La Campaña Electoral de Noviembre del 2016, puso en evidencia todo lo que afirmo. Tuve el tiempo suficiente para ver la mayoría de sus discursos, incluyendo aquella salida entre la sombras en los escenarios de la Convención Republicana: luces y sombras de fondo, como en el expresionismo alemán, y su figura en silueta, todo programado como una aparición visual antes de tiempo, dando gusto a su megalomanía procaz e incontinente.
Hoy llega un Presidente de los Estados Unidos de América bajo un estado de delirium. No sé quien tendrá que inyectarle algo para que se calme un poquito y tenga el tino de evitar los roces internacionales y los caprichos del niño rubio malcriado, que más bien recuerdan el rostro mal humorado (es lo que más cerca tengo de ejemplo criollo) del logo de Adrian Tropical…
Implacable en la clave del odio personal y el racial
Implacable en sus humillaciones, logró a partir de esta enfermedad, luego como presidente electo, pasear a Mitt Romney una vez y otra vez por salones y restaurantes. Cuando sabía perfectamente -el malvado Lex Luttor ríe y se divierte- que Romney no sería nominado para Secretario de Estado (Ministro de Exteriores en nuestra equivalencia). Él lo sabía, pero hacía que le visitara una y otra vez, como el gato que tiene ya al ratón entre sus garras y de vez en cuando lo puya, para que sepa que está atrapado. Ese ejemplo, solo ese ejemplo, crea un perfil del carácter vengativo y castigador del personaje.
Cuando una persona es racista de corazón y tuétano, no se puede disfrazar de lo contrario, sufre traiciones mentales, lapsus que lo denuncian de modo permanente. La Campaña Electoral de Noviembre del 2016, puso en evidencia todo lo que afirmo
El nuevo Presidente de los Estados Unidos de América, está bajo la sicótica presión del delirium, ha logrado en la política con cierta facilidad, con la ayuda de un electorado blanco fundamentalista, cuya psiquis sigue en la guerra de secesión de 1861, lo que no había logrado como empresario: tener a todo el mundo bajo el dominio de un mandato absoluto.
Desconociendo en su capricho envenenado, que la dirección de Un gobierno, que la visión de Estado, nada tiene que ver con las directrices de una gran empresa o corporación.
Quienes ayudaron a elegirlo, esas gentes existen, son los llamados White Trash, hasta hoy escondidos en pequeñas ligas extremistas, rumiando su pobreza sobre la base de que USA es su tierra amada llena de negros e inmigrantes. Esos White Trash encontraron un doliente y llega hoy a la Casa Blanca, Donal J. Trump, y con ellos el asesor Steve Bannon, planea estar en el poder -según sus palabras- por más de 50 años. Hoy el Partido Republicano está secuestrado.
Mientras la elección de Barack Obama, alcanzada por un alto consenso étnico y social, fue importante para aquella nación, Trump emerge en cierta manera como una respuesta blanca a 8 años de un presidente afroamericano. Siguiendo las enseñanzas de su maestro Steve Bannon, asesor de la Casa Blanca que no podía pasar por el Congreso porque su pasado Ku Klux Klan no lo calificaba para el cargo, el nuevo Presidente Trump ha vaticinado que nunca más habrá un presidente afroamericano.
¿Casual esa afirmación en un infausto twit de Trump, su arma preferida para que la ofensa quede archivada de inmediato?
No es casual, la idea de un Presidente Afroamericano, en el fondo a muchos enojó.
Las pruebas futuras, las fugas de informaciones de la Casa Blanca, serán el testimonio clandestino de que las afirmaciones de este artículo sobre que la identidad sicológica de Donal J. Trump será un factor clave para errores fundamentales en su presidencia, al margen de todas las historias por venir de su pasado, no muy santo, contenido en el silencio por el momento, por la fuerza del dinero, excepción a todo esto: los juicios y las causas pendientes por venir, que no son pocas.
En el delirium sin poder la gente o da pena o se hace el hazmerreír de los demás de modo involuntario. Pero con poder mundial y en estado de delirium, creyéndose su propia personalidad de mentiras, las cosas dan un giro y las consecuencias no serán sólo para los electores norteamericanos de Donald J. Trump, podrían ser para el mundo.
¿Habra pax americana con Donald J Trump? ¿O la diplomacia de la fuerza o la extorsion industrial?
Los intentos contra la Unión Europea.
Cuando al inicio de este artículo me referí al Plan Marshall, lo hice con el propósito de que se observe cómo el hoy Presidente Trump no entiende ni entenderá el tema de las alianzas intercontinentales. Los intentos de apoyar el Brexit, la metida de pata de pedir un embajador británico, sin percatarse que hay un embajador del Reino Unido en Estas Unidos. Por cierto, pedía a un fascista redomado irresponsable, llamado Nigel Farage, líder de una pequeña formación de derecha inglesa llamada Ukip (Independent Party). Este mismo señor, luego del referendum de David Cameron, la mejor muestra de que un blanco puede ser bruto a morir, luego no se hacía responsable de nada, decía que su misión era solo ganar el referendum…
La aparición del semanario New European, editado por Max Kelly, ha demostrado que la votación por el Brexit fue manipulada y que el propio gobierno de David Cameron descuidó la promoción del mismo en la Inglaterra profunda. El costo de esos errores lo veremos, no muy tarde…
Donald J. Trump, en su delirium, cree que puede hacer una cruzada Trompista y destruir o debilitar la ya maltrecha Unión Europea. Lo persigue con una obsesión lo que es propio del ignorante. Hace días, fiel a esos planes, la francesa Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, hija y en pleito con el padre Jean Marie Le Pen, nazi encubierto y negador del holocausto, trataba en vano de ver a al presidente electo Donal J. Trump, porque confía que recibirá recursos para su campaña en las próximas elecciones francesas de abril.
No se trata solo de populismo, como ideología, se trata de visiones sobre el mundo que viene sin organizaciones internacionales que medien en la humanidad; son visiones en las que la responsabilidad social de las potencias está salvada por el hecho mismo de no estar ubicada en un lugar geográfico de donde emerge la tragedia, la pobreza y el sufrimiento humano.
El Proyecto Euroasiático de Vladimir Putin
Esta nueva ola social, y terrorífica visión de la humanidad y sus conflictos, agarra al mundo con un nuevo presidente norteamericano cuyo único norte claro en política exterior es entenderse con la Rusia de Putin. Vladímir Putin es hombre brillante, que tiene la herida, como todo ruso de que se respete su país, del imperio perdido y que desde su punto de vista estratégico de ex KGB, tiene un diseño Euroasiático y su gran obstáculo para lograrlo es la Unión Europea de Occidente.
Vladimir Putin busca una multipolaridad que le ayude junto a China a conquistar un nuevo sitial en el plano internacional para Rusia, por ello ha dejado fuera a los Estados Unidos, por el momento, de la solución del caso Sirio, donde los tanques y los aviones rusos han atacado a las milicias rebeldes para favorecer al gobierno sanguinario de Bashar al- Asad, otro heredero del poder sin carácter ni meta que no sean lo autoritarios.
Vladimir Putin espera con ansiedad la ascensión del Presidente Donald J. Trump para el rediseño de su plan Euroasiático y para que le ayude a detener las sanciones impuestas por Occidente por la anexión de Crimea.
En ese proyecto el Presidente Trump es muy probable que si no hay mucha presión bipartidaria en el congreso, Trump ceda y al ceder ayude a Vladimir Putin a resolver un agudo problema geopolítico que a su vez, pone en jaque la unidad de la Unión Europea, que lucha por sobrevivir sin saber dar solución a la crisis migratoria que la divide.
En su crasa ingenuidad, como presidente electo Donald Trump ha dicho que una alianza de USA y Rusia puede destruir en Siria a ISIS, sin darse cuenta que Putin ya ha reforzado una alianza geográfica con Turquía e Irán, consiguiendo una hegemonía que le sitúa en ventaja antes de que el mismo Donald J. Trump sea juramentado en el poder de los Estados Unidos de América.
El Presidente Electo no entiende ni el lenguaje de la diplomacia ni sus sutilezas, y muy pronto, pero muy pronto será víctima de ella, atrapado en la sala oval, que ya no será la arena incendiaria de sus discursos contra mexicanos, musulmanes y negros. En la Casa Blanca no hay graderías de masas, tipo círcus romanus, pidiendo que encierren a Hillary Clinton, en la Oficina Oval hay que gobernar y saber que fuera hay un mundo real, no un reality show entre cámaras y lindos culos dispuestos a ser tocados cuando se quiera (CFE)…
NOTA:
Observe desde hoy el proyecto femenino Muslin (musulman en castellano ) en todo los espacios de Estados Unidos. Y las protestas mezcladas de Latinos, Muslin y Negros, es el fruto de una campaña reality hecha contra minorías que siempre habían tenido su armonía con el país que les vio nacer conservando sus creencias originales. Todo el rechazo al nuevo Presidente Donald J. Trump, lo construyó él en la campaña electoral, campaña que para él propio Trump, no ha terminado aún…