BRASILIA, Brasil.-La Operación Lava Jato y sus desdoblamientos amplían el cerco al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y dificultan aún más su plan de disputar un tercer mandato en las elecciones de 2018. Condenado por el juez Sérgio Moro a nueve años y seis meses de prisión en el caso del inmueble Tríplex de Guarujá, reo en otras seis acciones penales y denunciado en otros dos casos,el expresidente es ahora blanco de deis procedimientosde investigación por delitos abiertos por la Policía Federal y por el Ministerio Público en Curitibia, en el estado de São Paulo y en Brasilia.
Las nuevas investigaciones pueden resultar en procesos en la justicia por delitos de corrupción, lavado de dinero, tráfico de influencia y obstrucción a investigaciones.
Con el expresidente siendo cada vez más investigado por policías y fiscales y respondiendo a la justicia, partidos de izquierda ya trazan caminos alternativos a la disputa presidencial. En el caso de que el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4), en Porto Alegre, conforme a la sentencia de Moro, el petista puede quedar inelegible.
El principal punto de partida de las nuevas acusaciones son los acuerdos de colaboración de los ejecutivos de Odebrecht, homologados por el Tribunal Supremo Federal en enero de este año. La información recogida por el equipo de trabajo de la Lava Jato levantó nuevas sospechas que ahora se investigan.
En São Paulo, los procedimientos instaurados desde julio de este año tratan de supuestos pagos en beneficio del hijo menor del expresidente, Luis Cláudio, por medio de la contratación de una empresa de eventos deportivos, al traspaso de una mesada a su hermano Frei Chico y, de desviaciones en la construcción de la Arena Corinthians, el Itaquerão.
Los investigadores en Brasilia indagan sobre una sospechosa obstrucción de la justicia. Emilio Odebrecht, patrono de la contratista, y el ex director de la empresa Cláudio Melo Filho relataron a la Fiscalía General de la República que el expresidente y el exministro y el exgobernador de Bahía Jaques Wagner (PT) actuaron por un acuerdo de lenidad−blandura en exigir el cumplimiento de los deberes o en castigar las faltas−, sin la intervención del Ministerio Público. La medida beneficiaría directamente a la constructora.
Los cargos de Paraná
Hay dos frentes abiertos en Curitiba: uno para apuntar investigar fraudes y corrupción en negocios del sector petroquímico relacionados con Braskem y otro, el más avanzado, para investigar donaciones al Instituto Lula y pagos por charlas por vía de Lils Palestras, Comunicación y Eventos −empresa abierta por Lula en 2011, tras dejar la Presidencia−. Las investigaciones derivan de citas de “contrapartidas” ofrecidas por Emilio Odebrecht a Lula.
El dinero sería gestionado por el "Italiano", nombre codificado del exministro Antonio Palocci en la contabilidad paralela de la empresa organizada por el Sector de Operaciones estructuradas – el "departamento de la propina". La cantidad, según testimonio de Palocci el 6 de este mes a Moro, era de R $ 300 millones.
La decisión
El Supremo decide en los próximos días si Lula se convertirá una vez más en demandando –ya él fue acusado por la PGR de liderar una supuesta organización criminal− responsable por el desvío de más de R$2 mil millones en contratos de Petrobras y de otros órganos del Gobierno para el Partido de los Trabajadores.
El expresidente sigue siendo reo en otros dos casos. Está acusado de recibir R$12,5 millones de Odebrecht, supuestamente disimulados por medio de la compra de un terreno para el Instituto Lula y el alquiler de apartamento en São Bernardo. La acción penal ya está en fase final y la sentencia pudierasalir en noviembre.
Lula sigue siendo reo en la acción que trata de un supuestosoborno pagada por Odebrecht y la empresa OAS en las reformas del Sitio Santa Bárbara, en Atibaia (SP). En principio, este proceso debe ser juzgado en 2018, según informaciones O Estado de São Paulo.
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