Sao Paulo, 15 dic (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva volvió hoy a ser acusado por la Fiscalía de dirigir una "sofisticada" trama corrupta relacionada con la petrolera estatal Petrobras, en una nueva denuncia que se suma a otras causas abiertas por la Justicia y que estrecha el cerco sobre su figura.
Esta es la segunda acusación formal que recibe Lula por parte de la Fiscalía de Paraná, que concentra las investigaciones sobre la trama corrupta de enormes dimensiones que durante una década operó en la petrolera estatal Petrobras.
En esta nueva denuncia por corrupción y lavado de dinero, la Fiscalía asegura que Lula favoreció a la constructora Odebrecht a la hora de conseguir contratos y a cambio la compañía pagó sobornos dirigidos a la "estructura ilícita" que supuestamente el exmandatario dirigía.
Odebrecht es una de las compañías más salpicadas en la operación Lava Jato, como es conocido el proceso sobre los desvíos en Petrobras y por la cual han sido detenidos en los últimos dos años decenas de políticos y exdirectivos de la petrolera.
Los sobornos, según la acusación de la Lava Jato, fueron equivalentes al 2 % y 3 % de los ocho contratos suscritos entre Petrobras y Odebrecht y el dinero fue repartido entre los partidos que en la época sustentaban el Gobierno de Lula.
Según las investigaciones, la constructora tenía implementado en su estructura empresarial un departamento de sobornos para pagar a distintos políticos a cambio de que estos legislaran a favor de la actividad de la compañía e intermediaran en la concesión de nuevos contratos.
De acuerdo con la denuncia de la Fiscalía, las coimas pagadas por Odebrecht sumaron 75 millones de reales (unos 22,5 millones de dólares) en ocho contratos con Petrobras e incluyeron un terreno de 12,5 millones de reales (unos 3,7 millones de dólares) para el Instituto Lula, entidad dirigida por el expresidente.
El documento agregó que la empresa también dio, en forma de soborno, un ático de 500.000 reales (unos 150.000 dólares) vecino a la residencia particular de Lula en la localidad de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo.
El Instituto Lula, que representa al exmandatario, negó las nuevas acusaciones en un comunicado y afirmó que la Fiscalía "tuvo que inventar una nueva historia en su búsqueda obsesiva por retratar" a su defendido como "responsable de los desvíos de Petrobras".
Las autoridades "se valen de sus atribuciones legales como forma de venganza contra aquellos que denuncian las ilegalidades practicadas por la Lava Jato", agrega la nota del Instituto.
Los sobornos, según la acusación de la Lava Jato, fueron equivalentes al 2 % y 3 % de los ocho contratos suscritos entre Petrobras y Odebrecht y el dinero fue repartido entre los partidos que en la época sustentaban el Gobierno de Lula.
De acuerdo con la denuncia, las principales siglas beneficiadas fueron las del Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Lula; el Partido Progresista (PP) y Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece el presidente Michel Temer.
Además de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, la Fiscalía presentó cargos contra otras ocho personas, entre ellas su esposa Marisa Letizia Lula da Silva, el expresidente de la constructora Odebrecht Marcelo Odebrecht y el exministro Antonio Palocci.
Marcelo Odebrecht firmó un acuerdo para colaborar con la Justicia, al igual que otro más de medio centenar de directivos de la compañía, a cambio de reducciones en sus futuras penas por este caso que ha provocado un auténtico terremoto en el panorama político del país.
En su declaración, filtrada hoy por el diario Valor Económico, Marcelo Odebrecht aseguró que su empresa pagó a Lula 23 millones de reales (unos 6,9 millones de dólares) en sobornos.
Según su testimonio, una parte de esa cantidad, 2,2 millones de dólares, fue entregada en mano en 2012, "bajo la solicitud de (Antonio) Palocci".
Palocci, uno de los hombres fuertes de los Gobiernos de Lula y su sucesora Dilma Rousseff, fue arrestado en septiembre acusado de recibir sobornos para intervenir en ambas administraciones en defensa de los intereses de Odebrecht.
De acuerdo con la delación del extitular de la constructora, el código "amigo", el cual aparece en las planillas de pagos de la constructora, hace referencia a Lula, quien también aparece en correos electrónicos de Marcelo Odebrecht como "amigo de EO" y "amigo de mi padre".
La situación judicial de Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil, se ha complicado en los últimos meses ya que se sentará en el banquillo en tres procesos diferentes, dos de ellos por corrupción y un tercero por haber tratado de silenciar a un testigo que le señala como uno de los cabecillas de la red.
La delación de ejecutivos de Odebrecht también ha salpicado directamente a importantes ministros, legisladores y al propio presidente Michel Temer, quien ha rechazado de manera "vehemente" la confesión realizada por el exdirector de Relaciones Institucionales de la constructora Claudio Melo Filho y que lo salpica. EFE