BRASIL CORRUPCIÓN, Lula da Silva

Porto Alegre (Brasil), 23 ene (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afrontará este miércoles el dictamen de tres férreos jueces de segunda instancia que decidirán si ratifican, modifican o anulan la condena a nueve años y medio de prisión que recibió por corrupción pasiva y lavado de dinero.

El decisivo juicio tendrá lugar en la ciudad de Porto Alegre, sede del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), que se ha blindado para la ocasión con un amplio dispositivo de seguridad que envuelve a unas 4.000 personas.

Francotiradores en azoteas, casi 150 cámaras de seguridad, unos 300 periodistas acreditados y miles de simpatizantes y contrarios al exmandatario apostados en la calles de la capital del sureño estado de Río Grande do Sul, son solo algunos de los datos de un pleito que ha traspasado las fronteras de Brasil.

La decisión que marcará el futuro político de Lula estará en manos de los tres magistrados que integran la octava sala del tribunal: Leandro Paulsen, Víctor Luiz dos Santos Laus y Joao Pedro Gebran Neto, instructor del caso relacionado con la trama corrupta destapada en la petrolera estatal Petrobras.

El trío comenzará a las 08.30 hora local (10.30 GMT) el análisis del recurso de apelación contra la sentencia que dictó en julio el juez Sergio Moro, de primera instancia, y que de ratificarse, podría anular su eventual candidatura para las elecciones presidenciales del próximo octubre.

La octava sala ha seguido una línea dura contra los sospechosos por corrupción, pues apenas ha absuelto a cinco de los 77 condenados por Moro y en la mayoría de los procesos ha confirmado la pena y, en ocasiones, hasta la ha aumentado.

Paulsen es el más joven de todos (Porto Alegre, 1970), considerado un prodigio dentro del mundo del Derecho, pues ya era un juez federal cuando tan solo tenía 23 años.

Pese a que su carrera iba encaminada hacia el derecho tributario, su ingreso en el TRF4 le hizo cambiar de tercio y especializarse en materia penal, un conocimiento que ha plasmado en su libro "Crimes Federais", de 456 páginas, publicado el año pasado.

Laus es el más veterano (Joaçaba, 1963) y antes de ingresar en 2003 en el tribunal fue procurador del Ministerio Público Federal durante cerca de veinte años.

De acuerdo con medios especializados, no aplica decisiones muy severas, pero en la profesión es visto como bastante rígido y silencioso.

Gebran Neto (Curitiba, 1964) es a priori el más duro de todos. Trabajó como fiscal en el Ministerio Público estatal y ejerció la abogacía antes de elegir la carrera de magistratura federal.

Doctor en Derecho Constitucional, entró en el TRF4 en 2013 y su supuesta amistad con el juez Moro ha sido criticada por la defensa de Lula, a la que también le ha extrañado el tiempo récord, apenas siete meses, para tramitar el recurso.

Por si la tensión no fuera ya elevada, el presidente del TRF4, Carlos Eduardo Thompson, expuso ante diferentes autoridades las amenazas publicadas en Internet que han recibido en las últimas semanas los tres magistrados de la octava sala.

En este proceso, uno de los siete que acumula con la Justicia, Lula, de 72 años, fue condenado sobre la acusación de que la constructora OAS le entregó un apartamento en el balneario paulista de Guarujá a cambio de ser favorecida en contratos con Petrobras.

El litigio en los tribunales se trasladará también a las calles pues miles de simpatizantes y contrarios a Lula han programado actividades para defender sus posiciones, con campamento y vigilia incluidos.

Lula, cuya presencia está prevista hoy en Porto Alegre, es líder indiscutible en todos los sondeos electores publicados hasta la fecha, pero al mismo tiempo es uno de los dirigentes políticos con un mayor porcentaje de rechazo que percibe con miedo la posibilidad de su vuelta al poder.

El expresidente tiene previsto regresar a Sao Paulo, su cuna política, el mismo día del juicio y estará respaldado por miles de simpatizantes que claman su candidatura, independientemente del veredicto del TRF4. EFE