Sao Paulo, Brasil (EFE).- Miles de brasileños presionaron este martes a la Corte Suprema en las calles de las principales ciudades del país para que mañana niegue el "habeas corpus" preventivo solicitado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, lo que lo podría dejar a un paso de su encarcelamiento tras ser condenado por corrupción.
Las protestas fueron convocadas por el movimiento Vem Pra Rua (Ven a la calle), que adquirió un gran protagonismo durante las masivas manifestaciones contra la corrupción en 2015, en tiempos de la entonces presidenta Dilma Rousseff, y se repitieron en decenas de ciudades en más de 20 de los 27 estados del país.
El foco de las concentraciones fue a favor del ingreso en prisión de su antecesor, Lula da Silva, condenado en enero pasado a 12 años de cárcel por un tribunal de segunda instancia que lo halló culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso relacionado con la trama destapada en la estatal Petrobras.
Una de las protestas más intensas fue la que tuvo lugar en la Avenida Paulista, en pleno centro de Sao Paulo, la mayor ciudad del país, donde los manifestantes, muchos de los cuales iban vestidos con camisetas y banderas de Brasil, defendieron el encarcelamiento del exmandatario (2003-2010).
Carteles como "STF (siglas del Tribunal Supremo en portugués) no nos decepciones" o "Lula cárcel" se mezclaban con los "pixulecos", como se conocen en Brasil los muñecos inflables de Lula vestido de recluso.
Los 11 magistrados que integran el pleno del Supremo analizarán mañana si conceden un "habeas corpus" al ex jefe de Estado que le permitiría apelar a esa condena en libertad hasta agotar todos los recursos en las diferentes instancias judiciales, en un proceso que podría llevar hasta dos años.
Sin embargo, si decidieran negar el pedido, su encarcelamiento debería ser ordenado en cuestión de horas o de días.
"Estoy aquí para exigir justicia, para que el Supremo continúe pensando que una vez condenado en segunda instancia tiene que ir a la cárcel. Si él es liberado mañana va a abrir un precedente para muchos de la Lava Jato para salir de prisión y no es eso, nosotros queremos a Lula en la cárcel", dijo a Efe una de las participantes de la protesta.
La señora portaba un cartel con el mensaje "Estoy de ojo en (estoy pendiente de) Rosa (Weber)", en referencia a la magistrada del Supremo que, según analistas jurídicos, podría ser decisiva en la votación de mañana en vista de que los otros 10 jueces de la corte se dividen a partes iguales entre aceptar el "habeas corpus" y negarlo.
Según una decisión cautelar de la Corte Suprema tomada en 2016, una sentencia puede empezar a ser ejecutada una vez concluyan todas las apelaciones en segunda instancia, a pesar de que haya posibilidades de más recursos en instancias superiores.
Bajo las mismas proclamas, las protestas se repitieron en la playa de Copacabana de Río de Janeiro, así como en la capital del país, Brasilia, y en otras urbes como Recife y Curitiba (sur), donde se concentran las investigaciones del escándalo en Petrobras.
Algunos manifestantes optaron por ir vestidos con camisetas con el rostro del candidato ultraderechista a las elecciones de octubre, el diputado Jair Bolsonaro, como Ivan Liborio, quien apreció que el parlamentario es "la única solución para ordenar" Brasil, al tiempo que defendió la prisión de Lula.
Bolsonaro sería, según los sondeos de opinión, la segunda opción más votada en las próximas elecciones presidenciales, solo por detrás de Lula, cuya candidatura está en el aire ya que, de acuerdo con las leyes brasileñas, los condenados en segunda instancia no pueden postularse a cargos electivos.
Igualmente, para el miércoles también hay protestas convocadas en diferentes puntos de Brasil, tanto a favor como en contra del líder del Partido de los Trabajadores (PT), quien en la víspera pidió en un acto público que le devuelvan su "inocencia". EFE