Ante varios ministros de Exteriores reunidos por videoconferencia, Guterres apuntó que las consecuencias de la COVID-19 en este ámbito pueden apreciarse ya incluso en algunos países “tradicionalmente vistos como estables”, pero se hacen notar sobre todo en aquellos que están envueltos en conflictos o saliendo de ellos.
“En algunos países, frágiles procesos de paz podrían descarrilar por la crisis, especialmente si la comunidad internacional está distraída”, dijo el secretario general de Naciones Unidas, destacando los casos de la región sudanesa de Darfur o de Somalia, donde teme que el grupo yihadista Al Shabab pueda aumentar sus ataques mientras las autoridades se centran en la pandemia.
Guterres avisó, además, de que las restricciones de movimiento impuestas para combatir el virus complican la diplomacia, dado que las tareas de mediación acostumbran a ser muy personales y a distancia es más difícil generar confianza.
ATAQUES BIOTERRORISTAS
El jefe de la ONU destacó además que la pandemia ilustra el riesgo que plantean posibles “ataques bioterroristas”, pues ha dejado al descubierto la falta de preparación del mundo ante el hipotético caso de que una enfermedad pueda ser “manipulada deliberadamente para hacerla más virulenta o si se libera intencionalmente en varios lugares a la vez”.
En ese sentido, urgió a los 14 países que no se han sumado a la Convención sobre Armas Biológicas que lo hagan cuanto antes e hizo un llamamiento a reforzar este instrumento que carece de mecanismos de verificación.
“Afortunadamente, la mejor respuesta a armas biológicas es una acción efectiva contra enfermedades que ocurren de forma natural. Unos sistemas de salud públicos y veterinarios fuertes no son sólo una herramienta esencial contra la COVID-19, sino también una disuasión efectiva contra el desarrollo de armas biológicas”, indicó.
AUMENTO DEL ODIO Y DE LOS ATAQUES A LOS DERECHOS
Guterres, además, advirtió que la pandemia está dejando crecientes muestras de “autoritarismo”, de usos excesivos de la fuerza por parte de las autoridades y ofreciendo nuevos pretextos a “populistas, nacionalistas y otros que ya estaban buscando limitar los derechos humanos”.
“Mientras tanto, el estigma y los discursos de odio están en aumento. Y la epidemia de desinformación en internet corre desenfrenada”, añadió, recordando los efectos en materia de estabilidad que puede tener la crisis económica desatada por el coronavirus.
En el debate participaron los titulares de Exteriores de varios miembros del Consejo de Seguridad, entre ellos el ministro francés, Jean-Yves Le Drian, que llamó a reforzar la unidad internacional ante los grandes problemas a los que se enfrenta el mundo.
Su homólogo alemán, Heiko Maas, presidió la reunión y también reclamó respuestas globales a dificultades globales.
“Tenemos que dar respuesta a los efectos que las pandemias tienen en los conflictos y crisis humanitarias en la agencia del Consejo”, subrayó Maas.