Salvador (Bahía), 16 mar (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy en un acto paralelo al Foro Social Mundial que los responsables por la persecución política que sufre pueden detenerlo en una celda pero que no podrán detener las ideas que puso a circular en Brasil y en América Latina.
"Ellos saben que no voy a morir porque la carne puede pudrirse pero no las ideas que difundí y que tomaron cuenta de este país y del continente", afirmó el exmandatario en un acto de defensa de la democracia de América Latina al que acudió una multitud en el estadio Pituaçu de la ciudad brasileña de Salvador.
Lula insistió en que la condena de doce años que le fue impuesta por corrupción, los otros procesos que enfrenta en la justicia y la inminencia de ser encarcelado forman parte de una persecución política para impedirle disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Pero aclaró que, incluso con él preso, nada podrá detener a un pueblo que durante su Gobierno aprendió a disfrutar de la democracia y quiere reconquistarla.
"Quisiera que ellos comprendieran que no sirve de nada perseguir a Lula. Yo soy sólo un ser humano y puedo morir en cualquier momento, pero nuestras ideas ya están en el aire", afirmó Lula, que acudió al acto arropado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), por su sucesora Dilma Rousseff y por el expresidente de Honduras Manuel Zelaya.
El histórico líder sindical agregó que lo que sus perseguidores quieren con él y con el PT es aniquilarlos, pero que eso de nada les valdrá porque la izquierda tan sólo necesita de unas elecciones para vencerlas y volver a conquistar la democracia para Brasil.
"Banda de idiotas, no les sirve de nada perseguirme e impedirme de ser candidato porque no tienen que tener miedo de Lula sino del pueblo que quiere luchar por la democracia", afirmó.
"Si quieren encarcelarme para callarme, hablaré por la voz de ustedes. Si quieren encarcelarme para que no pueda moverme de una celda, andaré con las piernas de ustedes. Si quieren encarcelarme para que mi cabeza no emita pensamientos, yo pensare con la cabeza de ustedes. Porque ustedes continuarán mi lucha", afirmó.
Lula le pidió a sus seguidores que no se preocupen con él, que ya tiene 72 años y llegó más lejos que lo que pensaba, sino con lo que está enfrentando Brasil desde que el Partido de los Trabajadores fue desalojado del poder con la destitución de Rousseff.
"Estamos viendo la pobreza crecer en las capitales, los niños pidiendo limosna en las esquinas, las mujeres vendiendo sus cuerpos y los jóvenes muriendo por la violencia en las periferias", afirmó.
"Y ellos creen que van a resolver la violencia movilizando el Ejército. Nosotros lo que colocaremos para resolver la violencia es salud, educación, cultura y respeto por la población de las periferias", afirmó en clara alusión a la decisión del Gobierno del presidente Michel Temer de intervenir en la seguridad del estado de Río de Janeiro y darle el control del orden público a los militares.
Lula recordó en su discurso a la concejala y activista de Derechos Humanos Marielle Franco, una crítica de la violencia policial y de la intervención militar en Río de Janeiro, que fue asesinada en la noche del miércoles.
"Mataron la carne de ella pero no sus ideas, que hoy son más fuertes. Hoy todos los brasileños dicen llamarse Marielle y que van a vencer la lucha en la que ella estaba empeñada", dijo.
Agregó que decidió acudir a la nueva edición del Foro Social Mundial para defender su honra ante las mentiras de que es víctima por parte de los medios de comunicación encabezados por el conglomerado Globo, "que cree que tiene el derecho de poner y sacar presidentes".
"Todo lo que yo quería es disputar las elecciones con un candidato de Globo para poder derrotarlo. Si ellos quieren tener un candidato, pues que el dueño de Globo se inscriba en un partido político y sea candidato para ver cuántos votos va a tener", dijo.
Poco antes, en su pronunciamiento, Zelaya afirmó que había decidido venir a Brasil para defender la democracia en América Latina y que la mejor forma de hacerlo era defender a Lula.
"Cuando en Honduras las fuerzas del mal se desencadenaron y el Comando Sur de EEUU apoyó un golpe de estado para derrocar la democracia, Lula salió en defensa del pueblo de Honduras y de su democracia", afirmó Zelaya, quien recordó que estuvo cuatro meses refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
"América Latina vive momentos difíciles en su historia y tenemos que saber quiénes son nuestros enemigos y los enemigos del pueblo. Tenemos que unir a nuestros amigos en América Latina y por eso quise venir a Brasil a defender a un ser humano que caminó con el pueblo, que marchó con el pueblo, que vive con el pueblo y que es un amigo del pueblo", agregó. EFE